Doble rasero estadounidense
Bush admite errores en Iraq pero envía más soldados
11/01/2007
- Opinión
Mientras continúa la resistencia en Bagdad, el presidente norteamericano reconoce errores en su invasión a Iraq. Sin embargo dice que enviará más de 21 mil soldados adicionales.
El presidente George W. Bush anunció que enviará 21.500 soldados adicionales a Iraq, al tiempo que reconoció haber cometido un error al no hacerlo antes. Algunos dirigentes demócratas expresaron su oposición al despliegue, que comenzará la próxima semana.
El incremento en el número de soldados hará que la presencia estadounidense en Iraq llegue a su nivel más elevado desde que comenzó la guerra, y provocará un enfrentamiento directo entre Bush y el nuevo Congreso de mayoría demócrata. También es contrario a la recomendación que hicieron algunos generales.
La Casa Blanca dio a conocer algunos extractos de su discurso antes de su difusión por televisión en el horario de mayor audiencia.
El presidente dijo que Iraq también tiene que cumplir con sus responsabilidades, pero no le puso un plazo a Bagdad para que lo haga.
"El compromiso de Estados Unidos (en Iraq) no es por tiempo indefinido", afirmó. "Si el gobierno iraquí no cumple sus promesas, perderá el respaldo del pueblo estadounidense y el apoyo del pueblo" de Iraq.
Bush reconoció haber cometido errores en los esfuerzos anteriores para sofocar la situación cercana a la anarquía que priva en Bagdad.
"No hubo suficientes soldados iraquíes y estadounidenses para dar seguridad a vecindarios en los que ya se había expulsado a los terroristas e insurgentes", señaló el presidente. "Y hubo demasiadas restricciones en torno a los soldados que sí tuvimos".
Indicó que el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki prometió que las fuerzas estadounidenses tendrán libertad de acción y que "no se tolerará la interferencia política ni sectaria".
El enfoque de Bush equivale a correr un enorme riesgo en torno a la disposición de al-Maliki y su capacidad para cumplir las promesas que consistentemente no ha podido llevar a cabo: desbandar a las milicias chiís, buscar la reconciliación nacional y lograr que las fuerzas iraquíes manejen las operaciones de seguridad en Bagdad.
Tras casi cuatro años de sangrientos combates, el discurso representa tal vez la última oportunidad plausible de Bush de intentar presentar una estrategia ganadora en Iraq y convencer a los estadounidenses a que cambien de opinión acerca de la impopular guerra, que ha costado la vida de más de 3.000 soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidos y más de 4.000 millones de dólares.
Algunos demócratas, cuyo partido acaba de obtener la mayoría en ambas cámaras del Congreso, se reunieron con Bush y posteriormente se quejaron de que éste ignoró la oposición demócrata al incremento del número de soldados en Iraq.
"Esta es la tercera ocasión que intentamos esto. En dos ocasiones no ha funcionado", dijo la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la cámara baja. "¿Por qué están haciendo esto ahora (los republicanos)? Esa pregunta sigue sin respuesta".
Los demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes están organizando votaciones para exhortar al presidente a que no envíe más soldados. Aunque el mandatario no tiene obligación legal de obedecer dichos sufragios, la medida obligaría a los republicanos a quedar en evidencia, ya sea por oponerse al presidente o por respaldar un incremento en el número de soldados.
Se espera que el primer envío de nuevos soldados estadounidenses a Iraq sea en un plazo de tres semanas.
En tanto, el Congreso tuvo diferentes reacciones ante el discurso de Bush.
"El presidente sabe que está tropezando con una sierra eléctrica. Si tuviera respuesta, las hubiera dado hace mucho". Representante Charles Rangel, demócrata, Nueva York.
"Si Iraq ha de cumplir su función como estado soberano y democrático, debe empezar a actuar como tal. Es por eso que me opongo a la propuesta de aumentar los efectivos". Senador Norm Coleman, republicano, Minnesota.
"El presidente Bush ha optado por hundir la cabeza en la arena, no escuchar a nadie y seguir un rumbo que no volverá a Iraq más seguro, sea para nuestros valientes soldados o para los mismos iraquíes". Representante Frank Pallone, demócrata, Nueva Jersey.
"Estoy convencido de que los militares pueden hacerlo y que tendremos éxito". Mitch McConnell, presidente del bloque republicano en el Senado.
"Es hora de que el Congreso ejerza su poder y cumpla los deseos del pueblo estadounidense al cambiar el rumbo en Iraq". Senador Robert Menéndez, demócrata, Nueva York.
"Hay que darle la oportunidad (al presidente) para que esto funcione. El comprende que es su última oportunidad para lograr que esto funcione. Tiene que demostrar que es una política nueva, y ésta es una guerra que no nos podemos dar el lujo de perder". Representante Peter King, republicano, Nueva York.
"Creo realmente que si podemos elaborar una política bipartidista frente a esta escalada, será más efectivo que cualquier otra cosa para cambiar de rumbo en Iraq". Harry Reid, presidente del bloque demócrata del Senado.
