Noruega y el perdón de las deudas
15/10/2006
- Opinión
El Ministro de Desarrollo Internacional de Noruega, Erik Solheim anunció recientemente que ese país cancelaría unilateralmente y sin condiciones la friolera de 80 millones de dólares en deudas ilegítimas contraídas por 5 países: Egipto, Ecuador, Perú, Jamaica y Sierra Leona. En el proceso de cancelar dichas deudas, el gobierno noruego ha reconocido que los préstamos concedidos a estos países fue un acto irresponsable y motivado más por los intereses domésticos de su país que por un análisis frío y objetivo de las necesidades de desarrollo de las mencionadas naciones. El asunto se retrotrae a los años 1976-1980, en los cuales este país europeo desarrolló una campaña de exportación de barcos de 1976. En aquel momento, el Gobierno Noruego exportó 150 barcos a los cinco países, como parte de su política de desarrollo internacional. Medios de comunicación e investigación sobre la deuda externa, tales como el Observatorio de la Deuda en la Globalización, con sede en Cataluña, indica que la exportación de estos barcos se realizó primordialmente para asegurar el empleo en una industria de la construcción naviera del país que se encontraba en crisis, y no debido a que estos barcos sirvieran a las necesidades de desarrollo de los países interesados.
Definitivamente estamos ante un hito en la historia de las luchas por la cancelación de la deuda externa de los países del mal llamado “Tercer Mundo”. Se ha reconocido la increíble renuencia de los países acreedores a aceptar una responsabilidad compartida por los préstamos otorgados de forma negligente, corrupta y a menudo por motivaciones políticas en el pasado. A pesar de los impactos que se sienten a diario en la carencia de servicios de salud, educación y promoción al desarrollo de nuestros países, los acreedores han continuado insistiendo en que los países pobres deben cubrir el servicio de la deuda. Señala Gail Hurley, de Eurodad, que “esta es una decisión histórica que tiene enormes ramificaciones para otros prestamistas que actuaron de forma irresponsable en el pasado", dijo Gail Hurley de Eurodad. Asimismo, Hurley exhorta a Noruega a que continúe manteniéndose al frente de los esfuerzos internacionales por obtener el reconocimiento de la deuda ilegítima. En un parte noticioso difundido por la ODG, indica Hurley que “[No] es justo que los habitantes de las naciones deudoras continúen pagando el precio por actividades crediticias corruptas, negligentes y políticamente motivadas del pasado. En el día de hoy se rompió el silencio y exhortamos a otros países acreedores, en particular en Europa, a que sigan el audaz liderazgo de Noruega".
Otro aspecto interesante y, sin duda alguna histórico, es que Noruega no contabilizará esta cancelación de deuda como parte de los rubros destinados a Asistencia Oficial para el Desarrollo (ODA, por sus siglas en inglés). Por lo regular, las naciones acreedoras contabilizan las operaciones de cancelación de deuda como ODA lo cual produce el efecto de elevar artificialmente los presupuestos de ayuda económica y hacer ver que se está otorgando una mayor asistencia a los países pobres cuando lo cierto es que los acreedores están reduciendo sus propios márgenes de ganancia a costa del endeudamiento excesivo de los países del sur. Por ello, la actuación del gobierno noruego también debe ser reconocida por este aspecto y queda muy clara la posibilidad de que la mayoría de los demás acreedores puedan hacer lo mismo o mucho más.
Sin embargo, aún reconociendo lo positivo e importante del paso dado por Noruega, todavía falta camino por recorrer. El Dr. Hugo Arias, de la organización Jubileo Sur-Guayaquil, con sede en el Ecuador, indica en un comunicado de prensa de dicho organismo que Noruega queda debiendo a los países perjudicados la deuda original impuesta al Ecuador para la compra de cuatro barcos noruegos, la cual sumaba 56,9 millones de dólares. Indica Arias que el Ecuador ha pagado más de 100 millones por esta deuda y en las cuentas del Club de París constaba aún por pagar alrededor de 35 millones de dólares de deuda. Esto quiere decir que, a fin de cuentas, es Noruega quien debe al Ecuador más de 100 millones de dólares ya pagados. Por otro lado, el gobierno de Noruega reconoce que toda la deuda originada en la campaña de venta de barcos es una “deuda mala”, así que, en tal virtud, si asume la responsabilidad del hecho, debe asumir la devolución de las deudas de lo ya pagado, más allá del endeudamiento futuro fruto de esta campaña. Encadenado a lo antes dicho, resulta muy curiosa la observación de Arias en el sentido de que el gobierno de Noruega rehuye al término “ilegítimo” para categorizar el esquema de deuda, lo cual da la impresión de que este acto se trata mas bien de un acto de “caridad” o “benevolencia” del rico hacia el pobre y no uno revestido de justicia y equidad.
Precisamente, de justicia y equidad ha carecido el proceso de la deuda externa de los países de América Latina y el Caribe. El hoy candidato a la presidencia del Ecuador y ex ministro de Finanzas, Rafael Correa, señalaba en un evento auspiciado por el Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI) y la organización suiza “Pan para Todos”, entre otras, que “en el Ecuador para cada dólar gastado del presupuesto del Estado, 34 hasta 50 centavos corresponden al servicio de la deuda externa e interna.” Indicaba Correa que "mientras estudios alertan que usar más del 3% del PIB para el pago de la deuda externa significa condenar un país al estancamiento socio-económico, en el Ecuador se usa el 6% del PIB para el pago de los intereses de la deuda. Eso significa el 43% de los ingresos corrientes que tiene el Estado". Asimismo, el economista Alberto Acosta señalaba que “el 60% de la población ecuatoriana vive en la pobreza. Eso significa que no tienen acceso a educación, nutrición adecuada, vivienda digna. Entre la población indígena, son 87% los que viven en estado de pobreza y de estos 47% en estado de miseria. La pobreza rural llega a 80%. Más de 100 mil niños no pueden ingresar en el primer año escolar porque no hay escuelas. En la secundaria solamente el 43% de los jóvenes del país están estudiando, eso sin hablar de la calidad de la enseñanza, que es una de las más bajas de América Latina. En los últimos 24 años el progreso económico del Ecuador fue de cero por ciento: el PIB de 2004 fue el mismo de 1980, denuncian los ponentes del Encuentro. "Si no hay inversión social no hay mejora en esos datos", dice el economista Alberto Acosta de ILDIS. "Apenas en el 2005 los pagos de la deuda externa representan el 109% del gasto social", concluyó.
No cabe duda que la decisión del gobierno noruego repercute en las campañas para la cancelación de la deuda externa. Su decisión abre las puertas para que otros gobiernos asuman posiciones similares. Desde la sociedad civil, sabemos y estamos convencidos de que el año del Jubileo se acerca, lento, pero con paso seguro a través del tiempo.
- Ángel Luis Rivera Agosto es un pastor y abogado puertorriqueño. Coordina el Programa de Fe, Economía y Sociedad del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI)
https://www.alainet.org/es/active/13922
Del mismo autor
- El referéndum del TLC: Cuando la injusticia secuestra a la verdad 07/10/2007
- Noruega y el perdón de las deudas 15/10/2006
- Un Nuevo Amanecer para los Pueblos Latinoamericanos y Caribeños 18/01/2005
- Deconstruyendo para construir esperanza: una perspectiva desde las iglesias 24/11/2004
- El Adelanto de la Justicia Económica luego de Cancún y Miami 09/12/2003
- Las contradicciones de Estados Unidos en el comercio internacional 15/09/2003