Viviendo la Utopía

18/02/2004
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  • Opinión
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Una serie de cambios trascendentales llevados a cabo en Venezuela en los últimos años, nos indican que estamos dentro de una revolución. Sin embargo, son muchos los que objetan este juicio. Incluso los más radicales señalan que "este Gobierno no ha hecho nada". Pues bien la obra de Gobierno está ahí, y como dice el Presidente de la República, quien tenga ojos que vea. Aunque ese no es el punto, es conveniente decir que bajo los Gobiernos de otros presidentes también hubo obras de gobiernos; en unos más, en otros menos. Particularmente, bajo la dictadura del General Marcos Pérez Jiménez, las obras de gobierno fueron de tal magnitud que hoy compiten con las que hizo la llamada democracia del puntofijismo. ¿Qué diferencia hay entre los gobiernos anteriores y el actual? ¿Qué es lo que permite hablar de una revolución en proceso? Venezuela ha sufrido una transformación radical, sólo posible en una revolución. Cinco años atrás, el nivel político de los ciudadanos era muy bajo, hoy en día, la gran mayoría de los venezolanos tenemos un nivel político mucho más alto. Además, los grados de participación son muy elevados, hoy en día, en comparación con el pasado. No se está hablando de si se está a favor o en contra del proceso revolucionario, se está hablando de que los venezolanos hemos sido estremecidos por la irrupción de la política en nuestras vidas cotidianas. Esta transformación radical en la concepción de vida del venezolano se expresa en las acciones de los mismos. Muchos no habían tenido participación en organizaciones, marchas, discusiones, concentraciones, cooperativas, etc, ni mucho menos en la defensa de sus ideas y creencias políticas en la calle. Hoy en día los venezolanos tenemos una vida política bastante activa. Ahora bien, no es sólo que los venezolanos hablamos más de política que antes. Hay una serie de cambios políticos que confirman la revolución. Dejar atrás una Democracia Representativa, y pasar a construir una Democracia Participativa, en el marco de un Estado Social y de Justicia, es un reto sólo posible en una revolución. Haber cuestionado la globalización y el neoliberalismo, condenar el Terrorismo de Estado llevado a cabo por los EEUU y ser capaces de liderizar propuestas concretas de integración regional, ha sido posible en Revolución. El fortalecimiento de la OPEP, en donde el Gobierno conversó directamente con todos sus socios, a pesar del rechazo estadounidense, la condena del ALCA, el rechazo a las invasiones de Irak y de Afganistán, y los esfuerzos por construir un mundo multipolar se han dado por estar en una Revolución. ¿Cómo explicar que en menos de un año se haya alcanzado la increíble meta de alfabetizar más de un millón de habitantes, reduciendo casi a cero el analfabetismo en Venezuela? ¿En qué país del mundo ha sido posible convocar un proceso constituyente, con tal grado de participación y consulta popular como el que se hizo en Venezuela? ¿De qué manera se puede entender la asombrosa hazaña de haber desmantelado un Golpe de Estado, con participación internacional (EEUU y España, entre otros) y de haber restituido la Democracia en menos de 48 horas y sin llegar a usar la violencia o las armas? ¿En qué otro sitio del planeta se han diseñado misiones tan exitosas como la Misión Barrio Adentro, capaz de haber atendido médicamente a más de quince millones de personas en menos de un año? Reconocemos una Revolución cuando se toma como meta fundamental la transformación de la sociedad por la vía no sólo de los cambios políticos, sino también por los cambios a nivel de educación. Además del millón de alfabetizados, en cinco años de Revolución se ha logrado incluir más de un millón y medio de niños en el sistema escolar, se elevó el presupuesto de educación de 2,9% del PIB a 6,4 %, se han construido 675 nuevas escuelas, se han reconstruido 2.250, se elevaron a más de 3.000 las escuelas bolivarianas (aquellas que ofrecen alimentación, salud y recreación), se han contratado más de 35.000 nuevos docentes, se han creado más de 240 Infocentros (sitios que ofrecen acceso gratuito a Internet en los barrios y sitios más recónditos de nuestra geografía); en fin, los logros a nivel educativo revelan el desarrollo de una Revolución. También son indicios de estar en una Revolución el haber incorporado a más de 3 millones de personas al servicio de agua potable y más de un millón al servicio de recolección de aguas servidas, haber aumentado la esperanza de vida en nueve meses y haber disminuido la mortalidad infantil de 18 a 15 por mil nacidos. En conclusión, no se trata de cuantificar obras de gobierno sino de demostrar que cambios tan drásticos, como el de alfabetizar en seis meses una cantidad mayor a la que se hizo en casi 40 años de Democracia Puntofijista, no son posibles de lograr en los gobiernos tradicionales que han tenidos nuestros pueblos. Parafraseando la expresión que dice "los árboles no nos dejan ver el bosque", hoy decimos que las luchas cotidianas no nos dejan ver la Revolución.
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