No podemos repetir la historia que hemos vivido
Encuentro Internacional contra Terrorismo
01/06/2005
- Opinión
Convocado para denunciar al doble rasero que emplea la administración Bush
en el tratamiento a los terroristas, evidenciado en la impunidad con que
arribó al territorio norteamericano el connotado asesino Luis Posada
Carriles y el trato deferente que ha recibido de las autoridades de ese
país, se inició el Encuentro Internacional Contra el Terrorismo por la
Verdad y la Justicia. Sin embargo desde el primer momento se aprecia que
sus resultados llegarán mucho mas lejos. Los más de 300 participantes de 63
países llegan cargados de informaciones y tristes experiencias sobre los
embates del terrorismo sobre los pueblos de nuestra América y otros pueblos
del mundo.
Desde el primer testimonio que brindó Juan Carlos Cremata, hijo de uno de
los tripulantes del avión de Cubana de aviación que fue volado en pleno
vuelo poco después de despegar del aeropuerto internacional de Barbados el
6 de octubre de 1976, quedó claro que millones de seres humanos unidos por
el mismo dolor, claman por justicia y mas aún, por erradicar las fuentes y
las políticas que propician la existencia del terrorismo. “Nuestro dolor es
el mismo que el de los familiares de Orlando Letelier, es el mismo que el
de las miles de familias que perdieron seres queridos en las Torres Gemelas
el 11 de septiembre de 2001”, expresó Cremata.
Un panel denominado Terrorismo Conexión Miami integrado por el Dr. Manuel
Hevia, historiador cubano, la periodista e investigadora argentina Estela
Caloni, el periodista colombiano Hernando Calvo Ospina y la periodista
venezolana Alicia Herrera, permitió develar cómo los grupos terroristas que
la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos creó para destruir
a la revolución cubana, fueron también utilizados sistemáticamente para
reprimir a los movimientos populares y revolucionarios de América Latina e
inclusive en otras partes del mundo. “Crearon un equipo estrella de
terroristas y torturadores que aparecen en todos los casos que
investigamos”, explicó la investigadora argentina.
Se demostró con cifras y hechos incuestionables cómo las diferentes
administraciones norteamericanas han intentado por todos los medios de
destruir el incómodo ejemplo de la revolución cubana; para ello han
recurrido desde el primer momento a actividades violatorias de la legalidad
internacional y de las propias leyes de los Estados Unidos. La selección,
entrenamiento, avituallamiento y financiación durante muchos años por parte
de las agencias de inteligencia norteamericanas de estos grupos terroristas
abrió un capítulo de uso sistemático y habitual del terrorismo como
procedimiento de un Estado para subvertir y destruir a otro.
Cuba ha sido una victima del terrorismo desde hace mas de 40 años. Sólo
entre 1959 y abril de 1961, explicó el historiador Manuel Hevia, se
produjeron 110 atentados con armas de fuego, 200 con bombas, 950 incendios
y 6 descarrilamientos. Luego del fracaso de la invasión por Playa Girón
(Bahia de Cochinos) el gobierno norteamericana puso en marcha la Operación
Mangosta cuyo objetivo principal era propiciar la intervención militar
directa de los Estados Unidos en Cuba, socavando las bases de apoyo de la
Revolución, creando un clima de terror y fabricando el pretexto necesario
para justificar tal intervención. La tenaz e inteligente resistencia de los
cubanos a esos ataques y los acuerdo de Cuba con la Unión Soviética sobre
la instalación en territorio cubano de cohetes estratégicos, frustraron en
aquel momento ese plan, pero a costa de haber puesto al mundo al borde de
un conflicto global nuclear.
En los primeros cinco años de la triunfante revolución cubana, informó el
historiador cubano, la CIA creó y suministró a 299 bandas
contrarrevolucionarias que sembraban el terror en las zonas rurales del
país; 549 cubanos perdieron la vida y miles fueron heridos como
consecuencia de la acción terrorista de esas bandas o en el combate contra
ellas.
En la segunda mitad de los años sesenta y la década de los setenta estos
grupos fueron utilizados no sólo contra Cuba sino contra otros pueblos. Se
ha documentado su presencia en la represión en Vietnam, en Laos y en toda
Sudamérica participando activamente como sicarios y torturadores en la
operación Condor, organizada por las dictadoras militares del cono sur con
el asesoramiento y ayuda de los Estados Unidos. El resultado dramático de
aquella gran operación terrorista se conoce; treinta mil desaparecidos en
Argentina, miles de torturados, asesinados o desaparecidos en Chile,
Uruguay, Paraguay y Brasil.
En Centroamérica, se les vio participar en la estrategia contrainsurgente
en Guatemala o El Salvador y en el apoyo a la contrarrevolución
nicaragüense. La participación de Otto Reich y Luis Posada Carriles en la
ilegal operación Iran – Contra, está recogida en documentos desclasificados
de la inteligencia norteamericana y proclamada por ellos mismos. Estos
hechos vinculan estrechamente a la mafia de Miami con el narcotráfico
colombiano, según reveló el periodista colombiano Calvo Ospina. Revelador
fue el testimonio que aportó la diputada salvadoreña Nidia Díaz del FMLN,
quien fue capturada, interrogada y torturada por un comando encabezado por
el terrorista de origen cubano Félix Rodríguez, el mismo agente CIA que
participó en la captura y asesinato del Comandante Che Guevara en Bolivia.
La actividad terrorista de estos grupos en el propio territorio
norteamericano fue también explicada. Asesinatos a diplomáticos cubanos, a
integrantes de la comunidad cubana opuestos a su política, a personalidades
como Orlando Letelier excanciller de Chile, bombas en oficinas diplomáticas
o comerciales o ataques a barcos de países que mantienen relaciones con
Cuba, entre otras. Suman 296 acciones de este tipo dentro de los Estados
Unidos.
Muchos ejemplos más fueron expuestos en esta sesión de la mañana de este 2
de junio, y muchos mas aparecerán en las sesiones siguientes. Un cuadro muy
completo se irá dibujando del uso deliberado y sistémico del terrorismo
contra nuestros pueblos que ayudará a despejar las distorsiones de la
desinformación y el frió y calculado silencio que busca el olvido. Quien
olvida su historia está sujeto a volver a vivirla y no podemos repetir la
historia que hemos vivido, como expresó Estela Caloni, porque está cargada
de demasiado dolor, de demasiado sufrimiento, de demasiada injusticia.
- José R. Vidal, Sitio Caminos
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