Al igual que el gran amazonas o amazonía sudamericana de gran biodiversidad, poca gente y control estatal por parte de ocho países dueños de la misma, existe la Patagonia argentina con las mismas características y compuesta de cinco provincias ricas en hidrocarburos y recursos naturales. La región amazónica es pretendida por llamados geopolíticos de Norteamérica y se la quiere poner artificialmente como protectorado de Naciones Unidas. Su gran biodiversidad mencionan ellos pertenece a la humanidad y no debería quedar en manos de ocho países superendeudados y semibárbaros como serían Brasil y los países andino-amazónicos más las Guyanas.

Al igual que las zonas orientales y sud-orientales de Bolivia la Patagonia en Argentina está poblada mayormente por descendientes de españoles, italianos, croatas, franceses, alemanes, polacos, ingleses, pero por pocos descendientes de indígenas argentinos, estos fueron casi exterminados en las llamadas guerras del desierto que vienen desde la época de Bartolomé Mitre y Domingo Sarmiento. Martín Fierro era un gaucho mestizo que huía de las levas forzosas porque no quería ir a matar a sus hermanos de sangre y tampoco quería morir sin sentido y sin razón.

En oriente y chaco boliviano se preservó parte de culturas indígenas del llano y amazonía a través de misiones jesuíticas y franciscanas, pero en el balance general los europeos impusieron su forma de vida y religión a los nativos. No así en el occidente donde se estableció más bien una mezcla de modos de producción, costumbres, cultura y religión. Hasta hoy se produce alimentos en comunidades ancestrales andinas. En oriente sin embargo se habla de nación camba, que nada tiene que ver con la historia de Bolivia.

Las noticias sobre supuestos planes de élites cipayas y oligarquías en estas cinco provincias patagónicas, que poseen las ¾ partes de hidrocarburos descubiertos en Argentina, provienen de encuestas realizadas por el economista norteamericano recientemente finado Rudgier Dornbusch perteneciente a la institución “Kissinger Associates ” y cuyos resultados han sido presentados por el MIT o Massachussets Institute of Technology al público y gobierno norteamericano.

Sobre el escaso número de máximo dos millones habitantes – según esta encuesta – una mayoría relativa habría aceptado ceder la Antártida a acreedores a cambio de eliminar la deuda externa, por otra parte astronómica de más de 120 mil millones dólares, de Argentina. También habrían dado su consentimiento para constituir una nación independiente patagónica con capital en la ciudad Viedma, para supuestamente preservar la biodiversidad de la región para la humanidad. El territorio es la mitad de Argentina.

El gobernador de Neuquén – una de las provincias patagónicas – es el argentino de origen croata Jorge Sobosich que se ha especializado en vender o concesionar tierras en grandes extensiones a multinacionales, millonarios, artistas famosos y centros de investigación de Europa y Norteamérica. Se indica que la multinacional Benetton, por ejemplo, tendría casi un millón de hectáreas a su favor.

Otra encuesta del periodista Jorge Giacobbe en Comodoro Rivadavia, Trelew, Viedma y Puerto Madryn habría arrojado el resultado de que la población prefiere la independencia de Argentina para no contaminarse con el desastre fiscal y monetario del gobierno Kirchner, además de evitar pagar la excesiva deuda externa que tendría la Argentina con los recursos hidrocarburíferos de la región.

Cuando se observa las dificultades actuales que tiene el mundo industrializado y agresivo del norte - Norteamérica, Europa y Japón – para abastecerse de hidrocarburos baratos del sur planetario y principalmente de los países que conforman la OPEP, se puede observar la mano negra de los llamados geopolíticos del norte que quieren o pretenden dividir países en Sudamérica, África o Medio Oriente, para quedarse con aquellas partes secesionadas que posean estos recursos energéticos escasos a nivel mundial, apoyándose en oligarquías locales insensibles recién llegadas de Europa y cipayas de intereses norteños y que no sienten la historia de la misma manera como la sienten pueblos pobres o emergentes del sur del planeta.

Para sudamericanos es legado de nuestros libertadores la base fundamental para dar conformación a una nueva civilización solidaria y humana en nuestro continente. La integración de pueblos y países y no la guerra entre los mismos es otro legado espiritual de Bolívar, San Martín, Artigas, Sucre, Santa Cruz, O’Higgins y otros muchos más pertenecientes a bases campesinas o indígenas y soldados del pueblo.

Para mencionar solamente a Bolivia que concentraba en su suelo el poderío real español por las inmensas riquezas de Potosí y Oruro, centenas de guerrilleros cayeron en quince años de lucha contra el imperio ibérico y los últimos que quedaron con vida fueron Gregorio Lanza y Juana Azurduy de Padilla, quienes recibieron a Bolívar y Sucre en La Paz y Chuquisaca respectivamente. Antes de esto Tupac Katari y Bartolina Sisa en 1781 enfrentaron al imperio español con éxito pero fueron castigados finalmente con el descuartizamiento como fue con Tupac Amaru en Cuzco.

La experiencia histórica y social de América Latina es inmensa, desde México a la Patagonia, y no deberían ser oligarquías antinacionales, que solamente miran su ombligo pero no el bosque, las que dividan los países. México perdió Texas y California, Colombia a Panamá, Venezuela a Guyana, Argentina a las Islas Malvinas, Bolivia el Litoral, y así sucesivamente. Siempre por detrás se encontraba mano negra de ingleses y aliados locales que hicieron lo imposible para dividir y destruir la nación latinoamericana. Pero eso fue en el siglo XIX, hoy en el siglo XXI se habla más bien de la gran integración de nuestros pueblos. De la Patria Grande y de la Revolución Bolivariana en marcha ya en muchos países de la región y del tercer mundo también.

Al igual que el marxismo es una ciencia universal para entender la lucha de intereses de clases sociales y el método a emplear para que finalmente triunfe el pueblo soberano y protagónico, como en Cuba, Venezuela Bolivariana, Bolivia, Nicaragua, Ecuador y Brasil, por ejemplo. De la misma forma la ideología bolivariana - anterior al marxismo pero también de tendencia socializante - mostrará caminos para unir y no desunir como pretenden intereses externos al modo de vida solidario y social latinoamericano.