¿Qué ganamos el 18 de noviembre?

19/11/2012
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 Claro que sí ganamos y lo que diga a continuación no es para que sirva de consuelo a nadie. Tampoco tiene que ver con ese cuento rayado de que se gana experiencia. Ganamos en todo. A ciertos compañeros les decía que si sacamos entre 400 y 500 mil votos eso sería un gran triunfo porque estamos frente a una bien aceitada maquinaria acostumbrada al fraude, con historia y dominadora de todos los trucos habidos y por haber. Controlan la transmisión de datos y su difusión; todo el proceso electoral está en sus manos; seleccionan y contratan custodios, edecanes, acreditan observadores, adjudican contratos de impresión de todo el material electoral, deciden la organización de la mesa electoral, tienen a las fuerzas de seguridad a la orden; Libertad y Refundación no tiene presencia en el Tribunal Electoral, nuestro partido no decide en nada al interior de esa entidad ni dentro del Registro Nacional de las Personas, el manejo tecnológico es responsabilidad de dos empresas telefónicas y una de ellas es claramente financista y promotora del golpe de estado; sus directivos principales son golpistas y fanáticos religiosos inscritos en el Opus Dei. Es decir, afines, aleros, cómplices, compadres de Mauricio Villeda y Ricardo Álvarez; y en el momento en que sea la elección general, son de los más importantes patrocinadores de los candidatos presidenciales del partido colorado-cachureco, el partido de la bandera morada.
 
Dos “analistas” al servicio de la oligarquía, Raúl Pineda Alvarado y Jorge Yllescas Oliva, el domingo por la noche aseguraron que el resultado significaba la derrota del partido Libre, según ellos era el fracaso total; en su ignorancia y en su fanatismo, son incapaces de entender qué sentido tiene el 18 de noviembre. El odio que tienen contra Xiomara Castro de Zelaya los ciega hasta el punto de creer que todo este proyecto político es una ocurrencia de Manuel Zelaya y no una respuesta organizada del pueblo que se resiste a la injusticia y que se ha propuesto transformar el país para hacer algo diferente, que quiere participar de forma pacífica para edificar una sociedad solidaria, digna, respetuosa de todas las personas y de la naturaleza.
 
Con toda seguridad que necesitamos mejorar la organización, y en esto no digo nada nuevo. Por ejemplo, insistir en la capacitación para las mesas de recepción y así poder utilizar con eficiencia el material electoral, traslado puntual de los votantes y garantizar la seguridad y traslado de los integrantes de esas mesas tanto al inicio como al final del proceso. Pude ver un caso de un movimiento que nombró a un miembro de la mesa electoral que no había sido adiestrado en las capacitaciones del TSE y tenía credencial de presidente. Entre todos fuimos aprendiendo en el camino, aunque esto debe ser previsto.
 
 Pero lo fundamental está en el mecanismo de transmisión, certificación y difusión de los datos. Y esto no sólo es un problema tecnológico, tiene una gran importancia política. Se trata de impulsar cambios que simplifiquen el proceso de conteo de votos, su tabulación, transmisión y certificación. Esta fase tiene complicaciones innecesarias que enredan todo, encarecen las elecciones y parece que están diseñadas para generar confusión en las mesas. Toda esa etapa debe ser más simple y más segura. Esto no se logra con la introducción de más y más controles, de más y más candados cuando todos son fáciles de abrir para el que usa las mañas del delincuente electoral; en este proceso hay demasiados criterios propios de abogados que resuelven todo con actas. Esto no confiere seguridad al proceso sólo lo hacen más complicado. No es posible que al final de la fase de votación toda la documentación quedé en manos de una persona contratada por el Tribunal, en el custodio. Y aunque exista transmisión inicial de datos vía teléfono, el documento más importante es el acta de cierre original y sobre ella no hay ningún control del partido. Cuando se entrega la maleta electoral al custodio para que la lleve a las bodegas del TSE, ahí va todo lo que no se utilizó, incluyendo votos en blanco y nulos; creo que ese material no utilizado como hojas de control, actas, votos no utilizados, en blanco y nulos, deben ser destruidos en las mesas y con la participación de los integrantes y los testigos que se necesiten; después, se le entrega al custodio.
 
