Irak, Centroamérica y un joven soldado contra la inmoralidad estadounidense

11/04/2004
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"...La realidad de las heridas y de la sangre pasan a formar parte de tu conciencia. Cuando te enfrentas a las memorias de todo lo que sucede en una guerra necesitas justificación, necesitas saber que el horror de haber matado fue por una buena causa... es que no puedo encontrar una buena razón para ir a un país extraño para matar o que te maten...". Camilo. En medio de condolencias oficiales, el fallecimiento de Natividad Méndez Ramos, pasa a la historia como el primer soldado salvadoreño muerto en Irak. El joven miembro del Batallón de Paracaidistas cayó embestido al repeler militarmente a una enardecida multitud chiíta que protestaba por el cierre de un periódico y el arresto de Mustada al Yaacubi por fuerzas de la coalición en la ciudad de Nayaf. Otra historia ocurre paralelamente, la historia de Camilo, un joven Sargento de origen nicaragüense que se negó a reasumir el frente en Irak al cumplirse su licencia en Estados Unidos y enfrentará el próximo 10 de mayo una Corte Marcial Especial por ello. En una lejana localidad salvadoreña, el campesino Méndez Ramos decidió enlistarse en el ejército a los 14 años con el único fin de ayudar económicamente a su madre. Sin interesarle más razones que la garantía de la manutención de sus cinco hermanos, fue uno de los 380 militares integrantes del segundo contingente del Batallón Cuscatlán, aliado en la ocupación de Estados Unidos en Irak, lugar donde encontró la muerte a los 20 años de edad. A miles de kilómetros, en la base militar de Fort Stewart, en Giorgia, Camilo Mejía Castillo guarda detención por desobediencia y relata lo que él llama "su verdad". Cuenta que entró al ejercito estadounidense para garantizarse arraigo, un factor difícil de conseguir por su condición de emigrante nicaragüense, le ofrecían la oportunidad de enlistarse por tres años y estudiar en la universidad. "...La muerte y la inutilidad de la guerra me concedieron un respeto absoluto por la vida...", dice al matutino nicaragüense "El Nuevo Diario" este joven de 28 años, "...Mi mayor argumento es mi conciencia....". Camilo fue escogido junto a 39 mil hombres para formar parte de los grupos de invasores que los marines llaman soldados de Primera Línea en Irak. Su comportamiento en el frente de batalla ha sido ejemplar, por lo que no puede achacársele cobardía. Él ha declarado que "... Deserté porque está muy claro que esta guerra es motivada por petróleo. Nunca se encontraron armas de destrucción masiva ni conexiones terroristas en Irak. Ahora se inventan otras razones, como luchar por la democracia y la libertad de Irak. Mientras los trabajadores no tienen ninguna garantía social y la pobreza explota en cada rincón iraquí, las compañías transnacionales se apoderan del petróleo. Es una guerra sucia motivada por dinero y pagada con la sangre de soldados como yo, con el sufrimiento de nuestras familias, y con las vidas de miles de iraquíes. Yo no firmé ningún contrato para ser mercenario...". A este miembro del el Batallón 1° del Regimiento 124° de Infantería le fue negado un juicio administrativo, lo que lo hubiera librado de una penalidad de prisión. La armada giró una orden de captura por ausente de servicio y guardó una especie de clandestinidad desde el mes de octubre del año pasado. Se entregó a las autoridades militares estadounidenses bajo los cargos de desertor. Su defensa pide que sea dado de baja como objetor de conciencia y se prepara para demostrar que la guerra en Irak nunca fue legal. Como testigos se nombran personalidades como Hans Blix, jefe la Comisión de Supervisión, Verificación e Inspección de la ONU, hasta el 2003. Asegura además que otros soldados piden ser dados de baja como objetores de conciencia, como lo ha afirmado el Capitán Todd Grissom del cuerpo de asistencia médica en Irak Camilo sabe "...que hay muchos que están en contra de la guerra, pero no quieren desertar porque tienen miedo de ir presos y de que el Ejército les arruine la vida. De lo que no