Lagos el primero de la lectura

30/11/2004
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Lagos dijo que se trata de "un informe duro, doloroso. Hay pasajes que cuesta leer. Y a ustedes les va a costar leerlos, como me costó a mí". ¿Pero Quién le dijo a Lagos que él tenía que leer primero el Informe sobre Prisión Política y Tortura en Chile y sólo después entregarlo al país para que el resto de los mortales comunes, corrientes, ordinarios, pudieran leerlo? Yo no recuerdo haber visto ningún mandato en este sentido y menos aún haber intuido durante su campaña que él asumiría el papel de Padre de la Patria: -yo primero lo leo, lo estudio junto a mis asesores, saco las conclusiones, preparo el escenario, ensayo las respuestas a preguntas complicadas, me enojo si alguien piensa que retengo la información, les recuerdo que para eso soy el presidente, el primer mandatario, el que ordena los destinos de Chile y el que decide cuándo y cómo deben leerse este tipo de informes-. A Chile lo tienen enfermo los Padres de la Patria, aquellos que no sueltan las riendas para que se desate la transición amarrada, amordazada, acordada, como si se tratara de millones de hombres y mujeres sin capacidad para pensar, para decidir, para hablar o para llorar. El Padre lee primero y después informa a sus hijos. Pero resulta que yo no soy su hijo y no quiero que me "informe", que me diga "cuado ustedes lo lean se enfrentarán a una realidad cruda, difícil, dolorosa"; me parece un atentado a la dignidad de las personas porque es como si nos fueran preparando para reaccionar adecuadamente; preparando el camino para que no vayamos a salirnos del liberto de la democracia protegida; abriendo el espacio para decir la transición se acabó porque yo lo digo. Yo quiero leer el Informe sin que nadie me guíe, quiero recordar a los que ya no están y que fueron mis amigos, quiero volver a transitar por los oscuros pasillos de las prisiones clandestinas y entender solo y colectivamente lo que nos sucedió hasta encontrar la paz personal y con los Otros y cerrar el capítulo de la transición inconclusa y volver a la luz después de tanto horror. Por eso es que resulta inaceptable que Lagos se arrogue el derecho a leer primero para después informar. ¿Informar qué? ¿Qué en Chile hubo prisioneros políticos y torturados? Si eso todos los sabían. ¿Qué hubo una política de terrorismo de Estado impulsada sistemáticamente por la dictadura? Esa fue la esencia del poder de Pinochet y de sus seguidores ahora escondidos en los bastiones de la derecha "democrática" o en Parlamento. ¿Qué hubo detenidos que desaparecieron? Pero si el Memorial es un testigo no silencioso de este horror. ¿Qué hubo desterrados y perseguidos en el extranjero? También lo sabíamos. Entonces ¿De qué nos informará su Excelencia? No puedo comprender sus razones y aún si las hubiera no podría aceptarlas. Lo único que puedo pensar es que en su papel de Padre de la Patria Nueva, nos quiere proteger para que el impacto, de lo que todos sabían y que ahora adquiere categoría de verdad oficial, no sea tan fuerte, no se abran discusiones éticas y todo sea resuelto en el ámbito de lo pragmático, de lo políticamente correcto, sin efectos sobre una transición que ya toca a su término porque ahora somos aliados de Estados Unidos, firmamos Tratados de Libre Comercio, mediamos en Haití, somos espejo y esplendor del progreso privado de las políticas neoliberales. Los asesores ya habrán preparado las respuestas, imagino incluso a contrasentido de lo que el mismo informe dice, arriesgo algunas reacciones de Palacio: "todos somos culpables"; "todos sufrimos con esta tragedia"; "debemos recodar las circunstancias históricas"; "el Chile de hoy no es el de ayer"; "nunca más". Finalmente el llamado a quedar bien con todos, a caer irremediablemente en el ambiguo y conveniente espacio de no llamar a las cosas por su nombre. Paciente olvido. Reemplazo por la discusión sobre las indemnizaciones, polvareda en el Congreso, declaraciones contundentemente lógicas, emitidas con corrección, con astucia política, con firmeza. El padre ha dado una vez más una lección a su pueblo. Todos vamos para adelante. No me parece justo que el Presidente sea el primer lector, hubiera preferido que lo leyera junto al pueblo que lo escogió Presidente, hubiera preferido que se terminara de desatar la transición sin acuerdo previo, pactado o negociado, hubiera preferido que nadie me anunciara lo doloroso que podía ser porque ese dolor lo llevo tan, tan adentro que ahora soy un nombre en el Memorial de los detenidos desaparecidos. * Pedro Avendaño, Director Ejecutivo del Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca Noviembre de 2004
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