Somos millones y volvemos
04/11/2014
- Opinión
¡Volveré y seré millones! El grito de la resistencia andina se vuelve material y canto de victoria, en los resultados electorales de Bolivia, de Brasil, y de Uruguay. Estos millones de votos, son los millones de guerreros de la luz, guerreros del Arco iris, que transitan por el Q’apaj Ñan y se adentran en las cálidas aguas del Amazonas.
El cuerpo de Túpac Katari, descuartizado un 15 de noviembre de todos los tiempos, ha encontrado su momento de unidad en este siglo. Han sido tres siglos de lenta crianza, la Pachamama cuidando sus hijos, siempre masacrados, en guerras de triples alianzas, de intereses petroleros en el Chaco, de conquistas de lugares hechos desiertos, de guerras por mares, guerras por agua o gas; sin olvidar las muertes en los socavones y cañaverales coloniales.
Los Estados nacidos entre 1810 y 1827, están cambiando, las oligarquías coloniales tienen su momento de peor crisis, los discursos legitimadores construidos para reproducir el poder van languideciendo, pero no se dan por vencidos, reflotan a sus viejos conocidos, convocan a fantasmas para sembrar el temor y se atrincheran en sus pequeños reductos.
Los regímenes de terror, como el Plan Cóndor, han dejado escuela, por eso las fórmulas opositoras se repiten en todos nuestros países, con el Plan Cóndor fueron contactos clandestinos, acciones secretas, hoy se coordina a cielo abierto, se realizan seminarios donde desfilan los grandes gurús del libre mercado y el pensamiento único, arman discursos amarillos y van dejando trabajo a los obreros locales.
El desarrollo de las nuevas tecnologías dela comunicación (en manos privadas) se han juntando con el mejor trabajo del mundo, como decía García Márquez, y perversamente la han convertido en un instrumento de enajenación de las conciencias, son los divulgadores del nuevo evangelio del mercado total.
Pese a toda esa acumulación de miedos, dineros, “noticias” y “análisis”, la población mayoritariamente campesina, indígena originaria, ha sabido discernir y apoyar la construcción del futuro.
Uno de los mejores constructores de ese futuro ha sido el gran conglomerado de los jóvenes, que ha descubierto cómo debe ser la política: una militancia cotidiana por el otro, por el todos, banderas con la imagen del Che, wiphalas, incluso viejos símbolos como la hoz y el martillo, se han juntado para que nunca más se vuelva al tiempo de los mercachifles, que vendieron todo lo que pudieron sin preguntar a sus verdaderos dueños.
Pese a los naturales límites que tiene la democracia, se siguen abriendo las anchas alamedas, aquellas que en 1780 fueron sembradas por Tomás Katari, Túpac Amaru, Micaela Bastidas, Túpac Katari, Bartolina Sisa, Gregoria Apaza y a todos y todas les costó la vida. Estamos en tiempos de memoria y festejo, en tiempos de la vida.
Dilma, Evo, Tabaré y antecitos nomás Bachelet, trazan el recorrido por el Q’apajÑan, pese a que algunos obispos no den fe que a la buena nueva se va por este camino.
Debemos festejar con vida la derrota de los predicadores de la muerte, que no sólo predican sino practican como en el dolido Ayotzinapa. Estamos caminando, cierto, pero aún no hemos llegado, nos faltan compañeros y compañeras de ruta, con múltiples colores para construir un mundo más humano, más solidario y más justo.
Camilo Katari, es escritor e historiador potosino
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