se dan cuenta es que la guerra es lo que realmente les va a arruinar la vida. ¿De qué sirve la libertad si uno no puede vivir consigo mismo?..." Inicialmente se manejó por parte de oficiales españoles y centroamericanos que los iraquíes distinguían entre los soldados latinos y los estadounidenses, manifestándoles a los primeros simpatía y agradecimiento por las labores de reconstrucción y mantenimiento de la paz supuestamente destinadas para las tropas salvadoreñas, nicaragüenses, hondureñas y dominicanas. El décimo informe del Ministerio de la Defensa Nacional enviado en febrero al Congreso sobre la tropa salvadoreña en Irak no habla de acciones de reconstrucción y de asistencia humanitaria, supuesto objetivo oficial de la misión, sino de patrullajes y acciones que bien podrían calificarse de inteligencia militar en ese país. Desde diciembre el Ministro de Defensa de Honduras, Federico Brevé Travieso, cuyo ejército también forma parte de la Brigada "Plus Ultra" reconoció que "...Se hacen investigaciones para ejecutar operaciones de inteligencia y proteger a las tropas de la Coalición". El militar, al referirse a uno de los ataques con morteros contra la guarnición donde se encuentra el Batallón "Xatruch", aseguró también que "...Reevaluamos la situación en cada momento, pero estamos en Irak por varias razones, porque reconocemos amistad tradicional, con un aliado de Honduras de hace mucho tiempo que es Estados Unidos". La captura de Mustada al Yaacubi, principal colaborador de Moqtada Sadr, se da en el marco del inicio de una situación explosiva e incontrolable para las tropas de la coalición que enfrentan innumerables ataques bajo la modalidad de guerrilla urbana, no solo por parte de los chiítas, que representan el 60% de la población, sino también de Sunitas y Kurdos, grupos históricamente en pugna pero ahora coincidentes en acciones de resistencia contra la ocupación extranjera. La situación empeoró a partir del rechazo por parte de líderes religiosos, entre ellos Sadr y el clérigo chiíta más respetado de Irak, el ayatolá Ali al-Sistani, de la designación de un parlamento por Estados Unidos que no habría sido elegido en las urnas. Este mismo parlamento tendría la facultad de elegir un gobierno de transición que asumiría el control el primero de julio próximo, posponiendo elecciones libres hasta el año 2005 y la aplicación hasta esa fecha de la llamada "ley para la administración de Irak en el período de transición", firmada en marzo por el administrador civil del gobierno estadounidense Paúl Bremer y el actual Consejo de Gobierno Iraquí. La principal demanda de los iraquíes es la inmediata celebración de elecciones y la salida de las tropas extranjeras. El ejército estadounidense lanzó desde inicios de abril operaciones de gran envergadura contra rebeldes chiítas en Bagdad y sunitas en Faluja. El ministro de Relaciones Exteriores de Qatar, Hamad ben Jabr ben Jasem al Thani, advirtió sobre el riesgo de que estalle una guerra civil. Washington, que invadió Irak sin el respaldo de la mayor parte del Consejo de Seguridad de la ONU y durante meses se opuso a un papel más amplio de esta instancia en Irak, ahora quiere que el organismo mundial le ayude convenciendo a los iraquíes de que las elecciones no se pueden realizar. Naciones Unidas retiró su personal internacional el año pasado, tras dos ataques suicidas en la sede de la organización en Bagdad. El ayatolá Ali al-Sistani afirmó en una carta enviada en marzo que a menos que la ONU rechace la Constitución temporal, boicoteará una próxima visita de un equipo de Naciones Unidas a Bagdad, con vistas a asesorar la formación de un gobierno interino. También el líder del partido chiíta Consejo Supremo de la Revolución Islámica de Irak, Abdelaziz al Hakim, uno de los 5 miembros chiítas del Consejo de gobierno provisional que se opusieron a la firma de la Constitución interina, afirmó que no es correcto imponer a un parlamento elegido una ley elaborada por un órgano no elegido. La invasión de Estados Unidos, en alianza con España y Gran Bretaña contra Irak, fue ilegítima, en contra de