El presidente George W. Bush anunció que enviará 21.500 soldados adicionales a Iraq, al tiempo que reconoció haber cometido un error al no hacerlo antes. Algunos dirigentes demócratas expresaron su oposición al despliegue, que comenzará la próxima semana.
El incremento en el número de soldados hará que la presencia estadounidense en Iraq llegue a su nivel más elevado desde que comenzó la guerra, y provocará un enfrentamiento directo entre Bush y el nuevo Congreso de mayoría demócrata. También es contrario a la recomendación que hicieron algunos generales.
La Casa Blanca dio a conocer algunos extractos de su discurso antes de su difusión por televisión en el horario de mayor audiencia.
El presidente dijo que Iraq también tiene que cumplir con sus responsabilidades, pero no le puso un plazo a Bagdad para que lo haga.
"El compromiso de Estados Unidos (en Iraq) no es por tiempo indefinido", afirmó. "Si el gobierno iraquí no cumple sus promesas, perderá el respaldo del pueblo estadounidense y el apoyo del pueblo" de Iraq.
Bush reconoció haber cometido errores en los esfuerzos anteriores para sofocar la situación cercana a la anarquía que priva en Bagdad.
"No hubo suficientes soldados iraquíes y estadounidenses para dar seguridad a vecindarios en los que ya se había expulsado a los terroristas e insurgentes", señaló el presidente. "Y hubo demasiadas restricciones en torno a los soldados que sí tuvimos".
Indicó que el primer ministro iraquí Nuri al-Maliki prometió que las fuerzas estadounidenses tendrán libertad de acción y que "no se tolerará la interferencia política ni sectaria".
El enfoque de Bush equivale a correr un enorme riesgo en torno a la disposición de al-Maliki y su capacidad para cumplir las promesas que consistentemente no ha podido llevar a cabo: desbandar a las milicias chiís, buscar la reconciliación nacional y lograr que las fuerzas iraquíes manejen las operaciones de seguridad en Bagdad.
Tras casi cuatro años de sangrientos combates, el discurso representa tal vez la última oportunidad plausible de Bush de intentar presentar una estrategia ganadora en Iraq y convencer a los estadounidenses a que cambien de opinión acerca de la impopular guerra, que ha costado la vida de más de 3.000 soldados de las fuerzas armadas de Estados Unidos y más de 4.000 millones de dólares.
Algunos demócratas, cuyo partido acaba de obtener la mayoría en ambas cámaras del Congreso, se reunieron con Bush y posteriormente se quejaron de que éste ignoró la oposición demócrata al incremento del número de soldados en Iraq.
"Esta es la tercera ocasión que intentamos esto. En dos ocasiones no ha funcionado", dijo la demócrata Nancy Pelosi, presidenta de la cámara baja. "¿Por qué están haciendo esto ahora (los republicanos)? Esa pregunta sigue sin respuesta".
Los demócratas en el Senado y la Cámara de Representantes están organizando votaciones para exhortar al presidente a que no envíe más soldados. Aunque el mandatario no tiene obligación legal de obedecer dichos sufragios, la medida obligaría a los republicanos a quedar en evidencia, ya sea por oponerse al presidente o por respaldar un incremento en el número de soldados.
Se espera que el primer envío de nuevos soldados estadounidenses a Iraq sea en un plazo de tres semanas.
En tanto, el Congreso tuvo diferentes reacciones ante el discurso de Bush.
"El presidente sabe que está tropezando con una sierra eléctrica. Si tuviera respuesta, las hubiera dado hace mucho". Representante Charles Rangel, demócrata, Nueva York.
"Si Iraq ha de cumplir su función como estado soberano y democrático, debe empezar a actuar como tal. Es por eso que me opongo a la propuesta de aumentar los efectivos". Senador Norm Coleman, republicano, Minnesota.
"El presidente Bush ha optado por hundir la cabeza en la arena, no escuchar a nadie y seguir un rumbo que no volverá a Iraq más seguro, sea para nuestros valientes soldados o para los mismos iraquíes". Representante Frank Pallone, demócrata, Nueva Jersey.
"Estoy convencido de que los militares pueden hacerlo y que tendremos éxito". Mitch McConnell, presidente del bloque republicano en el Senado.
"Es hora de que el Congreso ejerza su poder y cumpla los deseos del pueblo estadounidense al cambiar el rumbo en Iraq". Senador Robert Menéndez, demócrata, Nueva York.
"Hay que darle la oportunidad (al presidente) para que esto funcione. El comprende que es su última oportunidad para lograr que esto funcione. Tiene que demostrar que es una política nueva, y ésta es una guerra que no nos podemos dar el lujo de perder". Representante Peter King, republicano, Nueva York.
"Creo realmente que si podemos elaborar una política bipartidista frente a esta escalada, será más efectivo que cualquier otra cosa para cambiar de rumbo en Iraq". Harry Reid, presidente del bloque demócrata del Senado.
Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina
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https://www.alainet.org/es/active/15866
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