Las vertientes para la información
Sobre periodismo y democracia
11/05/2004
- Opinión
"Actualmente, proliferan las mentes débiles, que proliferan
justamente porque se tropiezan con un público que nunca ha sido
adiestrado para pensar. Y la culpa de la televisión en este
círculo vicioso es que favorece —en el pensamiento confuso— a
los estrambóticos, a los excitados, a los exagerados y a los
charlatanes. La televisión premia y promueve la extravagancia,
el absurdo y la insensatez. De este modo refuerza y multiplica
al homo insipiens. ". Giovanni Sartori
Que el tema de la información está en la mesa de discusión,
es más que evidente. En el mundo se están incentivando los
debates que oponen, como los avisados han detectado, a quienes
buscan el camino de la información, sin adjetivos, que le sirva
a la gente, y quienes la han convertido en un elemento más de
los espectáculos de entretenimiento, muchos de ellos
globalizados, convirtiéndola en un negocio – económico o
político - con un solo objetivo: dejar las cosas en la
superficie y, además, propender al afianzamiento del statu
quo.
Por supuesto, es de una obviedad infinita aclararlo, pero en
estas líneas no estamos criticando al espectáculo como expresión
cultural humana, sino a la infinita tilinguearía con la cual,
algunos programas que se tildan de periodísticos, encaran la
información, fundamentando el "gancho" en efectos de producción,
que muestran realidades con una insoportable ligereza que,
obviamente, cuestiona a la información misma. También un
subrayado a la manipulación informativa, sin duda, otro
fundamento malsano que se utiliza abiertamente.
El tema que encaramos hoy es difícil y con perfiles infinitos.
Pero es bueno, a esta altura de los acontecimientos, tratar de
desentrañar algunas verdades o, por lo menos, exponer
situaciones que muestren como el tema de la información es de
fundamental importancia para la sociedad humana. Ello lo hacemos
cuando el diario LA REPUBLICA cumple su 16 aniversario, TV libre
un primer año de existencia junto a Bitácora TV y se inaugura
en Barcelona el Forum de las Culturas, un ámbito ecuménico de
reflexión, a nivel planetario, lleno de interrogantes.
En el primero de los grupos, el de la información sin adjetivos,
la libertad de informar está en juego y con ella, un elemento
que la apuntala, que es la lucha por la diversidad.
La objetividad es un elemento de construcción opinable, a la que
se puede llegar en círculos sucesivos, en base a un camino tan
diverso como contradictorio. En esto no hay recetas ni fórmulas
mágicas.
Hablamos de diversidad, la que permite a los medios crecer en el
marco de sociedades que tienden a la madurez.
En cambio el camino complaciente y simplista que emprenden
muchos entrevistadores que, en lugar de actuar como "abogados
del diablo", lanzan "centros" que no incomodan al informante.
Están trabajando mal, utilizando en el debate intereses
subalternos que llega a los receptores del mensaje, por razones
inherentes al método utilizado, sin la fecundidad
imprescindible para que el milagro de la comunicación se
produzca.
El hombre de este tiempo vive – como dijo alguna vez Ernesto
Sábato - delante de lo que acontece en el mundo entero. "Y lo
hace a través de los periodistas; ellos son los testigos,
quienes nos narran los acontecimientos. Por supuesto que cada
uno de ellos a través de su cultura, de los medios que tienen en
sus manos para analizar"
De ellos depende el cariz con que interpretamos los hechos, el
partido que asumamos frente a lo que nos pasa como Humanidad.
Para la construcción de una sociedad cada vez más justa y
democrática son necesarias, la libertad de prensa, la libertad
de expresión y el derecho a la información, mediante la
promoción de la ética, la investigación, la precisión y el uso
de nuevas tecnologías en el ejercicio periodístico, así como la
protección de los periodistas.
El camino de la diversidad
Es esencial para la construcción de una sociedad cada vez más
justa y democrática, la libertad de prensa, la libertad de
expresión y el derecho a la información, mediante la promoción
de la ética, la investigación, la precisión y el uso de nuevas
tecnologías en el ejercicio periodístico, así como la protección
de los periodistas.