la voluntad de las Naciones Unidas que se opuso a ese tipo de acción. Se puede calificar, desde el punto de vista del derecho internacional, como una guerra de agresión, como un delito internacional. Se ha estimado que rehabilitar la economía iraquí demandará cerca de 100 mil millones de dólares. En febrero el Presidente George W. Bush, anunció su pretensión de dar un fuerte impulso a los gastos para defensa y recortar casi todos los demás programas federales, en la presentación de un presupuesto de gastos con un déficit record jamás registrado en la Casa Blanca En realidad, Estados Unidos y sus aliados enfrentan ahora las consecuencias de responder por la invasión a un país cuyo pueblo ha dado muestras de una inclaudicable resistencia a la ocupación. Pese a que muchos lo advirtieron, es hasta ahora que los líderes de las potencias de la coalición empiezan a razonar la dimensión del problema. El ex Presidente español, Aznar, aseguró desde noviembre pasado que se podían haber cometido "errores" como el de "no valorar suficientemente la complejidad de la post-intervención", en el sentido, precisó, que "...con el potencial militar que existe ahora en poder de los Estados Unidos, es mucho más fácil hacer una intervención que gestionar el después de ella..". Mientras los grandes líderes caen en la cuenta de los costos de esta guerra, jóvenes de países subdesarrollados pagan la factura. Ya los líderes religiosos iraquíes habían advertido las consecuencias de apoyar la ocupación del gobierno de Estados Unidos. Mukhtada Al Sadar había anunciado desde octubre del año pasado que "...No me gusta la violencia. Odio la violencia y quiero hablar de paz. Pero les advierto a los soldados salvadoreños y españoles que no continúen ligados a las fuerzas americanas...". Una vez repatriado su cadáver, al entierro de Natividad Méndez asistieron el Presidente Francisco Flores, altos jefes militares y el Embajador de Estados Unidos. Todos ellos hablaron del "heroísmo" del soldado, pero también todos ellos se cuidaron de no comprometer recursos financieros adicionales por su "sacrificio". El Embajador estadounidense fue claro al decir que todos los gastos y una posible ayuda para la familia doliente son responsabilidad de las Fuerzas Armadas de El Salvador. No son las mismas afirmaciones cuando de repartirse el botín se trata. El presidente George Bush rechazó en diciembre pasado críticas de Europa a su decisión de prohibir que los opositores a la guerra en Irak participen en el paquete de proyectos para la reconstrucción de Irak que alcanza 18.600 millones de dólares. Indicó que los contratos serán reservados para los países que arriesgaron vidas en Irak. ¿Cuál es la ayuda entonces para la familia de un soldado salvadoreño muerto en ese país? El caso de Natividad no es el único que después de un tratamiento público como "héroe" pasará al olvido. En una cama de hospital yace José David López Cándido, quien desde su base militar en Irak presentó fuertes dolores de cabeza que se le diagnosticaron como simples migrañas. Después de varias denuncias públicas por parte de los familiares del Subsargento por fin las autoridades tomaron nota de la gravedad del caso, descubriendo el avance irreversible de una modalidad de cáncer aún no identificada. El caso no pudo ser retomado por el congreso salvadoreño para evitar su "politización" siendo archivado al no contar con los votos suficientes para formar una comisión especial para su estudio. Nada se habla hasta la fecha de resarcimiento al daño causado, así como tampoco del origen del tumor alojado en el cerebro de López que ya le ha cobrado la mitad de su vista y un porcentaje significativo de su movilidad. Tampoco se conocen detalles del estado actual de 28 soldados que regresaron junto con el primer contingente del batallón Cuscatlán en el mes de febrero de unas prácticas militares en Guyana, según se afirma en informes oficiales. La tropa venía infectada de una variedad de "lesmaniasis o "lepra de montaña" y fueron remitidos al hospital militar en cuarentena, sin que tampoco el Congreso pueda tomar cartas en el asunto