Los archivos nazis en la Argentina
19/05/2003
- Opinión
El influyente diario "The New York Times" publicó el 9 de
marzo pasado una nota que dejó estupefactos a muchos de
sus lectores. Describió allí cómo la República Argentina
sigue manteniendo rigurosamente cerrados sus archivos
nazis, a más de 57 años de terminada la Segunda Guerra
Mundial.
La nota periodística guardaba, sin embargo, relación con
dos libros del periodista Uki Goñi, titulados: "Perón y
los alemanes. La verdad sobre el espionaje nazi y los
fugitivos del Reich" (1998) y "La Auténtica Odessa. La
fuga nazi a la Argentina de Perón" (2002). "La Auténtica
Odessa" intenta demostrar en qué circunstancias se
produjo la llegada de los nazis a la Argentina y su tesis
se basa en la afirmación de que Juan Domingo Perón
construyó una red internacional de agentes para traer al
país a centenares de criminales de guerra belgas,
franceses, croatas, italianos y alemanes. Dicha red,
según el autor, tuvo su auge entre los años 1946-1949, se
encontró vinculada con la Cruz Roja y la Iglesia Católica
y operó en seis países. Goñi destacó entonces que la
Argentina mantenía una serie de archivos con información
referida al ingreso de numerosos nazis al suelo nacional,
entre los cuales se contaba a Mengele, Eichmann, Bohne,
Schwammberger y Priebke. Archivos que darían cuenta,
entre otros aspectos, del rol desempeñado por la
Dirección Nacional de Migraciones durante aquel período.
A partir de la publicación de los libros en cuestión
fueron muchos los actores que salieron a escena.
El Centro Wiesenthal solicitó a la Conferencia Episcopal,
al Ministerio del Interior, a la Cancillería y la SIDE,
que liberasen la información que al respecto tuvieran en
su poder. Unos y otros habrían sido partícipes de la red
en cuestión, ya sea dirigiendo el plan desde las
embajadas argentinas, emitiendo documentos para los
recién llegados, o bien admitiendo ilegalmente el ingreso
de aquellos al país. A modo de respuesta, la Conferencia
Episcopal señaló que su creación había sido posterior a
1946 y que, por lo tanto, nada sabía al respecto. Por su
parte, la SIDE alegó no tener documentos vinculados con
el tema, y los ministerios del Interior y Exterior ni
siquiera contestaron la petición. La polémica fue
reavivada luego, con la aparición de la nota en el "New
York Times".
En 1997 se creó la Comisión para el Estudio de
Actividades Nazis en Argentina -CEANA-, a través de un
decreto del ex presidente Carlos Menem. Esta comisión
tuvo a su cargo investigar quién vino al país, qué
riquezas trajo consigo y cuáles fueron las actividades
que desarrolló. Los nazis poseían en la Argentina bienes
e inversiones por un valor de entre 200 y 341 millones de
dólares al final de la Segunda Guerra Mundial, según un
informe de la Administración de Economías Extranjeras del
gobierno de los Estados Unidos de abril de 1945. Esta
cantidad, que representa el 15% de todos los activos
nacional-socialistas en el extranjero, es aproximadamente
la misma que tenían en el resto de América Latina y
bastante superior o similar a lo depositado en España,
Turquía y Portugal.
Si bien la CEANA pudo haber llevado a cabo una buena
tarea de documentación, lo cierto es que omitió toda
referencia a la participación activa que en la misma
habría desempeñado, a criterio de Goñi, su creador: Juan
Domingo Perón. Es más, hasta habría evidencias que pocos
meses antes de la creación de esa comisión, la Dirección
Nacional de Migraciones destruyó por orden de un
"superior" sus archivos referidos a los nazis arribados
al país al término de la Segunda Guerra. Es justamente
por eso que los diputados socialistas Rubén Giustiniani,
Alfredo Bravo, Oscar González, Jorge Rivas, Héctor
Polino, Ariel Basteiro y Eduardo García presentaron un
proyecto de resolución para que la Cámara de Diputados le
pida informes al Ejecutivo sobre la presunta destrucción
de los archivos en 1996.
La presión para que la Argentina descubra sus registros
viene también desde los Estados Unidos. El diputado
demócrata Maurice Hinche presentará en pocos días más un
proyecto de resolución para que el Congreso de ese país
"urja al gobierno argentino a liberar los documentos
oficiales sobre la relocalización en Argentina de nazis y
otros criminales de guerra". Según trascendió, Hinche le
reclama a la Argentina sus deberes como parte integrante
de la Task Force Internacional para la Cooperación en la
Educación, el Recuerdo y la Investigación sobre el
Holocausto. Destaca, asimismo, que como signataria de la
Declaración de Estocolmo se encuentra obligada a tomar
las medidas tendientes a "arrojar luz sobre las áreas
todavía oscuras del Holocausto". La complicidad argentina
con la Alemania nazi, sobre todo con posterioridad a la
Segunda Guerra, sigue siendo un capítulo signado por el
silencio y el tabú. Por eso la importancia de los
archivos en cuestión: esa memoria escrita con la cual
reconstruir el pasado reciente y saber cómo es que
nuestro país hospedó con tanto esmero a los suboficiales
y oficiales de Hitler.
Martes 20 de mayo de 2003
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