Democratizar la información permite que una sociedad que se
reconoce en la diversidad confronte ideas, en contraste con los
intentos por imponer la homogeneidad conceptual, en un camino
que de prosperar llevaría a un deleznable pensamiento único.
"Pocos derechos fundamentales pueden asociarse hoy de manera tan
natural al desarrollo armónico de las sociedades como el derecho
a la información, no sólo recogido implícitamente por los
ordenamientos que sobre derechos humanos han promulgado los
principales organismos internacionales, sino vinculados por
ellos mismos a la democracia". (**)
Este ha sido el papel de la prensa independiente en la sociedad
industrial y que se consolidó a lo largo del siglo pasado. Las
sociedades terminan por admitir que los periodistas no sólo
pueden sino deben ser los "guardianes" de la democracia, en el
sentido de vigilar a sus propias instituciones; "velar por que
las instituciones democráticas funcionen correctamente y que
nadie cometa excesos en contra de los intereses de los
ciudadanos amparándose en los privilegios que indudablemente
otorga el ejercicio de cualquier tipo de poder".
La libertad de expresión ("incluida la crítica a los
funcionarios públicos, al gobierno, al régimen, al sistema
socioeconómico y la ideología prevaleciente") y la variedad de
fuentes de información ("que no sólo existen, sino que están
protegidas por la ley") son fundamentos de la democracia
moderna.
Hay que enfatizar el compromiso de los comunicadores con el
derecho a la información, que por un lado significa el total y
libre acceso a todo tipo de noticia y por otro la posibilidad de
que los medios se hagan eco de la diversidad de opiniones, sin
impedimentos de ninguna clase.
Sin libertad de expresión ni derecho a la información "como
derechos, instituciones y procesos efectivos, no como meramente
nominales", no puede haber una sociedad capaz de gozar de
ninguna de las instituciones ni habría manera de maximizar el
debate público.
Y esto implica pluralismo, que sólo es visible cuando la prensa
recoge y difunde tanto el discurso político como la crítica al
discurso político y las demandas sociales.
Al informar, los medios colaboran al necesario tránsito que debe
existir entre los que hacen política y aquellos sobre los que
esa política se ejecuta. La vinculación entre la democratización
del ejercicio del poder público (mediante el acceso de la
ciudadanía a la información, como mecanismo de control y
rendición de cuentas) y la articulación de la sociedad civil
(mediante la expansión de una cultura democrática), se
complementan con la actuación social de una prensa democrática
que ejerza una constante vigilancia de la legalidad en la
actuación del poder público, lo que de suyo enriquece con
información de calidad el debate público en el que participa la
sociedad civil.
A su vez, el grado de democratización de las sociedades es
determinante para la eficacia de la investigación periodística,
concebida como elemento que construye la realidad social a
partir de su participación en determinar el marco cognitivo de
la opinión pública.
Creemos que los periodistas, como los militantes políticos y
todos los que participamos en el quehacer social, tienen la
obligación de reconceptualizar permanentemente su papel en el
marco de la sociedad.
La prensa no debe ser funcional a determinados proyectos
políticos; esa es tarea de quienes asumen directa y abiertamente
ese compromiso. Tampoco es posible creer en una prensa sin
valores. Eso si, en el trabajo riguroso, sin prejuicios, el que
hace el máximo esfuerzo para entender y reflejar cabalmente la
realidad.
(*) Secretario de redacción de Bitácora y del diario LA
REPUBLICA. Invitado especial al Forum de las Culturas que se
realiza en Barcelona en donde participará en los paneles
"Diversidad cultural y regulación audiovisual" y "Progreso de
las tecnologías de las comunicación"
(**) Extraído de un documento, titulado "La libre información,
un derecho humano y una herramienta para la democracia", del
departamento de Información e Imagen del PS del Uruguay.
https://www.alainet.org/es/articulo/109911
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