Los viejos fantasmas que vuelven

05/11/2005
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Las relaciones entre Chile y Perú han llegado a un punto de máxima tensión, mientras el gobierno de Bolivia observa y monitorea la situación. Uno y otro país han desplegado una campaña de información a través de los medios de comunicación y han organizado ofensivas diplomáticas que se extienden hacia Argentina, Brasil, Ecuador y Estados Unidos. El gobierno de Perú ha presentado un proyecto de ley, que ha sido aprobado por unanimidad, mediante el cual establece nuevos límites marítimos entre los dos países y se prepara de esta forma a ratificar la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar, CONVEMAR, que estableció la Zona Económica Exclusiva de 200 millas marinas. Chile ha advertido que se trata de una modificación unilateral, que viola los principios jurídicos del derecho internacional y que sepulta todo intento de salida al mar de Bolivia. Ha argumentado la intangibilidad de los Tratados Internacionales y ha hecho referencia a los suscritos en 1926, 1952 y 1954 cerrando toda posibilidad de tratar materias ya juzgadas. Se trata de un impasse de impredecibles consecuencias que involucra no sólo a quienes fueron actores de la Guerra del Pacífico de 1879, sino que todo el Cono Sur, de momento una soterrada carrera por nuevos armamentos, una nueva carrera por los nacionalismos, una nueva carrera de declaraciones que olvidaron que la integración y las relaciones internacionales deben ser la más alta expresión de los pueblos para vivir en paz y los Estados deben asegurar el camino para que esa voluntad sea una conducta política permanente. América Latina casi nunca ha podido sustraerse de los conflictos internos, desde la formación de las repúblicas latinoamericanas hasta nuestros días han desfilado delante de nosotros toda clase de tipos humanos y de situaciones y antes, los conquistadores, que buscaron en estas tierras el oro prometido y dejaron a su paso una ola de desolación, miseria y destrucción. No ha sido fácil la vida de en estos países que también ha experimentado cruentas dictaduras. Sin embargo, y contra toda lógica, seguimos existiendo y la magia que corre por las venas subterráneas de A. Latina nos pone a salvo de la tristeza, aunque no del extravío permanente del sentido común como es el caso del conflicto limítrofe del cono sur. Si la ciudadanía no hace suyo los valores de una nueva ciudadanía llegaremos a una situación límite sin regreso. Es en estos momentos que debemos ser capaces de hacer realidad esos gritos que damos cuando vamos a las manifestaciones contra el ALCA o la OMC. Allí todos somos hermanos frente al becerro de oro, pero somos lobos cuando se trata de pelearnos con los vecinos. Esta inconsecuencia alimenta la política tradicional y deslegitima nuestras propias aventuras por un mundo diferente y posible. ¿Podremos dejar los fantasmas de lado? Los pescadores de Chile han declarado recientemente que nunca entrarán en conflicto con los pescadores de Perú. En una entrevista reciente, un dirigente de la CONAPACH y miembro del Foro Mundial ha dicho: “somos los mismos que vamos al mar, en nuestra casa (sindicato) hay dos pescadores peruanos que fueron detenidos por pasar la frontera mientras pescaban, están a la espera de terminar los trámites judiciales para volver a su casa”. ¿Es esta una actitud posible entre los Estados de Chile y Perú? - Pedro Avendaño es director ejecutivo del Foro Mundial de Pescadores y Trabajadores de la Pesca.
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