Una visita nada casual...

07/03/2005
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Mientras todavía sobrevuelan los ecos del escándalo de Ezeiza, el Plan Colombia sigue con su derrotero y se involucra a las FARC en el secuestro y muerte de la hija del ex-presidente paraguayo Cubas, nos encontramos con la visita del Secretario de Defensa del Imperio, Donald Rumsfeld a nuestro país. Y no se trata de un paseo turístico, teniendo en cuenta las recomendaciones del Departamento de Estado a los turistas estadounidenses que desean visitar las bellezas argentinas y las fuertes objeciones acerca del control del tráfico creciente de drogas hacia Europa y los propios Estados Unidos. Tampoco es casualidad, teniendo en cuenta la indefinición existente acerca de la licitación por la radarización de nuestro país, luego de impugnaciones cruzadas entre los distintos oferentes, algunos de ellos de procedencia del país del Norte. Triple Frontera, terrorismo, adecuación a las nuevas normativas internacionales emanadas de la ONU y el acercamiento a Hugo Chávez Frías son algunos de los otros condimentos para una visita del genocida que avala los procedimientos tan lesivos a los Derechos Humanos en Irak. ¿Cuál es el interés norteamericano para llegar a estas tierras australes ? Sin dudas, el patio trasero está conmocionado por la gestión chavista, que amenaza con un nuevo enclave de izquierda similar al de Cuba; por las acciones de las FARC en Colombia y su represión feroz a manos del títere Uribe Vélez; por el movimientismo indígena en Ecuador, ante un Lino Gutiérrez que ha perdido legitimidad en forma sustancial luego de acordar con el FMI; por el creciente desprestigio de Toledo en el Perú, dedicado a consolidar los logros neoliberales fujimoristas, lo cual ha sido motivo de numerosas rebeliones en el interior peruano y por las zigzageos de Carlos Mesa en Bolivia, atenazado por los movimientos indígenas y los comuneros del siglo XXI en Santa Cruz de la Sierra debido a las concesiones petroleras y gasíferas efectuadas por Sánchez de Lozada. Dicha conmoción está enmarcada por un férreo sentimiento antinorteamericano de los pueblos ante gobiernos alineados, de algún modo, con la política imperial que, sin darse cuenta, facilitan la progresiva invasión del Norte en lo político y en lo económico teniendo como mira los recursos naturales inexplotados. A la vez, encontramos un Lula, en Brasil, que se encuentra en pleno viraje hacia la derecha, consolidando el neoliberalismo de Fernando Henrique Cardoso, lo cual ha provocado la repulsa de su partido, el PT ( Partido de los Trabajadores) y la necesidad de unirse con viejos conocidos neoliberales; un Lagos, en Chile, que sigue, con un gran pragmatismo, sosteniendo los lazos con el Imperio y el neoliberalismo impuesto por el pinochetismo y un Tabaré Vázquez, en Uruguay, que recién hace sus primeras armas como mandatario y que enciende la llama de la esperanza, al igual que durante la asunción del Presidente Kirchner, en todos los uruguayos que vieron a viejos conocidos tupamaros sentados en los escaños del Congreso pero que encierra una gran contradicción al designar un conocido neoliberal como Ministro de Economía, quien está dispuesto a continuar con parte de la política económica enhebrada por los blancos y los colorados. Es, en este contexto, donde se busca una alineación de nuestro país, cuya política exterior oscila entre el acercamiento a Chávez y la mediación en el conflicto boliviano; entre la euforia por la asunción de Tabaré y el ataque al canciller chileno; entre el canje y la pavorosa realidad argentina... Sin embargo, el motivo de fondo de esta visita es implementar los mecanismos acuñados desde la ONU para el combate al terrorismo global, los cuales deben materializarse en el Congreso Nacional mediante la ratificación de las respectivas Convenciones Internacionales, como también presionar por un mayor alineamiento bajo pena, en cierta forma, de formar parte del tan mentado Eje del Mal. Aún siendo exagerado, no lo es tan así. Para la política exterior norteamericana, las prioridades siguen siendo las mismas: combate al terrorismo, después de la tragedia del 11S; al tráfico de drogas y proseguir con su rol de "democratizador" del mundo, aunque ello suponga la imposición de la cultura occidental en oriente, sin importar las consecuencias y con el viejo perfil de gendarme acuñado desde la Guerra Fría y exacerbado después de la caída del Muro de Berlín. Y la Argentina, pese a pertenecer a un patio trasero convulsionado, ha recobrado importancia para la Casa Blanca porque la gestión kirchnerista no ha dado las suficientes señales de alineamiento y porque se advierte la existencia de problemáticas tales como el escándalo de Ezeiza y la Triple Frontera que necesitan de la colaboración del Estado argentino. Ambas cosas nos llevan a pensar en la inexistencia de casualidades sino, en realidad, de causalidades. Entre las buenas relaciones con la República Bolivariana de Venezuela y el fervor frenteamplista, existe una cierta reticencia a aceptar ciertos dictados del Imperio que, en vista de lo segundo, ha señalado la necesidad de profundizar los vínculos en materia de seguridad e inteligencia. Sin embargo, que el árbol no nos tape el bosque... Si tenemos en cuenta la cuestión de la radarización, es evidente que arriba a Buenos Aires para hacer lobby sobre la escandalosa licitación que, si es adjudicada a las empresas norteamericanas, permitirá ejercer un mayor control sobre el espacio aéreo argentino y sobre las actividades de los países limítrofes. Desde luego, la cuestión de la Triple Frontera no escapa a ello por cuanto en ella se realizan actividades enlazadas con lo ilegal, aunque necesariamente no sean terroristas, pues el contrabando forma parte del paisaje entre Argentina, Paraguay y Brasil con gran incidencia sobre la problemática del tráfico de armas y de drogas. Nada es casualidad, todo es simple causalidad... Las garras imperiales buscan hacer pie en Sudamérica y no son tontas. Y Argentina, es el país ideal para ello debido a la ambivalencia de su política exterior, la cual pretenden orientar hacia un giro derechista que tiene importantes impulsores como Blumberg, Macri y López Murphy, sin contar con el duhaldismo y el menemismo... Por todo esto, es una visita nada casual... * Prof. Juan Carlos Sánchez. Cs. Jurídicas, Políticas y Sociales (I.S.P."Dr. Joaquín V. González)
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