Policías y soldados armados no deben deambular entre las mesas y con sus armas cargadas; pueden estar cerca y acudir cuando lo solicite el presidente de la mesa y el custodio electoral. Digo todo esto porque tuve participación como miembro de una mesa en un lugar muy especial, en el gimnasio del instituto San Miguel, rodeado de zonas urbanas en donde viven gran parte de las familias golpistas del país. Aquí asistieron a votar los representantes de las empresas que financiaron el golpe de estado y muchos políticos que encabezaron las marchas de los blancos y que fueron miembros del gobierno de Cabeza de Ajo, alias Roberto Micheletti. Los tuvimos frente a nosotros, los vimos pasar y miramos muecas, arrogancia, gestos de burla, altanería, en fin, supieron mostrarse como lo que son: los más burdos y mal educados miembros de la oligarquía silvestre, perdón, urbana; es decir, de esas colonias de Tegucigalpa con sus muros altos, sus baldosas de mármol, sus lámparas sin ninguna maravilla en su interior, sus cámaras de video y carísima alimentación para sus mascotas y con el peor sentido estético de la belleza y el buen gusto. El uso del botox, de la silicona y del pelo mal teñido lo dice todo. Pero en las mesas se disputaban cada voto y sus enojos eran visibles, mostraban su esencia egoísta y su torpe noción de saberse vecinos del otro.
 
Pude experimentar pequeños detalles, pero enormes por su significado solidario, sencillo; momentos que por su generosidad se convierten en ejemplo de dignidad y fraterno respeto. Al inicio algunas mesas se instalarían en otro sitio y de forma intempestiva, sin darnos razones, tuvimos que ir al gimnasio mencionado. A las 7 de la mañana inició todo. Nos sometieron a gran cantidad de controles de parte del TSE y del Instituto de Acceso a la Información Publica, y esa práctica sólo era contra Libre, y no les pusimos ninguna traba. Tuvimos la experiencia que un sujeto llamado Thierry de Pierrefu, golpista por convicción, de la misma calaña de Rata Gorda, alias Oswaldo Soto; de la misma mara de Rata Peinada, alias Enrique Ortez Colindrés, el tipo ese con credencial de Observador Nacional, andaba levantando encuestas en Libre sobre los votos para Xiomara Castro, le dijimos: vea la urna observador, es transparente, y   haga cuentas que sólo hay 24 votos de calidad, aquí en nuestra mesa no hay bulto ni cantidades significativas, solo calidad de votantes. El marero no volvió.
 
A media hora de anunciar el inició de la votación llega alguien y pregunta quiénes son de tal movimiento y nos dan desayuno a todos los seis integrantes de la mesa electoral; otro compañero aparece y distribuye merienda para toda la mesa; eso se repitió durante el proceso electoral entero. Los movimientos atendieron a todos los compañeros sin hacer diferencia. Tuvimos que compartir alimentos con los soldados, nadie más lo hizo y lo hicimos los de Libre con discreción, con respeto, sin exhibirnos y sin alardes.
 
Hay un caso muy especial: un miembro del partido Libre que fue ministro de economía de Mel Zelaya se encargó de abastecernos en todo ese domingo, hasta postres habían después de cada comida, y en la fila del partido nacional su hermana votaba por Ricardo Álvarez; lo mismo ocurrió con otro compañero de profesión psiquiatra, atendiendo a las tres mesas de Libre por igual y con orgullo de resistente frente a sus viejos conocidos y a sus familiares golpistas. Y llegaban más compañeros y ni siquiera supimos sus nombres con alimentos, café, pan dulce, agua. En fin, gran demostración de solidaridad y de dignidad en todos los compas. Esos detalles nos diferencian profundamente de los miembros de los partidos tradicionales. Y no es que seamos perfectos o santas figuras, es que estamos desarrollando más los valores y los principios morales de la Resistencia Popular y del Partido Libertad y Refundación. Eso es parte de lo que hemos ganado el 18 de noviembre. Y esto no es cualquier cosa, no es paja barata, no sólo son votos para equis movimiento, no solamente es la pérdida o el triunfo de tal candidatura, es la integración de los compañeros en planillas de diputados y de alcaldías, es la consolidación de la candidatura de Xiomara Castro de Zelaya, es que estamos forjando principios y valores partidarios que serán parte de la identidad popular.
 
19 de noviembre de 2012
 
 
 
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