Estado de Oaxaca

Después de la caída de Ulises qué?

07/09/2006
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
Esta es la pregunta que se repite insistentemente en reuniones, calles, plazas y en todos los hogares de Oaxaca. Esta interrogante debe ser respondida claramente pues de otra forma corremos el riesgo de repetir los mismos errores del pasado. La caída de Zarate Aquino trajo un gobernador más hábil y represivo que terminaría hundiendo a un importante y combativo movimiento estudiantil-popular. El desconocimiento de la historia reciente de la lucha de clase en nuestro estado, nos lleva a rendir tributo a individuos que jugaron un nefasto papel en estas luchas, y que hoy, sin pena, intentan lavarse su cara dura sin reconocer su responsabilidad en la derrota de este movimiento. Es el caso de algunos funcionarios de la Universidad Autónoma "Benito Juárez" de Oaxaca (UABJO) que llegan a la Asamblea Popular, cuando fueron éstos, integrados a sus grupos de interés, quienes negociaron con el gobierno del General Eliseo Jiménez Ruiz el reparto del botín que fue la UABJO. Estos individuos medran desde entonces de la universidad, sin que hasta ahora (después de 28 años) hayan impulsando su democratización, lo cual en aquellos años dijeron desear. Estos mismos pseudos luchadores democráticos fueron cómplices en la destrucción de las organizaciones democráticas del estudiantado creadas durante el movimiento del 76-77, los Consejos de Representantes. Actualmente los estudiantes desconocen esta parte de su historia e ingenuamente creen que los Consejos Técnicos, manipulados por las autoridades, son verdaderas instancia de representación. Otros funcionarios que pretenden engañar con la máscara de defensores de los Derechos Humanos, son los mismos que en su momento integraron y apoyaron la corrupta administración de Leticia Mendoza Toro, que además de esquilmar económicamente a la UABJO estuvo detrás de la quema del Paraninfo. Ahora resulta que ahora están con el pueblo y son democráticos. Una deficiencia en nuestro movimiento es que poco se ha estudiado y escrito sobre la historia reciente de la lucha de clases en nuestro estado. No existen estudios y análisis objetivos que permitan que las nuevas generaciones aprendan de las experiencias vividas, por ello, en ocasiones pareciera que partimos de cero. Por ejemplo; llama la atención escuchar a compañeros que consideran que el actual movimiento es el primero en ser escuchado por un Secretario de Gobernación, desconocen que el movimiento del 76-77 también fue recibido por el entonces Secretario de Gobernación, y que el año de 1950, previo a la caída de otro gobernador, también una comisión fue recibida por gobernación. Esto mismo sucede en el movimiento magisterial y en los de otros sectores en lucha, lo que es aprovechado por los grupos de interés para hacer creer que los jóvenes, por carecen de conocimientos y experiencia en la lucha, deben aceptarlos como los imprescindibles, aunque de ellos nunca hayan salido propuestas para fortalecer y consolidar sus organizaciones. La recuperación de las experiencias del movimiento obrero y de masas en nuestro estado, es una tarea urgente que debemos comprometernos a realizar todos, aún cuando nuestras aportaciones puedan ser mínimas debemos entender que escribir esta historia también debe ser una acción organizada y colectiva. Para intentar responder a la pregunta inicial plantearemos dos opciones: Primera.- si llegara a caer Ulises Ruiz Ortiz (URO) antes del mes de diciembre a través de un triunfo aplastante del movimiento de masas, o sea por medio de la movilización organizada y unitaria, el movimiento tendría la fuerza para exigir nuevas elecciones limpias y democráticas, así como el reconocimiento oficial de la Asamblea Popular del Pueblo de Oaxaca (APPO) para registrar un candidato de la clase trabajadora, que bajo un programa político, social y económico, participara en la nueva contienda electoral para pelear contra los partidos de la burguesía (PRIAN y PRD). Segunda.- si la caída de URO se da a través de la vía institucional, esto es que la Cámara de Senadores determine la desaparición de poderes, hecho que podría darse en el mes de diciembre –a 2 años de la gestión de URO- sería nombrado un gobernador interino que gobierne durante el tiempo que falta para que termine la administración de URO. En este caso habría un gobierno débil, que seguramente tendría que esperar algunos meses o tal vez años, para reiniciar la política de entrega y saqueo que le permitiera cumplir sus compromisos con los grandes inversionistas nacionales y extranjeros. En cualquiera de las dos opciones sería un triunfo de la población pues se entendería que de manera unitaria y organizada sí es posible eliminar a quienes ofenden los intereses y la dignidad de los pueblos. Evidentemente. La primera opción permitiría un mayor avance para el movimiento democratizador en nuestro Estado, pues podría permitirnos tener por primera vez, la posibilidad de llevar al gobierno a representantes de la clase trabajadora. En el segundo caso, obtendríamos un triunfo parcial, pero que también permitiría, si nos lo proponemos, el desarrollo de la organización democrática de todos los sectores de la población en lucha, pues seguramente llegaría un gobierno débil e incapaz de imponer sus planes antipopulares y de entrega a los grandes inversionistas. Una perspectiva negativa para el movimiento es que las direcciones del movimiento perdieran la ruta y cayeran en continuar repitiendo las acciones de desgaste y confrontación, lo cual podría ser aprovechado por los gobiernos -federal y estatal- para debilitar y reprimir, enfrentándonos a una situación incierta y posiblemente a la derrota. El diálogo que hoy ofrece el gobierno federal, a través de la Secretaría de Gobernación, representa la consabida trampa de darle largas a una verdadera solución del problema, y ganar tiempo para intentar debilitar y desgastar al movimiento, utilizando diferentes tácticas. Como ya nos hemos enterado, intentará desviar la exigencia de la salida de URO, a cambio de atender las demandas económicas tanto del magisterio como de las organizaciones sociales, pues es conocedor de que existen direcciones de organizaciones que son dadas a estas prácticas oportunistas. Otra manera de continuar el desgaste es la campaña de rumores apoyada por las amenazas veladas que el mismo secretario de gobernación deja entrever a la comisión única para el diálogo. La amenaza de la entrada de la PFP o de acciones violentas de provocación organizadas por Escarraga-Luria, a pesar del diálogo, mantiene un ambiente de tensión. El show mediático de los “guerrilleros de la sierra”, pretende justificar la militarización en algunas poblaciones de la Sierra Norte y posiblemente busque extenderse a todo el Estado. Otro importante elemento de desgaste y posible debilitamiento es la confrontación entre las organizaciones sindicales y las organizaciones sociales. Ambos sectores se mueven en dinámicas y estructuras diferentes. Sin embargo, para lograr una unidad sólida, es fundamental la elaboración de un programa político, económico y social que responda a las necesidades de la población, y elimine la sospecha de que lo que se busca es “negociar” en beneficio de unos cuantos. Por ello es necesario preparar el Primer Congreso de la APPO, en donde se discutan y aprueben los principios, el programa y los métodos democráticos de funcionamiento que pongan frenos al oportunismo y a los maquiavélicos planes de los gobiernos. - Víctor Manuel Gómez Ramírez es miembro del CC del Partido Obrero Socialista-Movimiento Al Socialismo POS-MAS
https://www.alainet.org/es/active/13270
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS