Falló el intento de desconocer a Nicolás Maduro e impedirle gobernar
31/05/2013
- Opinión
Contundencia: el presidente Nicolás Maduro prometió que la ley será implacable con quienes durante varias semanas buscaron la desestabilización de su gobierno y la intervención extranjera. “Ellos son los responsables de mandar a la calle a sus seguidores y provocar una decena de muertos”, señaló. La auditoría del Consejo Nacional Electoral confirmó los resultados del 14 de abril. Pero la derecha y el Departamento de Estado desconocen de derecho –aunque reconocen de hecho– la legitimidad de un nuevo triunfo de la Revolución.
La auditoría ciudadana de las elecciones del 14 de abril realizada por el Consejo Nacional Electoral (CNE) arrojó una coincidencia de 99,98% con los datos difundidos la noche en que Nicolás Maduro fue electo presidente de Venezuela. La revisión, transmitida en directo por Internet para todo el mundo, eliminó los últimos argumentos de fraude esgrimidos por la derecha y aplastó definitivamente una de las estrategias de la ofensiva fascista del Departamento de Estado.
Mientras se difundían los datos de la auditoría, dirigentes de la derecha regresaban a Caracas con las manos casi vacías. Habían recorrido miles de kilómetros llevando sus denuncias a varios rincones de América para que las derechas locales levantaran las banderas del fraude a instancias de Washington. Poco de eso pasó. El Congreso peruano intentó sumarse a la maniobra desestabilizadora en una sesión que terminó con la renuncia del embajador de Perú en Venezuela, avergonzado por esa acción parlamentaria, y obligó al presidente Ollanta Humala a pedir disculpas al gobierno bolivariano. Hasta el Congreso paraguayo suspendió por falta de quorum la sesión en la que se iba a tratar la “solidaridad” con la derecha venezolana. El presidente electo Horacio Cartes analiza invitar a Maduro a su ceremonia de asunción para disgusto del resto de la derecha paraguaya.
La excepción fue el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, cuando el 30 de mayo recibió en Bogotá a Henrique Capriles. Maduro lamentó que Santos se prestara para planes de conspiración que alteraran la paz de Venezuela. Advirtió que “en Colombia creen que ha llegado el momento de derrocarme (...) Tengo esa información y no me la puedo guardar, porque yo soy el Presidente de una patria libre”.
Unos días antes de esa reivindicación del golpismo, Santos había rechazado una audiencia con los fascistas venezolanos y había legitimado al presidente Maduro incluso ante el papa Francisco. En cuestión de días, Washington dejó al descubierto su intención de liderar una alianza fascista suramericana y utilizó a Santos como antes lo había hecho con Uribe.
Las inéditas declaraciones en México del presidente Barack Obama fueron la máxima expresión de esa ofensiva: “hay informes que prueban que Venezuela no observa los principios básicos de derechos humanos, democracia, libertad de prensa y libertad de reunión (…) el hemisferio completo está viendo la violencia, las protestas y los ataques a la oposición”, dijo. El presidente Maduro denunció que la derecha venezolana le recomendó a Obama no reconocer el triunfo de la Revolución. “Le prometieron que yo iba a ser derrocado en 48 horas, o que iba a haber una crisis de violencia en el país (y así) lo embarcaron en una derrota”.
Momentos críticos
Recién un mes después del triunfo electoral del 15 de abril el presidente Maduro aseguró que había sido neutralizado el golpe fascista. La primera etapa de la ofensiva derechista había durado exactamente un mes. Al encabezar un Consejo de Ministros del Gobierno Bolivariano, el 15 de mayo, anunció que la ley será implacable con quienes buscan la desestabilización y la intervención extranjera y que provocaron una decena de muertos. “Digan lo que digan, los responsables de esto son quienes mandaron a la calle a sus seguidores”, señaló.
El Presidente denunció que “la derecha ha pretendido y seguirá pretendiendo destruir la democracia venezolana y revertir la Revolución Bolivariana”. Reafirmó la necesidad de hacer un poderoso esfuerzo comunicacional y cuestionó a los empresarios de los grandes medios por ser “parte del problema”, pues “han reproducido durante décadas una cultura de muerte y violencia”.
