Un enfoque Norte-Sur sobre el Sistema Financiero Internacional
30/09/2004
- Opinión
Durante los últimos dos meses, en varios foros e
informes de organismos internacionales se ha discutido
en profundidad las políticas que debieran hacer más
estable al sistema financiero internacional, con dos
hechos llamativos: una creciente heterodoxia, y un
novedoso inicio de articulación gubernamental Norte-
Sur.
Durante los 90s, la estabilidad macroeconómica y la
liberalización financiera y del mercado de capitales,
crearon condiciones atractivas para los bancos
extranjeros que buscaban economías de escala y
crecimiento en todo el mundo para transformarse en
bancos globales. La expectativa de los gobiernos fue
que la entrada de la banca extranjera proporcionaría
mayor liquidez a las economías, representando una
garantía frente al riesgo sistémico. Un reciente
estudio de la CEPAL ubica dos grandes etapas de
reformas en la región ("Comportamiento paradójico de la
banca extranjera en América Latina", Moguillansky,
Studart y Vergara, abril 2004):
Reformas financieras de "primera generación"(1985-
1995): intentaron aumentar la competitividad y mejorar
la eficiencia del sector mediante la liberalización de
sus operaciones y la reducción de la intervención del
Estado(reducción del sector financiero público y de las
reservas obligatorias, junto con la desregulación de
las tasas de interés y los mecanismos de crédito
dirigido). Estas reformas permitieron a los bancos
operar en mercados que anteriormente habían sido zonas
vedadas(servicios de factorización y arrendamientos
financieros (leasing)y también facilitaron las
operaciones en bolsa(el corretaje, los seguros y la
gestión de fondos de pensiones).
Reformas de "segunda generación" (desde mediados de los
90s, post crisis del "tequila") que requirieron a los
bancos: a) un nivel de capital suficiente en proporción
con el riesgo que se atribuía a sus activos bancarios;
b) una evaluación y valoración de sus carteras de
préstamos más cuidadosamente en concordancia con la
estructura de dichos riesgos; y c) una información más
transparente a los organismos de supervisión, a fin de
dar mayor solidez a los sistemas bancarios nacionales.
Esto se combinó con la adopción de medidas explícitas
para atraer a los bancos internacionales, lo que llevó
a la privatización y a procesos de adquisición.1
Con dichas políticas se intentaba enfrentar problemas
estructurales del sector bancario regional: bancos
concentrados en operaciones bancarias comerciales
tradicionales, y mercados de valores poco desarrollados
o inexistentes; bajo volumen de crédito en relación con
el PIB; financiamiento de largo plazo de planes
nacionales de desarrollo concentrado en instituciones
gubernamentales, asociado con una concentración de las
operaciones bancarias del sector privado en los
créditos de corto plazo; sistemas bancarios poco
profundos y con cobertura reducida, donde la mayoría de
las empresas y familias no podían acceder al crédito o
lo hacían en cantidades muy reducidas, con altas tasas
de interés y plazos cortos de los préstamos (con
amplios márgenes para los bancos).
A casi diez años de la primera crisis bancaria en la
región la situación no es muy distinta a la de inicios
de los noventa ya que paradójicamente, la
liberalización financiera y la mayor presencia de la
banca extranjera en las economías de la región no
cumplieron con las expectativas gubernamentales. Ahora
bien, aún y cuando las instituciones han superado
"formalmente" el impacto de la crisis ya que operan en
los mercados, tienen utilidades y están bien
capitalizadas, también es cierto que incumplen con su
función más importante que es la de canalizar recursos
suficientes en cantidad y a bajas tasas de interés a
la inversión productiva de las empresas y al consumo
familiar.
