Crímenes en El Salvador; alertas en Estados Unidos

09/08/2013
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Los promedios de homicidios están ascendiendo y las extorsiones no tienen freno
 
SAN SALVADOR - La violencia diariamente continúa cobrando vidas humanas en El Salvador y los niveles de homicidios, aunque han bajado, siguen manteniendo altas tasas, a tal grado que Washington reiteró en las últimas horas una alerta a sus ciudadanos para que eviten viajar a este país centroamericano.
 
La dinámica de la violencia en El Salvador es muy veloz. Hechos tras otros de asesinatos, desaparecimientos, descubrimientos de cementerios clandestinos, secuestros y extorsiones se suceden de manera vertiginosa.
 
El viernes pasado, en la capital estadounidense sus servicios de seguridad informaron de un operativo llevado a cabo en Guatemala, Honduras y El Salvador, en el que habían capturado a más de 200 peligrosos miembros de pandillas que son consideradas organizaciones criminales trasnacionales.
 
Horas después, la embajadora de Estados Unidos San Salvador, Mari Carmen Aponte, daba a conocer una alerta que Washington actualizó de "la emitida el pasado 23 de enero de 2013", debido a que los niveles de violencia y crimen siguen siendo “críticamente elevados”.
 
"El objetivo de una alerta de viaje es dar información sobre seguridad a los ciudadanos estadounidenses que viajan y residen en el exterior y no refleja la naturaleza de nuestras relaciones bilaterales con un país", dijo la diplomática.
 
“El gobierno de El Salvador carece de recursos suficientes para investigar adecuadamente y procesar los casos y para prevenir el crimen violento”, asegura en una de sus partes el texto de la alerta estadounidense.
 
Hasta el momento el gobierno salvadoreño, que se califica como socio estratégico de Estados Unidos, no ha emitido opinión sobre los dos anuncios hechos el viernes en Washington.
 
En sus declaraciones la embajadora Aponte trató de suavizar el fuerte impacto de la crítica estadounidense hacia El Salvador, al expresar que "en el tema de los homicidios El Salvador ha logrado una reducción significativa entre 2011 y 2012, lo cual es un paso importante hacia una mejora en la situación de seguridad".
 
Y reiteró que su gobierno "comparte un compromiso con El Salvador, un socio bilateral importante, de mejorar la situación de seguridad. A través del Asocio para el Crecimiento estamos trabajando muy de cerca con el gobierno de El Salvador para lograr ese objetivo. Confiamos en que este programa conjunto logrará avances en la reducción del crimen en El Salvador".
 
La alertas no son para menos en un país donde el mismo viernes se conoció que hasta el ministro de la Defensa Nacional, general David Munguía Payés, ex ministro de Seguridad, había sido víctima de un robo en su propio domicilio.
 
El viernes también se supo del asesinato un veterano de guerra estadounidense, de origen salvadoreño, Edwin Geovany Rivera, y de su madre, María Esther Rivera, por un grupo armado que según testigos, vestía uniformes y armas de uso exclusivo del ejército.
 
Por la parte salvadoreña, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Perdomo, dio un informe, el viernes, acerca de la baja de los homicidios desde el 1 de enero hasta el 8 de agosto del presente año, al asegurar que se cometieron 411 asesinatos menos, que en el mismo periodo el año pasado.
 
No obstante, Perdomo también informó que en lo que va del mes de agosto, el promedio de asesinatos es de 10,8 diarios, el doble de lo que se estuvo reportando desde hace un año, cuando que se estableció una tregua entre las pandillas salvadoreñas: la Mara Salvatrucha y Barrio 18, para frenar los homicidios.
 
La tregua, que ha sido muy cuestionada social y políticamente en El Salvador, está vigente desde marzo de 2012. Su principal impacto fue en reducir los promedios de 15 a 5 homicidios diarios.
 
En las últimas encuestas de opinión, la mayoría de salvadoreños cuestiona la política criminal del actual gobierno, ante la persistencia de los homicidios por parte de pandillas y de organizaciones del crimen organizado, así como de otros delitos graves como los robos a mano armada, extorsiones y violaciones sexuales.
 
 
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