El asesinato de John F. Kennedy 50 años después (II)
- Opinión
(Segunda parte)
El 22 de noviembre de 2013, se cumplieron 50 años del asesinato en Dallas, Texas, del presidente John Fitzgerald Kennedy, el primer magnicidio de un jefe de estado norteamericano visto en la televisión en tiempo real por millones de personas.
El aniversario del crimen permite comparar la teoría oficial del asesino solitario, Lee Harvey Oswald, con un creciente cuerpo de evidencia que apunta a otra historia; Kennedy fue asesinado porque Washington buscaba una guerra termonuclear contra Moscu y el joven presidente rehusaba hacerles el juego a los generales.
Al concluir la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos era el único país del norte con su estructura industrial intacta y una enorme reserva de oro.
La nueva era iniciada por Washington buscaba tomar el control de las colonias británicas, francesas y holandesas.
El mundo unipolar que buscaba Washington tenía dos obstáculos en su camino. China y la Unión Soviética. Los planificadores de la expansión estadounidense sabían que la URSS, en cuestión de años, lograría paridad nuclear con su principal adversario. Por tanto era necesario atacarlos antes, a sabiendas que “al final de la batalla” las tropas norteamericanas saldrían triunfantes.
Las piezas se estaban colocando en los lugares claves del tablero de ajedrez mundial; Washington tenía armas atómicas emplazadas en Turquía e Italia, y Moscu, además de su inferioridad numérica nuclear, no disponía de misiles cerca de la frontera de los Estados Unidos.
El estado mayor insistía en que había una brecha entre su país y la Unión Soviética, la misma que debían cerrar construyendo más bombas atómicas. Esa misma línea “fue impulsada” por el joven John F Kennedy en su campaña presidencial contra su adversario Richard Nixon.
Después de ganar las elecciones en 1960, Kennedy envío a Robert Mc Namara al Pentágono a informarse sobre “la brecha nuclear” entre EEUU y la URSS. Al enterarse de que la brecha era un mito, Kennedy también comprendió que los generales planeaban un enfrentamiento termonuclear con los soviéticos.
El presidente no era ningún extraño a la ideología anticomunista.
Su padre Joseph Patrick Kennedy, además de haber sido el titular de la US Securities and Exchange Commision y Embajador en Inglaterra, se las había ingeniado para dar la impresión de que el tenia algunas simpatías por los anticomunistas alemanes nazis, y era amigo del senador Joseph Carthy.
El senador lideraba una cacería de brujas en todo el país contra disidentes en nombre de “la guerra contra el comunismo.”
De acuerdo a Iván Eland, autor del libro: “El Fracaso de la Contrainsurgencia; Porque Nunca Son Ganados los Corazones y las Mentes,” el temido senador, no solo frecuentaba a los Kennedy, sino que en 1952, empleo a Robert Kennedy (después Procurador de Justicia de la nación y candidato presidencial) como jefe de personal en el Subcomité Permanente de Investigaciones examinando posible infiltración de comunistas en el gobierno.
Joseph McCarthy mantenía “su inquisición anticomunista” acusando a personas de se comunistas, simpatizar con el comunismo, deslealtad y homosexualidad.
La peligrosa búsqueda de los asesinos de JFK
El cineasta y ex soldado, Oliver Stone, en su película JFK (1991), uso datos recabados por el ex fiscal Jim Garrison, quien estaba convencido que el crimen fue el resultado de un complot,
Stone asegura que si uno ve el tiraje fílmico de Abraham Zapruder sobre el asesinato en Dallas en 1963, puede darse cuenta como Kennedy es balaceado en la garganta, luego en la espalda, y después impactado desde enfrente. Y al recibir el cuarto, quinto o sexto tiro, su cuerpo cae hacia el lado izquierdo.
Añade que varias personas en los hospitales en Texas y en Washington, donde se le hizo la autopsia, vieron una enorme herida en la parte de atrás del cráneo.
Inclusive el personal medico en el hospital Parkland de Dallas, vio como partes el cerebro de Kennedy se estaban saliendo por la herida de atrás en la cabeza.
Sin embargo, esa enorme herida no fue revelada por los que hicieron la autopsia porque querían dar la impresión de que el presidente había sido asesinado desde atrás (donde supuestamente se encontraba Lee Harvey Oswald), y no balaceado desde enfrente.
La película de Oliver Stone también mostró a millones de estadounidenses datos sobre la extraña relación de Lee Harvey Oswald (el supuesto asesino de Kennedy), con el FBI y la CIA, sus vínculos con derechistas de Dallas y Nueva Orleans, la miopía investigativa de la Comisión Warren, y problemas con la autopsia que hicieran al presidente después del crimen.
El personal medico del Bethesda Medical Center, en Washington, realizo una autopsia supervisada por el personal castrense, dice Stone. Ellos eran de la naval obedeciendo ordenes de los oficiales militares.