Hasta 2001, cuando estalló la crisis argentina, los
bancos extranjeros crecieron sostenidamente, ganando
una cuota importante de los sistemas bancarios
nacionales, que iban desde el 34% en Colombia al 90% en
México. En la década de 1980, Chile había sido el país
con mayor participación de la banca extranjera, pero
esto suponía entonces menos del 20% del mercado 2. La
rentabilidad de las operaciones de los bancos
extranjeros en la región fue creciendo (mayor
rendimiento de los activos y del beneficio sobre el
capital), así como su participación en el mercado de
capitales, sobre todo en la gestión de los fondos de
pensiones, uno de los negocios más atractivos para las
instituciones financieras. 3
En el citado estudio de la CEPAL se afirma que, a
pesar de la naturaleza oligopólica del sector, la
competencia actual entre los grandes bancos nacionales
y los extranjeros es muy fuerte. No obstante, con pocas
excepciones –Chile es una de ellas– la reducción de
costos generada por el progreso tecnológico no ha
supuesto servicios financieros más baratos para las
empresas o los particulares, ni tampoco ha mejorado el
acceso de las empresas al crédito 4 . Los bancos
extranjeros son más cautos que los nacionales en el
otorgamiento de créditos y su respuesta a las crisis es
claramente pro cíclica, todo lo cual intensifica los
efectos de la restricción monetaria. Por último, la
crisis argentina demostró que, no se puede considerar a
las sociedades matrices de los bancos internacionales
como prestamistas de última instancia; su
comportamiento en momentos de crisis ha dependido de la
naturaleza de los problemas que los bancos estuvieran
enfrentando en el país huésped y del tipo de
establecimiento de que se tratara. Lo que fue un hecho
es que los Estados tuvieron que enfrentar las
operaciones de salvamento para evitar una crisis mayor:
en principio, estas se limitaron a las carteras no
recuperables, pero a esto le sucedieron las
recapitalizaciones bancarias, después las
liquidaciones, o las fusiones y adquisiciones por
bancos extranjeros. Posteriormente, a fin de evitar
crisis futuras, se introdujeron normas de regulación y
supervisión bancarias; se exigió más información y
transparencia y, en algunos casos, se recurrió a las
garantías de depósitos, el caso extremo fue el de
México donde con el Fondo Bancario de Protección al
Ahorro (FOBAPROA) la población mexicana asumió una
deuda privada 5 .
En este escenario, es necesario evaluar las diferentes
perspectivas de enfoques y políticas que apuntan a un
reordenamiento del Sistema Financiero Mundial a la luz
de la experiencia de crisis financieras vividas en
los noventa.
Por un lado, el FMI insiste en su versión ortodoxa, al
solicitar a los gobiernos de América Latina y Caribe,
en su reciente informe sobre la "Estabilidad Financiera
Mundial", que sigan aplicando reformas y políticas
económicas que "aumenten la resistencia "de los
sistemas financieros a las turbulencias internas y
externas. Según el FMI, "la sabiduría convencional
sugiere que el capital debería fluir de mercados
maduros abundantes en capital a mercados emergentes con
poco capital". Sin embargo- señala el organismo- esto
no se produce por las crisis financieras que llevan a
los inversores a abandonar los activos en los mercados
emergentes. Entre 1994 y 2003, añade el informe,
ocurrieron 23 crisis bancarias en países en desarrollo
que se prolongaron por un promedio de tres años, con un
costo fiscal para resolverlas de 20% del PIB en
promedio.
Por otro lado, en otros ámbitos se plantean enfoques
heterodoxos, que ya formaban parte de las propuestas
alternativas desde sectores de la sociedad civil. En
su informe sobre ''Las perspectivas de una recuperación
sostenida son más sombrías e inciertas que a principios
de la década de 1990'', la UNCTAD destaca que la
recuperación de la economía mundial observada en el
último año conlleva riesgos por su desigual desarrollo
y la ausencia de un mecanismo multilateral de
regulación de los tipos de cambio y los flujos
financieros que acompañen la marcha del comercio
internacional. Sin citarlo explícitamente, el informe
se expresa en forma crítica con respecto a las
políticas adoptadas en la última década por el FMI:
"hay falta de coherencia en los consejos que animan a
los países en desarrollo a realizar una rápida
liberalización financiera, y al mismo tiempo apoyarse
cada vez más en inversiones que mejoren la
productividad con el fin de aumentar su
competitividad'', dado que la ''volatilidad'' en los
mercados financieros internacionales ''puede reducir la
competitividad internacional'' y los incentivos para
invertir. ''Los mecanismos del sistema comercial
multilateral no abordan los problemas que para la
marcha del comercio exterior puede tener el
funcionamiento del sistema financiero y monetario.
