Por esta única vez

21/12/2008
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Como estaba previsto, “por esta única vez” la Constitución hondureña fue interpretada por nuestra clase política para correr a inscribir a Elvín Santos, ahora ex vicepresidente, como candidato del Partido Liberal, en el poder, de cara a los comicios generales de noviembre de 2009. El argumento de los legisladores, no fue jurídico, sino demagógico, bajo el cántico de que la voz del pueblo, es la voz de Dios. Una vez más, la fe se impuso sobre la ley.

Santos incluso ofreció una misa de acción de gracias porque una luz celestial finalmente “iluminó” el alma y los corazones de los congresistas, sobre todo la de los “liberales de corazón”. Atrás quedó todo un año de zozobra en que se mantuvo al pueblo, donde el manoseo político llegó a la ofensa, la vulgaridad e incluso el irrespeto de poderes, siendo el ahora ex vicepresidente uno de sus principales protagonistas.

Frescas están aún las imágenes en donde Elvín Santos protagonizó un escándalo en el Congreso con sus diputados de la “bancada de la dignidad” forzando candados y rompiendo puertas al mejor estilo de las revueltas protagonizadas por sectores del movimiento popular hondureño; sólo a que éstos últimos les echan la policía, las tanquetas y los acusan de “alterar el orden”, mientras que a los primeros las justificaciones para exonerarlos abundan: rabietas de niños bien, les llaman.

Las elecciones primarias sin duda dejaron muchas lecciones, especialmente para el sistema de partidos políticos que no logra levantar perfil y en su errática visión de la democracia, profundiza el desencanto al tiempo que erosiona la fragilidad institucional y el Estado de Derecho. La elección para diputados, es el mejor ejemplo; el desastre fue tal que ya ni se sabe a ciencia cierta quién ganó y con cuánto ganó; las negociaciones están a flor de piel.

En el partido Liberal, sus dirigentes con la inscripción de Santos hablan ahora de unidad partidaria y jóvenes liderazgos que vienen a “robustecer” las milicias eternamente jóvenes del liberalismo. Pero se equivocan al creer que un cambio generacional biológico es, a su vez, un cambio generacional de ideas. Esa misma percepción ocurre también en el partido Nacional.

El país en el último año, estuvo sometido a varios intentos de “asaltar el poder, desde el poder mismo”, protagonizado especialmente por los liberales y los intereses de sus cúpulas. La forma en que se inscribió a Elvín Santos y la velocidad del Tribunal Supremo Electoral por acatar el mandato divino del pueblo y el espíritu del legislador, solo reafirma el deterioro en que está cayendo cada vez más la clase política, en su afán de creer que el electorado ni ve, ni entiende.

La Constitución hondureña, una de las mejores de los últimos tiempos, es objeto constante de metamorfosis y abusos por parte de los políticos. Irónicamente, cada vez que la manosean y hacen un cambio, afirman que éste será “por esta única vez”.

De cara a la elección de la próxima Corte de Justicia, al parecer, las aguas en el congreso también se quieren enturbiar y se habla de intentos de querer “interpretar” la Constitución, “por esta única vez”, para infiltrar en la lista de los nominados, a los 45 que seleccione finalmente la Junta Nominadora, otra trinchera en donde las batallas, a medida que se acerca el plazo, se vuelven más intensas y bajas.

Todo apunta que los pronósticos hondureños para el 2009 serán inciertos no sólo a nivel económico y social, sino que también político. Parece que se nos acaba el río y no podemos, a estas alturas, encontrar puntos de cohesión. Por “esta única vez”, ojala podamos ver más allá del árbol.

Mientras, una pausa para la reflexión, la armonía y la paz que sólo nos da, cada año, la época de la Navidad y el Año Nuevo, no nos viene mal. ¡Felices fiestas!

Thelma Mejía
Periodista.
 

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