por no contar con los votos suficientes para la formación de una comisión que investigadora. Nadie ha estimado aún los costos reales que para un pequeño país como El Salvador representa mantener sus tropas en Irak, así como tampoco las implicaciones financieras de los futuros soldados muertos, heridos, lisiados y con secuelas de este conflicto. Nicaragua no envió su segundo contingente por falta del financiamiento complementario de 950.000 dólares para cubrir los gastos y el Presidente Oscar Berger se retractó de un compromiso ante España de enviar tropas guatemaltecas a partir de una revisión financiera de sus capacidades para ello. En marzo, Berger señaló que "...la realidad del país no permite ese tipo de acciones...". Muchos soldados estadounidenses y de la coalición aún están convencidos que su presencia en Irak responde al involucramiento de Hussein con Al Qaeda, con el ataque a las torres gemelas y la tenencia de armas biológicas. El jefe de la Agencia Central de Inteligencia, George Tenet, aseguró ante una comisión especial del Congreso estadounidense, que la CIA nunca dijo que las armas iraquíes representaran un peligro inminente para Estados Unidos y agregó que aún resta mucho trabajo en la búsqueda de esas supuestas armas. Ante esta misma Comisión, Richard Clarke, ex asesor de lucha contra el terrorismo, afirmo que George Bush, ignoró informes en que se advertía de los planes de Al Qaeda, cuya atención oportuna pudo haber evitado los fatídicos atentados del 11 de septiembre, sugiriendo que la prioridad para el Presidente desde el inicio de su mandato era Sadam Hussein y no Al Qaeda. La inmoralidad es la constante en esta guerra, cuyos protagonistas son también responsables del sufrimiento del pueblo que dicen liberar del dominio de Hussein, cuyo poder fue amasado bajo la protección del mismo Estados Unidos. Desde el gobierno de Clinton fue archivado un juicio por el financiamiento ilícito al régimen de Hussein a través de la Sucursal Atlanta en Estados Unidos del Banco Italiano Banca Nazionale del Lavoro. En diciembre del 2002 el gobierno iraquí entregó a la ONU un expediente de 12 mil páginas en el que figuraban los nombres de varias transnacionales, entre ellas británicas y estadounidenses como proveedores de tecnología armamentística a Irak. Por parte de Estados Unidos fue bloqueada información vital de dicho informe antes de ser trasladado al Consejo de Seguridad de la ONU. Ante estos hechos, la lucha legal iniciada por Camilo Mejía basada en la objeción de conciencia es una lucha contra la inmoralidad de una guerra que ya ha cobrado demasiadas víctimas, entre ellas la del salvadoreño Natividad Sánchez, los hondureños Jonathan Rivera, de 21 años y William White de 19 y el nicaragüense Gabriel T. Palacios de 22, todos ellos también, al igual que Camilo, elementos de tropas estadounidenses en Irak. Uno de los mejores testimonios que la defensa de Camilo podría esgrimir es el del Presidente electo en España, José Luis Rodríguez Zapatero, quien al confirmar su pretensión de retirar los 1.300 soldados españoles desplegados en Irak, reclamó a Bush y Tony Blair que "...no se puede bombardear un pueblo por si acaso, no se puede organizar una guerra con mentiras...". En Guaymango, Doña Erminia Ramos de Méndez, madre de Natividad, le pide al Presidente Flores que regresen las tropas salvadoreñas destacadas en Nayaf. Dice que no quiere que otras madres enfrenten el sufrimiento que la enluta ahora. Solo encontrará oídos sordos a su súplica y el falso consuelo del ostentoso titulo de "Héroe Nacional" para su hijo. En Miami, Camilo se encuentra recluido afrontando con valentía las consecuencias de obedecer a su conciencia y preparándose para demostrar "su verdad", que en realidad debe ser la verdad de todos. Hacen falta más Camilos, nos dice Vicente Boix Bornay al decirle a este valiente joven que no está solo. Sí, hacen falta más Camilos, con tan solo un centenar de ellos podemos tener certeza que la esperanza existe entre nosotros.
https://www.alainet.org/es/articulo/109736
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