Además, el sistema de gestión de la economía mundial no
tiene mecanismos de solución de controversias o vías de
recurso que permitan hacer frente a los choques venidos
de ese sistema''. Sólo países en desarrollo grandes y
competitivos podrían resistir con éxito las presiones
de los mercados financieros internacionales por empujar
los tipos de cambio en sentido distinto al que desean.
A la vez podrían producirse, advierte la UNCTAD,
devaluaciones competitivas encadena de los países, para
posicionarse mejor como exportadores.
En un seminario del Institute for International
Economics, John Williamson (conocido como el divulgador
del "Consenso de Washington") recomendó "aplicar
controles selectivos sobre movimientos de ingreso de
capitales a las economías para evitar sobre
valuaciones y pérdida de competitividad". No obstante,
recalcó que los controles serían solo en la entrada y
no en la salida, como los aplicados por Chile. En el
mismo foro, Guillermo Calvo (economista jefe del BID)
alertó sobre la necesidad de desarrollar instituciones
y mecanismos que"...permitan una transferencia ordenada
de capital del Norte al Sur. Una respuesta sería un
banco central para mercados emergentes, para aliviar el
ajuste proveyendo liquidez, pero no hay voluntad
política para eso".
En el marco de las reuniones del Mecanismo de
Cooperación e Integración Económica de los Países de
Asia Pacífico (APEC) celebradas en Santiago de Chile,
el presidente Lagos destacó la urgencia de contar con
instrumentos para enfrentar los shocks externos
derivados del capital golondrina y eventuales crisis
internacionales. En este mismo sentido, los Ministros
de Finanzas de las economías de APEC hicieron un
llamado a la construcción de sistemas financieros
fuertes y a la instrumentación de políticas de
liberalización ordenadas en un mundo de flujos de
capitales libres y volátiles, donde se requiere de un
mayor esfuerzo de las Instituciones Financieras
Internacionales (IFI) proveyendo la suficiente liquidez
a las economías emergentes en períodos de shocks
externos.6
El episodio de mayor relevancia en esta misma
dirección, es el encuentro Norte-Sur (entre Brasil,
Chile, España y Francia) que acaba de producirse
durante la Asamblea General de la ONU. Dichos países
impulsan una iniciativa mundial contra el hambre, a
través de un informe con propuestas para recaudar los
50 mil millones de dólares anuales necesarios para
cumplir con las metas de desarrollo social(al 2010) de
la Organización. Dichas propuestas, consideran crear
gravámenes al comercio de armas, el transporte marítimo
y aéreo, los beneficios de las empresas
multinacionales, y a las transacciones financieras 7.
Esto último fue fundamentado por el gobierno brasileño
en el hecho de que los mercados financieros mueven
alrededor de 1.2 billones de dólares al día, por lo
que si se destinara ''un porcentaje, aunque sea
mínimo'' de esa suma a proyectos de desarrollo, ''se
podrían obtener de 17 mil a 30 mil millones de dólares
por año, sin causar disturbios en los mercados''.
En este escenario, el sindicalismo global ha tomado
rápida posición, ante la novedad de la iniciativa en la
ONU 8 . Para John Evans, Secretario General de la
Comisión Sindical Consultiva de la OCDE, resulta
fundamental "contar con fuentes innovadoras de
financiamiento a fin de aumentar los recursos
destinados al desarrollo". "Es necesario que la
comunidad internacional brinde pleno respaldo a
propuestas como la del Servicio Financiero
Internacional de Gordon Brown, como parte de un nuevo
esfuerzo conjunto. Lo mismo sucede con las innovadoras
propuestas planteadas en el informe presentado al
Presidente Jacques Chirac para que se tomen nuevas
iniciativas internacionales destinadas a dar nuevo
impulso a la financiación del desarrollo y para
alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio." Para
Guy Ryder, Secretario General de la CIOSL: "Todas las
organizaciones del sistema multilateral deben ocuparse
de las políticas económicas y laborales internacionales
de manera más integrada y sistemática, como fundamento
del desarrollo económico y la justicia social," "La
importancia del informe de la Comisión Mundial radica
en que nos brinda a todos una verdadera ocasión de
comenzar de nuevo en lo concerniente a mundialización,
con el fin de alcanzar los Objetivos de Desarrollo del
Milenio".
