Invasión a Libia: continuación del asalto al poder mundial

05/09/2011
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La invasión a Libia es más que el deseo de los países imperialistas de apoderarse de los recursos naturales de ese país, es una guerra que persigue todo: la explotación del planeta Tierra y la humanidad por las transnacionales. Es el asalto al poder mundial. “No quieren apenas petróleo, sino todo el petróleo, así como luchan por dominar toda el agua, todo trigo, todo arroz, todos los genes, todas las ganancias. El suyo es un idealismo “todista que no conoce límites” (1).
 
Por lo tanto, las excusas para invadir los países pueden ser diferentes, pero el objetivo es el mismo: el poder mundial sobre los recursos naturales del planeta y de la humanidad entera. La excusa para invadir Afganistán fue la búsqueda del terrorista Osama Ben Laden, que dirigía la organización terrorista Al Qaeda; en el caso de Iraq, se dijo que el ex presidente Saddam Hussein poseía armas de destrucción masiva y que amenazaba la paz mundial, aunque nunca encontraron dichas armas; y en Libia, los imperialistas se volvieron los máximos defensores de los derechos humanos, no obstante que arrojaron bombas de alto poder destructivo sobre uno de los países que han logrado quizá uno de los mayores éxitos en derechos humanos, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH) de Naciones Unidas.
 
Todo parece indicar que en las dos guerras anteriores (Afganistán e Iraq) en las que EUA participó solo, sin el acompañamiento de las Naciones Unidas, si bien los promotores de los conflictos (transnacionales petroleras, constructoras y fábricas de armas) tuvieron grandes beneficios económicos, al Estado norteamericano le fue muy mal, aspecto que se refleja en el enorme déficit fiscal y el elevado endeudamiento. Mientras que las ganancias de la guerra se privatizaron, el costo se ha socializado no solamente entre el pueblo norteamericano, sino entre todos los pueblos del mundo.
 
En medio de las críticas condiciones de la economía norteamericana y las malas experiencias en Afganistán e Iraq, a EUA no le que ha quedado más remedio que involucrar a las ultraderechas de los estados imperialistas europeos y al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, ofreciéndoles participar en el botín de guerra, pero con la condición de que no toquen un aspecto clave: los mecanismos de socialización de los costos del elevado gasto militar, principalmente mantener el dólar como la moneda de referencia mundial.
 
Al parecer, EUA se ha dado cuenta de que el asalto al poder mundial no lo puede hacer solo. Por las condiciones económicas que imperan, está obligado a compartir. Puede ser que posteriormente los asaltantes se asalten entre sí, pero no en este momento.
 
En el asalto al “todo”, EUA está dispuesto a compartir la sobreexplotación de los recursos naturales del planeta y del trabajo. Con este anzuelo (reparto de los recursos) se involucra en la aventura bélica contra el pueblo libio, especialmente, a Francia, Inglaterra e Italia. Al parecer, también van a participar en el reparto Rusia y China.
 
Con relación a la deuda de EUA, es difícil que el mundo siga financiándola debido a la pérdida de credibilidad del Estado norteamericano. En efecto, la agencia Standard & Poors (SP) bajó la calificación crediticia de este país de AAA a AA+, argumentando la creciente deuda, el pesado déficit presupuestario y las carencias en planificación de políticas. China, uno de los principales acreedores de EUA (en mayo de 2001, la deuda sumaba 1.16 billones de dólares) dijo a los estadounidenses que Washington “debe darse cuenta de que las buenas épocas en las que podía pedir prestado para resolver los problemas que ellos mismos crearon quedaron en el pasado” (2)
 
Al parecer, a EUA solo le queda un mecanismo para trasladarle los costos de su abultado gasto militar a la humanidad: mantener el dólar como moneda de referencia mundial, en la que se expresen las monedas del mundo. Todo indica que la invasión a Iraq fue porque Hussein pretendía cambiar la venta de petróleo en dólares por euros. También Libia estaba exigiendo por la venta de de su petróleo el dinar oro libio.
 
¿Por qué en el asalto al poder mundial se escoge a Libia? Ya se mencionó una de las razones, las intenciones de Libia de cambiar la moneda de referencia (el dólar) por el dinar oro, pero hay otras, esta solo es la razón de EUA, no de los otros países imperialistas.
 
El coronel Gadafi es un líder planetario y, en el mundo africano, quizá el primero similar a Fidel Castro y Hugo Chávez. Es de las personas que tienen muy claro hacia dónde se orienta la política imperial: hacia la guerra; luchó contra el terrorismo mundial, no solamente contra el señalado por las potencias occidentales, sino contra el que provocan las mismas potencias imperiales; además, está legitimado ante su pueblo debido a la amplia labor social que ha desarrollado, que coloca a Libia como uno de los países que tendencialmente iban a alcanzar los más elevados indicadores de desarrollo humano en poco tiempo. Amigo de Nelson Mandela, en África se convirtió en el líder más visionario, participó como mediador en muchos conflictos y lideraba la resistencia africana contra las políticas imperiales.
 
La estrategia del asalto al poder mundial es la decapitación. “Se trata de decapitar países, regiones, organizaciones e iniciativas, decapitando a sus líderes”3. Ya se decapitó a Saddam Hussein, líder de Iraq, también a gran parte de pueblo iraquí. Ahora Iraq es un pueblo invadido militarmente y los recursos de ese país pasaron a poder de las transnacionales gringas. Hoy le tocó el turno a Libia. El coronel Gadafi fue derrocado militarmente del poder y se le busca para su decapitación. Los arreglos diplomáticos entre los asaltantes se orientan a la repartición del botín de guerra (los grandes recursos naturales y las reservas internacionales del pueblo libio).
 
En una nueva aventura militar podría tocarle el turno a Siria. Posteriormente puede ser Venezuela, pues hay que decapitar a los líderes. Es oportuno mencionar que el presidente Hugo Chávez es un líder mundial que encabeza la resistencia en América Latina, un buen candidato para decapitar, más cuando se atreve a tocar con fuerza los intereses imperiales al adoptar medidas económicas como la nacionalización de las minas y la repatriación de las divisas.
 
Notas
 
1 Hinkelammert , Franz, tesis expuesta en el libro El asalto al poder mundial y la violencia sagrada del imperio, escrito inmediatamente después de la invasión de EUA a Iraq.
 
2 Agencia AFP. Citado por La Tribuna, 7-08-2011.
 
3 Hinkelammert, op cit. pág. 41.
 
https://www.alainet.org/es/articulo/152354
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