La huida y su paso a la clandestinidad del general en retiro no son más que un reflejo de la forma de vida que por años construyó junto a la cúpula de la DINA. Hoy la justicia lo busca por secuestro y es deber de cada demócrata encontrarlo y denunciarlo a la policía.

El general en retiro Raúl Iturriaga Neumann, hoy se transforma en el primer militar chileno comprometido en violaciones a los derechos humanos que vive en la clandestinidad. Se declara en rebeldía y su actuar es una abierta provocación al sistema democrático y al estado de derecho imperante en Chile.

A través de un comunicado el ex Jefe del Departamento Exterior y miembro de la brigada de exterminio Purén de la DINA, desconoce la sentencia a firme de los Tribunales de Justicia y se niega a cumplir los cinco años de condena en una cárcel de cinco estrellas, como es el Penal Cordillera.

Iturriaga Neumann se niega a reconocer su participación en el secuestro, asesinato y desaparición del militante del MIR, Luis San Martín Vergara, quien fuera detenido por la DINA en 1974. Mucho menos reconocer su participación en los otros crímenes tales como el asesinato del general Carlos Prats y su esposa en Argentina, del ex canciller Orlando Letelier y de su asistente en Estados Unidos o, el atentado en Roma en contra del ex vicepresidente Bernardo Leighton y su señora en octubre de 1975.

En la misiva el condenado militar recalca que no reconocerá el fallo judicial y dice: "Abiertamente me rebelo ante esta arbitraria, sesgada, inconstitucional y antijurídica condena, ¡No la acepto!".

Pero su objetivo es otro, busca crear un sigma político con el objeto de presionar a las autoridades para que apliquen la Ley de Amnistía de 1978, cuerpo legal construido por la Dictadura Militar de Pinochet con el solo propósito de dejar impune el genocidio y el asesinato político instaurado en Chile desde el mismo 11 de septiembre de 1973.

El ex militar busca solidaridad entre sus pares. Pero es difícil que lo logre. La derecha y los miembros de las Fuerzas Armadas no lo denunciarán aunque el prófugo general este sentado, en la meza de al lado tomando té. Pero tampoco lo ayudarán. Son parte de los llamados parias del Dictador.

Pero la cofradía secreta de los servicios de inteligencia pinochetista que todavía opera al margen de la Ley es seguro que deben tenerlo a resguardo pero, hasta cuando, nadie sabe. El general en retiro Raúl Iturriaga Neumann olvida que la justicia tarda pero llega y, minuto que pasa más cerca de las rejas se encuentra.

Roberto Portilla
Editor General de Crónica Digital

Fuente: Crónica Digital (Santiago de Chile)

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