Venezuela

Somos soberanos

Chela Vargas

28/05/2011

Opinión

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La mundialización financiero-liberal, dotada de su inmenso poder ideológico, militar, político y mediático, amenaza nuestra integridad y anuncia sanciones a PDVSA. La continentalización está en marcha. Estamos inmersos “en una estrategia que pone en movimiento y en confrontación fuerzas antagónicas “con muchos perdedores y pocos ganadores” (G. Sarre). Los dueños de esa estrategia se colocan por encima de la realidad social de los pueblos pisoteando sus derechos, sus culturas, su soberanía. Tienen el propósito de construir tribunales supranacionales para respaldar su falacia. Esto significa pasar por encima de la constitución, las normas y los derechos establecidos para la convivencia social de las Naciones, Estados, ciudadanos. Mientras tanto no hay un esbozo de organismos que regulen el equilibrio del mercado y la especulación financiera.

Esta pretendida sanción tiene doble filo. No se trata de Irán y el petróleo. Se trata mas bien de una respuesta a la condena de los pueblos a sus arremetidas irracionales e inhumanas. Los pueblos están gritando ¡basta ya! de hambre, racismo, exclusión, fascismo, olvido. Y asumen nuevas alternativas de organización y lucha. Esta es la razón por la cual los “dueños” tratan de frenar al avance de la unidad latinoamericana y los logros de la revolución bolivariana. El pueblo venezolano avanza en la construcción del nuevo modelo de país consagrado en la constitución bolivariana y el programa de gobierno revolucionario: el Plan de la Nación. En este diseño político, liderado por el presidente Hugo Chávez y asumido concientemente por el pueblo, se nutre la conciencia para enfrentar la ofensiva neoliberal.

El Plan de la Nación respondiendo al mandato constitucional, concibe la integración latino-caribeña, como “Una identidad común para enfrentar el desafió del desarrollo humano y los altos niveles de pobreza y desigualdad”. Definición que se concreta hoy en UNASUR, un organismo de integración política, social y económica.

Para responder a este “desafío”; el pueblo venezolano construye el socialismo bolivariano como modelo alternativo al antihumanismo capitalista, con la conciencia, entusiasmo, alegría y solidaridad de las comunidades organizadas que participan en corresponsabilidad con el Estado en la elaboración de sus proyectos sociales: vivienda, soberanía alimentaría, salud y educación, para el logro del buen vivir. Esta nueva arremetida imperial, debe significar para los revolucionarios asumir con responsabilidad y conciencia, el compromiso de participar activamente con el pueblo, en la profundización y defensa de este proceso bolivariano que significa hoy, para América latina, “un nuevo comienzo” con un proyecto novedoso alternativo al capitalismo.

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