En su preparación del documento de base para el XVI
Congreso, ORIT registrará estas propuestas y enfoques,
en su tratamiento de las "nuevas capacidades del
Estado-Nación".
1 El ritmo y la profundidad de las reformas estuvieron
directamente relacionados con la intensidad del efecto
de la crisis del "tequila" y la voluntad de las
autoridades nacionales de lograr que las instituciones
y los mercados volvieran rápidamente a la normalidad.
[ ...] durante la segunda mitad del decenio de 1990, en
Argentina, Brasil y México se realizaron
transformaciones de largo alcance. En la mayoría de los
países golpeados por la crisis, la reforma se inició
con la reestructuración del sector bancario nacional,
acompañado de garantías del Estado y una inyección de
liquidez en el sistema, todo lo cual facilitó las
fusiones y adquisiciones bancarias. En suma, las
reformas de las dos generaciones se complementaron
mutuamente para crear un clima propicio a las
estrategias de expansión de los bancos internacionales.
(CEPAL, op. cit.)
2 Caso extremo, en todo sentido, es el de México que
fue el último en liberalizar su sistema y actualmente
registra una elevada participación de bancos
extranjeros en el mismo: 90 por ciento en los bancos,
77 por ciento en las Siefores y 53 por ciento en las
afianzadoras. Esto significa tener un sistema de
créditos y de pagos en el cual el Estado prácticamente
no puede incidir mediante las acciones de política
económica. Suárez Dávila, ex subsecretario de Hacienda,
advierte que "ninguna de las 15 economías más grandes
del mundo tiene un sistema financiero altamente
extranjerizado. Ahí perdimos un instrumento de
desarrollo, pues todos los demás países, de distintas
orientaciones políticas, tienen un sistema bancario en
manos de sus nacionales o tienen sistemas mixtos". La
reconfiguración del sistema bancario se presentó como
la posibilidad de operar en un mercado con mayor oferta
de créditos y menores tasas de interés, pero eso no ha
ocurrido. Por el contrario, hoy las ganancias que estos
grandes grupos financieros obtienen en México son
incluso más importantes que en sus matrices(La Jornada,
13 de septiembre del 2003). El propio gobernador del
Banco Central de México, Guillermo Ortiz, afirmó que,
entre las 15 principales economías del mundo, México es
el país que ha cedido en mayor medida el control de su
sistema de pagos. Comparativamente, el porcentaje de
activos controlados por bancos extranjeros es de 21% en
Estados Unidos, en Canadá y Japón de 6%, de 10 en
Corea, y de 16% en Australia. En Europa dicha
relación es de: Alemania 5% , Reino Unido 52% ,
Francia e Italia 5%, España, 8%, Holanda 8%, Suiza
8%, Bélgica 23% , y Suecia 8% (La Jornada, abril 204).
3 Según la CEPAL, la crisis argentina marcó claramente
un punto de inflexión en la estrategia de expansión de
esos bancos, dependiendo del peso que tenía América
Latina y en concreto Argentina, en las actividades
totales de cada banco. En un extremo se encuentran los
bancos españoles, cuyos intereses en la región
representaban entre un 26% y un 29% del total de sus
activos. En el otro extremo están los bancos que sólo
se expandieron en la gestión de la tesorería o
segmentos de las empresas bancarias. En una posición
intermedia está Citigroup, cuya diversificación en todo
el mundo impidió que se viera gravemente afectado por
el deterioro de las condiciones regionales, a pesar de
sus intereses nada desdeñables en la región (7% de los
activos totales). En muchos casos, los bancos
extranjeros subestimaron la competencia nacional
(Brasil es un buen ejemplo de ello).
