Ante el fracaso de su artera y fallida represión contra el magisterio en lucha, Ulises Ruiz recula y ofrece nuevamente entregar los 60 millones, no descontar los días de paro y sentarse a negociar. Esta nueva actitud supuestamente abierta al diálogo, es resultado del incontenible repudio popular a sus fracasadas políticas facciosas. La desastrosa acción represiva del 14 de junio y la valerosa resistencia y triunfo de las bases del magisterio, pasará a la historia como un ensayo de como la clase trabajadora, aún con serías deficiencias organizativas y con una dirección rebasada, son capaces de doblegar la brutalidad de los gobiernos represores. Otro ejemplo de esto es el de los trabajadores de SICARTSA. Algunas lecciones que debemos recuperar y conservar son: - Que jamás debemos confiar en la cantidad. Es fundamental comprender que, ante los gobiernos violentos y prepotentes, los trabajadores debemos estar política y organizativamente preparadas para enfrentar sus embestidas. - La comprensión de la organización de Brigadas de autodefensa. - La importancia de los medios de comunicación en el trabajo de organización (Radio Plantón). - Lo fundamental del apoyo de la población, los sindicatos, las comunidades, los padres de familia, los estudiantes, que reflejan una clara conciencia de que un golpe al magisterio, también es un duro golpe para todos aquellos que desean y luchan por una sociedad democrática y justa. - Las muestras de solidaridad en una sociedad que los gobiernos han pretendido deshumanizar. En el combate, los trabajadores de la educación reencontraron una población solidaria, y descubren el verdadero sentimiento de unidad y amor de camaradas, indispensable cuando se trata de enfrentar al depredador que nos amenaza. - El papel fundamental de las mujeres en todas las circunstancias por más difíciles que parezcan. Esto debe ayudar a superar el sentimiento machista que aún predomina y que consideran que las mujeres son seres indefensos y cobardes. Algunos de estos machos salieron huyendo la noche del día 13. - La superación de la conciencia gremialista que no comprende la necesidad de unir su lucha a la de otros sectores, hoy, gran parte de las compañeras y compañeros maestros, son concientes de que no podrá haber avances si no existe una más amplia coordinación entre todos los sectores en lucha. La ineptitud del gobierno empresarial de Ulises Ruiz y de sus asesores políticos, ha dado paso a un movimiento multitudinario que puede, si se privilegian los intereses de las mayorías, ser una alternativa para seguir impulsando la democratización de la sociedad. La formidable marcha del 16 de junio, debe ser motivo no solo para reunirse y manifestar la inconformidad contra un gobierno represor, sino también para construir la unidad y coordinación de todas las luchas. Es necesario y vital para la vida social y política de nuestro estado, que exista un poder obrero, campesino y popular alternativo, que frene y destruya las ambiciones de los grupos de poder en el gobierno. Si verdaderamente estamos por la caída del ilegitimo gobierno de URO, la anterior debe ser la tarea central. Se entiende que de lograrse la caída del Ulises Ruiz, las demandas del magisterio así como las de las organizaciones sindicales y populares, podrán ser satisfechas positivamente ante las instancias de gobierno que suplan a las actuales, y que deberán ser democráticamente electas. La marcha del 16 de junio La contundente respuesta de la población y los maestros a las políticas antipopulares de la mafia que encabeza Ulises Ruiz, no deja lugar a dudas que lo que el pueblo quiere es un gobierno que responda a las necesidades de las mayorías, y no a los intereses de unos cuantos saqueadores y corruptos. El ilegitimo gobierno de URO y sus cómplices, no ha comprendido que la población es mayor de edad, que ya no es posible repetir los esquemas de control que fueron utilizados durante la dictadura priísta, en donde la violencia y la brutalidad se imponían en completa impunidad y con el amparo de los funcionarios encargados de procurar justicia. Lo mismo podemos decir de la mayoría de los medios de comunicación privados y públicos (Televisa, TVazteca, Canal 9, radio ARO), en donde se difunden versiones tendenciosas completamente ajenas a la verdad, no es casual el repudio y enojo en contra de estos seudo periodistas, que al igual que URO empiezan a pagar la factura ante la población. La demostración de rabia y descontento en la marcha del 16, tanto de los marchistas, como del pueblo en solidaridad que mantuvo vallas humanas de principio a fin, nos muestra que los procesos revolucionarios se dan sin esquemas preestablecidos, nadie, ni siquiera los estudiosos de los procesos y desarrollo de los movimientos populares, esperaba un movimiento de la magnitud que hoy se expresa; nadie, tampoco, podía pensar que en menos de 15 días la inconformidad desarrollaría semejante fuerza, ahora, la tarea es organizar toda esta energía creadora y responder a la interrogante que muchos nos hacemos. ¿Si cae Ulises Ruiz que sigue? Para encontrar respuestas debemos retomar las experiencias recientes vividas en nuestro Estado. A la caída de Zarate Aquino, que fue un triunfo del movimiento estudiantil popular, siguió la inmediata ruptura de algunos de los grupos de interés que integraban este movimiento, la razón de ello fue la disputa por el control de la UABJO. A pesar de que hubo quienes propusieron la necesidad de un programa político y académico para construir una universidad democrática, esto fue rechazado por los grupos en pugna. Así, como sustituto de Zarate Aquino se impuso al general Jiménez Ruiz, que aprovechando la confrontación de los grupos reprimiría violentamente a algunos y negociaría con quienes se sujetaron a sus designios. Hoy, estos siguen controlando la UABJO y son quienes se oponen a su avance y desarrollo. En conclusión, para garantizar un resultado positivo de este importante movimiento, se requiere de un programa político, económico y social -creado por todas las organizaciones e individuos que hoy luchan- que responda a las necesidades de todos los sectores productivos y en particular de los trabajadores del campo y las ciudades, quienes son los que producen la riqueza en nuestro estado.