¿Encrucijada para Daniel Ortega?

¿Entre China o Taiwán?

16/01/2007
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A pesar que Taiwán y Nicaragua tienen firmado un tratado comercial, China seduce a la nación centroamericana a través de la promesa de financiar la construcción de un canal interoceánico.

 

Además de personalidades del calibre de Hugo Chávez, Evo Morales, el pasado 10 de enero estuvo presente en la toma de posesión del Presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, una nutrida representación diplomática de la República de Taiwán. La misma estuvo encabezada por el Presidente Chen Shui-Bian, quien a su vez fue acompañado de unos 200 empresarios que se trasladaron al país centroamericano con el fin de realizar distintos acuerdos comerciales.

 

Ahora bien: ¿a que se debe tanto interés taiwanés en una nación como Nicaragua? La respuesta es bien sencilla: no obstante el “boicot diplomático” llevado adelante por Pekín, el gobierno nicaragüense es uno de los 24 países en el mundo que reconoce la soberanía e independencia de Taiwán con respecto a China.

 

Teniendo en cuenta el antecedente que Daniel Ortega durante su primer mandato presidencial (1985-1990) decidió romper relaciones diplomáticas con la isla y ante el temor que si esto vuelve a ocurrir se pueda llegar a desencadenar un efecto “domino” en la región, Chen Shui-Bian se hizo presente en Managua para así profundizar los acuerdos económicos enmarcados en el Tratado de Libre Comercio que firmaron Taiwán y Nicaragua en Junio de 2006.

 

Es entendible la preocupación de Taiwán en tratar de preservar a uno de sus escasos socios comerciales. Según la agencia EFE, desde que el presidente asiático asumió el poder en el año 2000, China ha logrado arrebatarle siete aliados diplomáticos: Macedonia, Nauru, Liberia, Dominica, Granada, Senegal y Chad. Ahora parece que el país más poblado de la tierra quiere atraer nuevamente bajo su orbita al flamante gobierno sandinista, la herramienta para intentar lograr esto es sin lugar a dudas impactante: la promesa de financiar la construcción de un nuevo canal interoceánico.

 

Esta iniciativa, que los especialistas estiman que tendría un costo de entre 15 a 17 mil millones de dólares, permitiría triplicar el Producto Bruto Interno (PBI) de la nación nicaragüense. A su vez provocaría unos 400 mil puestos de trabajo durante la construcción (que duraría alrededor de quince años) y unos 25 mil empleos más surgirían durante la etapa de operación.

 

Eso sí, si el gobierno de Daniel Ortega decide aceptar esta suculenta propuesta, instantáneamente deberá romper relaciones diplomáticas con Taiwán: ya que este es uno de los requisitos que le exige China a todos sus socios comerciales y diplomáticos.

 

Hasta el momento la isla taiwanesa ha sido un socio de vital importancia para Nicaragua, según el análisis de varios analistas ese país a lo largo de los últimos 16 años realizó inversiones por unos 490 millones de dólares. A cambio de esto, el gobierno centroamericano ha respaldado el pedido del país asiático para formar parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

 

Luego de haber sido visitado por parte de la delegación taiwanesa que estuvo presente en la toma de poder de Ortega, Mauricio Gómez Lacayo-Vice Ministro de Relaciones Exteriores- señaló que a lo largo del último tiempo: “Hemos tenido inversión en 17 empresas de zonas francas, lo cual asciende a unos 127 millones de dólares. Esto ha generado más de 28 mil empleos y convierte a Taiwán en el país de mayor inversión extranjera directa en este sector”.

 

Sin lugar a dudas que esta ayuda es muy importante para el segundo país más pobre de Latinoamérica, por está razón el gobierno sandinista decidió reunirse el 12 de enero con la delegación de Taiwán para así firmar un “memorando de entendimiento”, que no sólo refuerza las relaciones bilaterales entre ambos países, sino que también determina la instalación de una empresa privada taiwanesa que realizara una inversión de unos 108 millones de dólares en el área de la “maquila”.

 

Cuando fue consultado sobre este tema, el Presidente Daniel Ortega se mostró plenamente satisfecho con el acuerdo comercial alcanzado: “Hemos tenido un intercambio bastante amplio, y lo importante es que existe la buena voluntad de trabajar en esa dirección para erradicar el hambre y el desempleo de nuestro país”.

 

Por su parte el Vice Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno asiático, Ching Shan Hou, se mostró predispuesto a: “traer nuevos inversionistas, nuevos proyectos de inversión para así crear nuevas oportunidades de trabajo”.

 

Ahora bien: ¿esta decisión hecha definitivamente por tierra las chances de negociar con China y el sueño de poder construir un nuevo canal interoceánico?

 

Para el ex canciller nicaragüense, Emilio Álvarez Montalbán, el gobierno del FSLN no le cierra las puertas a esta posibilidad, es mas según su opinión la idea del mismo es “procurar tener relaciones diplomáticas con Taiwán y relaciones comerciales con China Continental”.

 

Esta hipótesis la ratificó el mismo ministro de Relaciones Exteriores, Samuel Santos, a la salida de la reunión con la delegación taiwanesa. El funcionario remarcó que las relaciones diplomáticas con Taiwán se mantendrán independientemente de los lazos que Nicaragua tiene con otras naciones del mundo, incluyendo China.

 

No hay dudas que la intención del gobierno sandinista va a depender de la respuesta de su par chino. Eso sí, no hay que perder de vista que no obstante el empecinamiento de Pekín en “cercar” a Taiwán, la posibilidad de construir un nuevo canal interoceánico en Nicaragua puede llegar a constituir un factor importante para que la potencia asiática incremente su influencia geopolítica en toda América Latina, una región que en la actualidad constantemente nutre de materias primas a su pujante economía.

 

Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina

http://www.prensamercosur.com.ar

https://www.alainet.org/es/active/15963
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