4 Los bancos que operan en México, la gran mayoría de
capital extranjero, cobran aquí comisiones por sus
servicios que llegan a multiplicar por 10 el precio
para las transacciones similares que realizan en los
países donde se asientan las casas matrices de las
instituciones, de acuerdo con un reporte entregado por
el gobernador del banco central de México, Guillermo
Ortiz Martínez, el cual consideró ''preocupante'' la
elevación de las comisiones bancarias a los usuarios
del sistema financiero. En una comparecencia con los
integrantes de la Comisión de Hacienda y Crédito
Público del Senado, el funcionario planteó que antes de
junio el organismo tendrá un diagnóstico completo sobre
el mecanismo de comisiones, en un principio sobre las
interbancarias -que son las que se cobran los bancos
entre sí por operaciones como pago con tarjeta o uso de
cajeros automáticos- para revisar las propuestas
orientadas a reducirlas. Pero también, la institución
hará valer las facultades que tiene por ley para
intervenir en la fijación del precio de los servicios
bancarios . La comisión anual promedio por uso de
tarjeta de crédito es en México de 540 pesos. En
Estados Unidos, la sede de Citigroup, propietario de
Banamex, es de 204 pesos. En Canadá, país de origen de
Scotiabank, propietario del antiguo banco Inverlat, de
220 pesos, y en el Reino Unido, sede del HSBC, actual
dueño del ex Bital, de 55 pesos. Otros datos entregados
por Guillermo Ortiz a los legisladores están
relacionados con los precios y tarifas de los bancos
extranjeros que operan en México y el cobro por un
servicio similar en el país de origen. Es el caso de
la tarjeta de crédito clásica. Los usuarios de Banamex
deben pagar un costo anual total por el servicio de
84.70 por ciento del saldo. Este porcentaje está
integrado por la tasa de interés, las comisiones anual
o por sobregiro, costo de retiro en cajero, entre otros
aspectos. Para un instrumento similar, Citibank -el
banco de Citigroup, dueño de Banamex- cobra en Estados
Unidos 8.99 por ciento al año. El mismo caso para
España. Por una tarjeta de crédito clásica, los
usuarios mexicanos de Bancomer llegan a pagar
anualmente 80.06 por ciento por el servicio, desglosado
en comisión anual, tasa de interés y gastos por uso de
cajeros. En tanto, los usuarios de BBVA -propietaria de
Bancomer- en España pagan anualmente 8.73 por ciento si
se encuentran en el esquema de pago personalizado; o
24.60 por ciento en el de pago fijo. En México los
usuarios de HSBC pagan por una tarjeta de crédito hasta
76.72 por ciento anual. En el Reino Unido el costo se
reduce a 15.90 por ciento. También para una tarjeta de
crédito clásica, los clientes de Scotiabank Inverlat
deben cubrir hasta 76.73 por ciento; en Canadá esta
institución cobra 17.90 por ciento de costo total
anual. Para un usuario de cuentas de cheques las cosas
no le van mejor que a los de tarjeta de crédito. La
información entregada por el Banco de México al Senado
establece: En Banamex, la cuenta Perfiles (que es la
más elemental de las que ofrece) considera que el
propietario emita un cheque sin costo, mientras el
instrumento similar de Citibank concede la posibilidad
de ocho instrumentos sin costo; Banamex realiza un
cargo de seis pesos por cheque adicional, pero en
Citibank de Estados Unidos no hay cargo (La Jornada, 1
de abril de 2004).