En plena ofensiva fascista, el 24 de abril fue detenido en Caracas el estadounidense Timothy Hallet Tracy, quien argumentó que se encontraba en el país para filmar un documental, pero el gobierno bolivariano lo acusa por sus vínculos con un plan desestabilizador tras las elecciones del 14 de abril. Fue apresado cuando intentaba salir del país por el aeropuerto internacional Simón Bolívar, acusado de ser agente de inteligencia vinculado con el adiestramiento de sectores violentos venezolanos. Dos semanas después las autoridades venezolanas detuvieron al jefe paramilitar Giraldo de Jesús Escalante. No está claro qué hacía el líder de la banda ultraderechista “Los Urabeños” ingresando al consulado colombiano en el Estado Barinas.
Antes de esto, Maduro alertó a la Fuerza Armada bolivariana durante una ceremonia en Fuerte Tiuna, el principal destacamento militar del país: “el imperio no descansa en su ambición histórica de apoderarse de las tierras latinoamericanas y particularmente de Venezuela. Está tocando puertas para ver quién le abre, para ver a quién pudre en su corazón, en su moral, para ver a quién corrompe, pero en Venezuela afortunadamente se ha estrellado contra un muro”, dijo.
“No crean ustedes que ellos no han hecho más porque no han querido. No han hecho más porque no han podido. Si hubieran logrado algo en sus planes para convertir en traidor a algún miembro de nuestra Fuerza Armada, qué no hubieran hecho (…) Que nadie se llame a engaños ante una sonrisa y un saludo, ni ante un halago ni a una visa para viajar a Estados Unidos”, alertó.
Sin fisuras
En este proceso se inscribe el histórico viaje que el presidente Nicolás Maduro realizó a comienzos de mayo a los países del Mercosur. Además de firmar acuerdos, el mandatario recogió un una legitimación incuestionable de los gobiernos y pueblos de Uruguay, Argentina y Brasil. Maduro ratificó su compromiso con la integración y la unidad latinoamericana y caribeña, en particular con el Mercado Común del Sur, al que Venezuela se incorporó como miembro pleno en julio del año pasado. Para el gobierno bolivariano, esta gira fue exitosa por sus logros comerciales y económicos, pero también por el saldo político. El 28 de junio Venezuela tomará por primera vez la presidencia temporaria del bloque y se abrirá una buena oportunidad para acercar más a Suramérica con los países del Caribe y, en especial, con el Alba.
Durante el viaje por el Mercosur se firmaron 51 acuerdos en las áreas de energía, alimentos e industrialización. El Presidente recibió el apoyo de los tres países para afrontar el desabastecimiento de alimentos. El canciller Elías Jaua dijo que Venezuela es un proveedor seguro de la energía necesaria para el desarrollo industrial de los países de la región, mientras que Mercosur aporta experiencia, desarrollo agrícola e industrial.
Maduro detalló que su gira permitió suscribir acuerdos que ayudarán a Venezuela a potenciar la producción nacional de alimentos y hacer frente al desabastecimiento que la derecha instrumentó como parte de la ofensiva contra la revolución. La visita fue recibida, además, por movimientos sociales, políticos y sindicales de los tres países que identifican al presidente de Venezuela como la expresión más cabal de la profundización del socialismo bolivariano.
Unos días después de su gira por el Mercosur, Maduro recibió en Caracas al vicepresidente chino Li Yuanchao, con quien firmó acuerdos bilaterales en materia tecnológica, petrolera, social y productiva que incluyen la construcción de un puerto, nuevas terminales marítimas y el análisis para el establecimiento de las zonas económicas especiales. La colaboración con China le ha permitido a Venezuela instalar plantas de electrodomésticos, poner en órbita dos satélites y la construcción de viviendas.
El gobierno bolivariano también suscribió importantes acuerdos con Rusia para la construcción de viviendas y en materia de defensa y energía, entre otros ámbitos. El Ministro de industria y comercio de la Federacion Rusa, Denis Manturov, visitó Caracas a comienzos de abril al frente de una delegación que trabajó en diversos acuerdos. Maduro confirmó que participará en la segunda Cumbre de jefes de Estado de Países Exportadores de Gas, que se realizará en Rusia entre el 1 y 2 de julio.
Impotentes, la derecha venezolana y el Departamento de Estado quedaron aislados. La solidez de la política exterior bolivariana fue una vez más un instrumento fundamental para aplicarle una nueva derrota a la contrarrevolución.
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