La marcha evangélica: homofobia pura

31/07/2008
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Al fin la Alianza Evangélica se lanzó a la calle, fue el sábado 26 de julio. Pero no contra tanta injusticia social, no contra la corruptela que nos desgobierna, no contra la violencia de género, ni por el derecho al agua para las comunidades. La cúpula evangélica llamó a marchar, de la mano con los obispos católicos cuestionados por sus ilegales negocios usureros. No marcharon para denunciar a los programas de televisión que hacen chiste de las personas discapacitadas, de los nicaragüenses, de las mujeres y de los homosexuales. No salieron a exigir juicio contra los que meten la mano en los fondos destinados a los pobres, sino marcharon de la mano con vendepatrias y corruptos como Guyón Massey.

Su manifestación no fue para promover el amor y el respeto a las diferencias, sino para repartir el odio contra los que ellos consideran diferentes y anormales: las personas homosexuales. Tampoco salieron a exigir juicio a los curas que abusan de niños y niñas, a decirle al Papa que con pedir perdón no es suficiente. Nunca los hemos visto un 12 de octubre condenando la masacre de hace 500 años contra nuestros antepasados indígenas, ni que la Biblia se empuñara junto con la espada. Tampoco los vimos marchando contra el TLC, contra la venta de nuestras playas o contra la guerra en Irak. No conocemos un comunicado de la Alianza Evangélica condenando al sistema imperante, responsable de que millones de personas sufran de hambre en el planeta. Su moral es muy corta.

Pero ahora si salieron a oponerse a un proyecto de ley que busca dar seguridad jurídica a la unión de dos personas del mismo sexo. Ni siquiera es un proyecto que legalice el matrimonio entre personas homosexuales. Su intolerancia e irrespeto llega al punto de que quieren seguir imponiendo sus creencias oscurantistas al conjunto de una sociedad que tiene derecho de pensar diferente. No traten de imponer sus preceptos religiosos y morales a los demás, que cada cual viva dentro de sus creencias y respeten a los que piensan diferente. Menos ustedes que pasan agachados cuando de los sagrados intereses de nuestro pueblo se trata, porque a veces pronunciarse puede contrariar a quienes aportan jugosos diezmos…
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