5 Al firmar dicho TLC, México emprendió la apertura del
sector financiero a la competencia internacional
(aunque en forma diferente para los distintos
intermediarios), y eso supuso la participación del
capital extranjero en las instituciones bancarias
nacionales. Este proceso se desarrolló en dos etapas:
hasta 1998 la propiedad extranjera del capital de un
banco estuvo limitada al 50%; pero de ahí en adelante
ese límite se suprimió y el sector quedó completamente
liberalizado. Esta apertura tuvo lugar como parte de
una reestructuración general del sector bancario,
debilitado gravemente a raíz de la crisis del "tequila"
y debido a una amplia cartera de créditos morosos. Para
promover la capitalización del sector bancario, el
Estado se hizo cargo de la cartera de créditos morosos
por un valor de aproximadamente 120.000 millones de
dólares. Esto fue gestionado por el FOBAPROA, que
posteriormente se convirtió en el Instituto de
Protección al Ahorro Bancario (IPBAB). Este fondo fue
reconocido como deuda pública con garantía del Estado,
en el que éste pagaba un interés de aproximadamente 40%
por año hasta fines de 2000 –primero a los bancos
nacionales y después a los extranjeros. La venta de los
bancos nacionales a instituciones bancarias extranjeras
supuso grandes volúmenes de divisas. En 2000, el BBVA
pagó 1.750 millones de dólares para adquirir Bancomer.
Su competidor, el BSCH, compró Serfin en 2001 por 1.560
millones de dólares, y Citigroup pagó 12.500 millones
de dólares por el Banco Nacional de México (BANAMEX).
El último en entrar, HSBC, pagó 1.140 millones de
dólares en agosto de 2002 por el grupo financiero
Bital, el cuarto en importancia de los participantes en
el sistema financiero mexicano. Como estas cantidades
fueron directamente a manos de los antiguos accionistas
de los bancos, el proceso no sirvió para reducir la
deuda de las instituciones bancarias, la cual tuvo que
ser asumida por el Estado para salvaguardar el sistema.
Los bancos extranjeros también tuvieron acceso a fondos
más baratos que los mencionados anteriormente, pero
esto no conllevó una expansión del crédito o costos
menores para las empresas mexicanas. El hecho de que
los bancos nacionales hubieran sido adquiridos por
instituciones extranjeras no alteró su situación de
oligopolio o su aversión al riesgo y, en lo
fundamental, ellos continuaron dependiendo de los altos
rendimientos obtenidos de activos libres de riesgo,
como los bonos del Estado. Esto significa que su
relación de búsqueda de rentas con el Estado no ha
variado. Las utilidades de los bancos crecieron
rápidamente después de ser adquiridos por instituciones
extranjeras. Aunque los rendimientos de los bonos del
Estado disminuyeron considerablemente (por debajo del
10% en 2002), en vez de prestar a las empresas o las
familias los bancos elevaron las comisiones que
cobraban por sus servicios para mantener su
rentabilidad. Esto explica en parte por qué el crédito
en México se ha reducido hasta estancarse: el cambio en
la propiedad del sector bancario privado no ha
estimulado una mayor competencia, y los bancos han
adaptado su estrategia a prácticas de asignación de
carteras y evaluación del riesgo que desalientan el
crédito. La recesión de estos últimos años, agravada
por las dudas acerca de si efectivamente se haría
cumplir la legislación sobre quiebras, ha dado
argumentos sólidos para no variar su comportamiento.