En cuanto al fiscal Jim Garrison que opto por investigar un posible complot para asesinar al presidente Kennedy, el tuvo problemas con las autoridades.
La Central de Inteligencia siguió de cerca el caso, tenían archivos de Garrison, le pusieron micrófonos en su oficina, le robaron sus documentos, e infiltraron soplones dentro de sus empleados. Además, tres de sus testigos murieron, y otros no fueron llamados a declarar porque se bloqueo la orden judicial para obligarlos a hacerlo.
Comentando sobre las acciones que realizara Kennedy para “contrariar” a los generales, Oliver Stone dice que la invasión de Playa Girón (Bahía de Cochinos) en Cuba, había sido planificada por el presidente Dwight Eisenhower y fue algo que Kennedy aprobó sin mucho entusiasmo.
También rehúso invadir Laos en Indochina, y al ocurrir la crisis de los misiles en 1962, el opto por la retirada táctica buscando el dialogo con Moscu en lugar de apoyar los bombardeos contra misiles emplazados en Cuba.
En marzo de 1962, el Estado Mayor norteamericano liderado por el General Lyman L Lemnitzer, propuso Operación Northwoods, un plan diseñado para ganar apoyo para una invasión a Cuba que incluía el asesinato de migrantes cubanos, hundir barcos y botes con refugiados cubanos en alta mar, secuestrar aviones, explotar un barco, y hasta orquestar actos de terrorismo en ciudades norteamericanas.
Kennedy rechazo el plan y días mas tarde informo al General Lemnitzer que el no tenia intenciones de usar la fuerza para tomar Cuba, señala el reconocido escritor James Bamford.
Unos meses después, la posición de Lemnitzer no fue renovada y este fue transferido a otro empleo.
Los generales estaban ansiosos de iniciar una guerra con Moscu y molestos con Kennedy porque no tomo medidas para bloquear la construcción del muro de Berlín.
Los integrantes de la Administración de Kennedy eran unos imperialistas muy capaces, dice Clark Kissinger, escritor, activista, y uno de los fundadores del grupo Estudiantes por una Sociedad Democrática.
Eso les llevo a la creación de los Boinas Verdes, fuerzas especiales, asesores militares en Vietnam, y toda una serie de campañas de contrainsurgencia en América Latina.
En ese contexto expansionista del gobierno estadounidense bajo el liderazgo de Kennedy apareció la llamada Alianza para el Progreso, que en la superficie buscaba “el desarrollo” de America Latina, pero que en realidad estaba sentando las bases para lo que hoy se conoce como los tratados de “libre comercio” como NAFTA, CAFTA y el TPP.
En cuanto a su apoyo y lealtad hacia los afroamericanos y la gente de color todavía en espera de realizar la tan publicitada frase de: todos nacemos iguales con el derecho de obtener la vida, la libertad y la felicidad, Iván Eland dice que Kennedy se mostraba ambivalente hacia una aprobación de la ley de derechos civiles.
El presidente buscaba la reelección y necesitaba el apoyo de los blancos del sur.
Después de intentar bloquear “La Marcha en Washington” liderada por Martín Luther King jr. y pedirle al Reverendo que se deshiciera de unos integrantes de su grupo porque tenían nexos con comunistas, tímidamente propuso el Acta de los Derechos Civiles. La misma que seria firmada por el Presidente Lyndon B Johnson en 1964.
Kennedy no solo se oponía a una guerra contra Cuba sino que temía que los generales lo derrocaran y escalaran el conflicto a una guerra termonuclear, en la cual ellos pensaban obtener el triunfo, acota la escritora Elizabeth Woodworth.
En su desesperación, Kennedy inicio urgentemente negociaciones secretas con su enemigo de la Guerra Fría, el líder soviético Nikita Kruschev,
El desastre fue prevenido a través de una reunión histórica el 27 de octubre de 1962.
El escritor y ex miembro de Estudiantes por una Sociedad Democrática, Carl Kissinger, aclara que si bien Kennedy tenia una marcada tendencia anticomunista, el no era muy diferente a cualquier otro ocupante de la Casa Blanca, pues en esencia, todos ellos fungen como el comandante en jefe del imperio.
Desde Kennedy hasta Obama hoy día, dice, ese es su trabajo.
Algunos alegan que la crisis de los misiles en Cuba, motivo a Kennedy a encaminarse hacia la paz lo cual lo llevo al inicio del Tratado sobre la Eliminación de Armas Nucleares y a esfuerzos por retirar las tropas de Viet Nam.
En Junio de 1963, hizo un llamado a la paz con los soviéticos y ese mismo año, murió en Dallas, Texas, producto de un aparente complot que hasta este día, los autores intelectuales permanecen invisibles.
Analistas alegan que si un periodista lograra averiguarlo, dejaría sin trabajo a los servicios de inteligencia cuya descripción de empleo es especializarse en el engaño.
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