Macri y las academias de terror
07/02/2011
- Opinión
El Jefe de Gobierno porteño sigue enviando policías a las academias del Pentágono para formar a nuevos “Fino” Palacios.
La denuncia del canciller Héctor Timerman sobre el envío de policías metropolitanos de Mauricio Macri a “cursos de tortura” y “técnicas golpistas”, pagados por la embajada de los Estados Unidos, a una “academia” de El Salvador, destapó una olla con fuerte olor a podrido. De esa olla había emergido, recordemos, el hoy procesado comisario Jorge “Fino” Palacios que, precisamente, había sido colocado al frente de la Policía Metropolitana meses atrás. Además de tener como antecedentes actividades delictivas y de espionaje, este personaje había sido jefe de la sección “antiterrorista” de la Federal.
Cuando se denunció su nombramiento como jefe de la Metropolitana, Mauricio Macri pretendió escudarse aduciendo que esa elección la había tomado luego de consultar con la Mossad y la CIA, las dos organizaciones de espionaje y crímenes políticos con más trágica fama del planeta. En aquel momento, casi ningún medio de comunicación le dio mayor relieve a ese reconocimiento del Jefe de Gobierno porteño, pero los cables ahora se conectan, porque aquel “Fino” Palacios, ahora preso, resulta que no ha sido ni es el único emergente de aquellas escuelas yanquis que enseñan “seguridad”. Porque Macri –y no solo Macri- siguen enviando policías para que los Estados Unidos los adiestren según el criterio que el imperio tiene sobre “seguridad” y “antiterrorismo”. Se los forma con el objetivo puesto en que el día de mañana ocuparán puestos claves en los gobiernos o fuerzas armadas, de seguridad o Tribunales. La propia CIA impulsará o presionará, como lo hizo con el “Fino” Palacios, para que ese objetivo se haga realidad y así contar con cómplices seguros en sectores claves.
En el marco de la investigación legislativa sobre escuchas ilegales, están también las compras directas y secretas por parte del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño de material sofisticado destinado a tareas de espionaje con destino a la Policía Metropolitana, cosa expresamente prohibida tanto en la Constitución Nacional como en la de la Ciudad Autónoma, pero indicadas por la Academia estadounidense en El Salvador.
El que está al frente de ese Ministerio de Justicia y Seguridad es el ex juez federal Guillermo Montenegro, un amigo del torturador Luis Abelardo Patti y vinculado con servicios de informaciones navales durante la dictadura, quien estampó el año pasado su firma para armar a la Policía Metropolitana con pistolas “picanas” Taser X26 que accionan con descargas eléctricas contra los manifestantes. El Comité contra la Tortura y otros organismos de derechos humanos denunciaron la adquisición y la Justicia finalmente prohibió su uso, pero seguramente en las Academias de Seguridad yanquis impulsan su uso. (Cabe preguntarse, ¿Guillermo Montenegro habrá sido uno de los jueces que ha incursionado por la “escuela” en El Salvador antes de ser nombrado ministro?).
Esa institución enquistada en el país centroamericano se denomina International Enforcement Law Academy (ILEA), según Página 12 pertenece a la Western Hemisphere Institute for Security Cooperation que es un organismo que depende del Pentágono, el Ministerio de Defensa de los Estados Unidos, y creado por ley del 2000 para reemplazar a la siniestra Escuela de las Américas.
“Este va a ser el segundo año que (Mauricio Macri) envía a policías (a El Salvador), y a mí me preocupa porque los están enviando a lo que es la sucesora de la Escuela de las Américas, que está financiada por Estados Unidos. Con estas decisiones, Macri muestra que está dispuesto a ser heredero de las políticas represivas que el pueblo argentino rechazó desde 1983, cuando concluyó la dictadura”, declaró el canciller. Recordó, además, que en el año 2006 el entonces presidente Néstor Kirchner prohibió que miembros del Ejército y la Policía Federal atendieran cursos en instituciones sucesoras de la Escuela de las Américas.
Por tales academias se formaron individuos tales como Luís Posada Carriles (terrorista que hizo estallar una aeronave de Cubana de Aviación que volaba entre Barbados y La Habana el 6 de octubre de 1976, que dejó el saldo de 73 muertos). y muchos otros agentes especiales al servicio de Estados Unidos, a tal punto que se la considera la cuna intelectual de varios militares sudamericanos que en los años de plomo pusieron en marcha el Plan Cóndor con asesoramiento directo de la CIA.
En su edición del viernes último, el principal diario salvadoreño La Prensa Gráfica informó que desde que se fundó la ILEA en El Salvador, “varios funcionarios argentinos” de la Policía han recibido cursos en esta academia, que es una dependencia de la Embajada USA en El Salvador. El director de la ILEA, Andrés Ramírez Medrano, dijo al diario que “no solo miembros de las policías de los países de Latinoamérica reciben “capacitaciones dirigidas al combate del crimen organizado, narcotráfico y pandillas”, ya que también en los cursos participan “jueces y fiscales”.
En fin, en torno a esta cuestión, que encierra hechos gravísimos que atentan contra la soberanía nacional, la verdadera seguridad democrática del país y la independencia frente al imperio, habría que hacer una exhaustiva investigación, saber hasta qué extremos existen infiltraciones en los organismos de seguridad, en las fuerzas armadas y en el Poder Judicial (donde no pocos magistrados frenan juicios contra los genocidas y amparan a grupos económicos como Clarín). Y si están en vigencia acuerdos que unen al Estado argentino con este tipo de vinculaciones en torno al espionaje y la represión, es hora de acabar con ellos.
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