Cambios en la subasta de divisas, incertidumbre y especulación (I)

27/07/2011
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Según las autoridades del Banco Central de Honduras (BCH), debido a que las reservas internacionales se han incrementado a niveles que superan los US$ 3,000 millones, que cubren alrededor de 4 meses de importación, han tomado la decisión de cambiar internamente el mecanismo de subasta de divisas (cambio del precio base y de referencia) para que permita revaluaciones (apreciación del lempira con relación al dólar) o devaluaciones (depreciación del lempira con relación al dólar), dependiendo de la oferta y demanda de dólares.
 
La decisión ha sorprendido a la ciudadanía, ha creado incertidumbre y dividido la opinión pública. El Colegio de Hondureño de Economistas (CHE) se ha pronunciado a favor, en contraste con los maquiladores, que se han manifestado en desacuerdo debido a que, según ellos, afectará las exportaciones, pues se visualiza una revaluación y, por tanto, ellos recibirán menos lempiras por la misma cantidad de dólares que obtengan. En general, la opinión pública observa la medida con desconfianza, como un anzuelo (la prometida revaluación) para después devaluar y afectar los ingresos reales de los trabajadores.
A un día de adoptar la medida, los ahorristas incrédulos han corrido a cambiar los lempiras por dólares, se han agotado los dólares en los bancos, se ha creado una gran incertidumbre y cimentando un clima apropiado para la especulación (1).
 
La actitud de los ahorristas tiene fundamento en hechos históricos. En el gobierno de Callejas (1990-1994), siendo presidente del BCH Ricardo Maduro, uno de los personajes que están de acuerdo con la medida adoptada2, se liberalizó el tipo de cambio y se generó una gran especulación y una pérdida de valor del lempira con respecto al dólar (devaluación) jamás vista en la historia del país. En efecto, el tipo de cambio (lempiras por dólar) se elevó de 2 por 1 en enero de 1990 a 9.47 por 1 a diciembre de 1994, con un crecimiento promedio anual de 93%.
 
La gran especulación que se dio en el gobierno de Callejas obligó a la siguiente administración, presidida por el presidente Carlos Roberto Reina, ha instaurar el mecanismo de subasta de divisas, lo que controló completamente la especulación y eliminó la enorme devaluación del período anterior. En 11 años (1994-2005), el tipo de cambio pasó de 9.47 a 19.03, con un crecimiento anual de 9%. A partir de 2005, en la administración rectorada por el ex presidente Manuel Zelaya, el tipo de cambio se estabilizó en 19.03.
 
El mecanismo de subasta ha funcionado, pues el precio del dólar se ha estabilizado y se han mantenido suficientes reservas internacionales, lo que ha permitido un comercio exterior sin problemas, así que no hay justificación legitima para adoptar la nueva medida que ha provocado el rechazo generalizado, con raras excepciones, de los empresarios y público en general.
 
El gobierno, en vez de introducir incertidumbre en el aparato financiero, debería preocuparse de aspectos esenciales del sistema económico. Tiene que adoptar políticas integrales y congruentes para dinamizar el mercado (producir y consumir productos locales), que incluyan como mínimo medidas relacionadas con el comercio internacional, monetarias y fiscales.
 
Además, con relación al comercio internacional, es importante revisar la política aperturista (firma de tratados de libre comercio), que ha destruido la producción local. La política monetaria también debe ser evaluada, principalmente el manejo de las reservas internacionales y las tasas de interés. La política fiscal debe incentivar la producción interna, principalmente la agrícola para el consumo nacional, ya que así habrá alimentos para la población.
 
 
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