6 El presidente Lagos en su discurso de inauguración
de la Reunión mencionó que: " Es verdad que la mejor
defensa en nuestra economía interna, en términos de la
volatilidad, es tener una política fiscal correcta. No
hay duda al respecto, pero una buena política fiscal,
hasta donde sabemos, no es suficiente. En nuestro caso,
durante los noventa introdujimos la regla de que los
flujos de capital tenían que permanecer, al menos, un
año en Chile. Esta es una regla difícil de entender
para muchos de los que están alrededor de esta mesa y
con algunos de los países que están hoy en esta mesa,
tenemos algunos acuerdos de comercio que para nosotros
son muy importantes. Tratamos de acomodar nuestra regla
a este tipo de discusión. Pero, déjenme decirles que en
el caso de algunas de las instituciones más importantes
han reconocido que la regla no existe porque nosotros
no creamos en el libre flujo de capitales de un país a
otro, sino que se trata de cómo somos capaces de
protegernos de los shocks externos, que algunas veces
han introducido algún ruido en nuestras economías. Por
lo tanto, me parece que hoy muchos concuerdan con que
es esencial tener algún tipo de regla que compense la
volatilidad en esta área en particular. Aunque hoy no
tengamos restricción alguna, dada la situación en Chile
y en el mundo, no quiere decir que no sea importante
contar con algún tipo de instrumento como para poder
abordar el llamado "capital golondrina". Algunas
economías APEC de envergadura han tomado en
consideración estas posibilidades, me parece que a
nivel internacional es extremadamente importante la
forma en que lo enfrentemos. Otra área que es
igualmente importante, es si seremos capaces de tener
algún tipo de financiamiento internacional para poder
abordar eventuales crisis internacionales. ¿Es posible
tener algún prestamista de último recurso, para cuando
nuestras economías constituyan una amenaza para la
región? Estas son preguntas de envergadura. No me
consta que las abordemos en este encuentro, pero son
interrogantes que están vigentes y latentes. Por lo
tanto, me parece que es urgente la necesidad de
desarrollar mecanismos cuando un país en particular va
directo hacia el default. Me parece que hay algo ahí
que no funciona bien cuando vamos de un país a otro,
países importantes que están enfrentando problemas
financieros que son extremadamente difíciles. Me parece
que ha llegado el momento de repasar y revisar qué tipo
de mejoramiento podemos introducir en nuestras
instituciones financieras de gran envergadura.
7 Casi 60 jefes de Estado y de gobierno prometieron
asistir a esa reunión, aunque con algunas ausencias
notorias como la de Estados Unidos, que ya manifestó su
desacuerdo con la idea de crear impuestos
internacionales. La iniciativa fue lanzada por Lula a
principios de año en Ginebra, junto a sus colegas
Ricardo Lagos, de Chile; Jacques Chirac, de Francia, y
el secretario general de la ONU, Kofi Annan, a quienes
se unió luego el nuevo jefe del gobierno español, José
Luis Rodríguez Zapatero. Las metas son: erradicar la
pobreza extrema, garantizar un acceso universal a la
escolaridad, reducir en dos tercios la mortalidad
infantil y detener la propagación del SIDA. Entre los
mecanismos propuestos destaca la tasación a las
transacciones financieras. Una idea lanzada por Lula es
la de gravar el comercio de armas, pero la propuesta
generó resistencias tanto en gobiernos como en ongs con
el argumento de que ''se trataría de moralizar lo
inmoral'', aunque se reconoce la dificultad de aplicar
ese gravamen a armas ligeras y evoca la posibilidad de
empezar por las armas pesadas. Otra propuesta -de
origen británico- es la de crear un mecanismo
financiero internacional que permitiría anticipar los
desembolsos de ayuda oficial al desarrollo prometidos
por los países donantes. El informe del grupo promotor
señala también la lucha contra la evasión fiscal y los
paraísos fiscales, ''fenómeno de gran magnitud, que
perjudica la recaudación de los gobiernos. De manera
frecuente, esa práctica envuelve centros financieros
off shore, dado que los agentes buscan la protección de
sistemas que combinan una tributación baja o nula con
el secreto bancario''. El informe sugiere disminuir las
retenciones bancarias a las remesas de inmigrantes, que
en algunos casos llegan a 25 por ciento, y las
contribuciones voluntarias por tarjetas de crédito. Un
aspecto más es el de incentivar las inversiones que
consideren aspectos sociales o ambientales, pero
diversas ONG desconfían de esas iniciativas, por
considerar que pueden convertirse en operaciones de
mercadeo
8 Oficina de Prensa de CIOSL, 30 septiembre
Oficina de prensa de ORITSUR. Estas informaciones son
difundidas por la de la Organización Regional
Interamericana de Trabajadores y no necesariamente
reflejan la opinión de la CIOSL-ORIT e-mail
oritsur@uninet.com.py agonzalez@cioslorit.org
http://www.cioslorit.org
https://www.alainet.org/es/articulo/110643