Código da Vinci

23/05/2006
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La proyección de la película ha suscitado diversas reacciones. No es novedad que haya decepcionado a algunos que leyeron el libro. Suele suceder con frecuencia. No he podido verla personalmente. Mi comentario se basa no en la película misma sino en el hecho del libro y la convocatoria editorial y cinematográfica con las reacciones producidas. Mi impresión personal sobre el libro es positiva. Creo que no puede buscarse comparación con otros relatos semejantes, como la descripción de las intimidades y la corrupción del monacato de la edad media en "El nombre de la rosa" de Umberto Eco. Se trata de temas y tiempos y tramas muy diferentes. El Código es novela policial. A mi juicio con las cualidades exigidas por este género: verosimilitud, suspenso, investigaciones con alguna base de verdad en sus conclusiones, señalamiento con exageración de los puntos más salientes de la corrupción institucional como resultado del secreto y ocultamiento que comunican un clima misterioso al pretendido desciframiento del código originado en el misterioso Da Vinci. Además, Eco revuelve el pasado, Brown agita el presente inmediato y polémico. Las reacciones en contra, por lo desmedidas, hacen sospechar que por detrás hay cosas más graves que el mismo relato y su valoración positiva o negativa. Se lo calificó de mamarracho literario, de aburrido y difícil de leer, de falseador de la verdad histórica, de buscar en primera y única instancia el éxito editorial barato. . . y otras cosas parecidas. Frente a la película que ya había obtenido del Vaticano la consigna de que fuera boicoteada, y los comentarios adversos que la precedieron, la exhibición en Cannes con el abundante comentario de la prensa de que había disgustado y provocado indignación y silbidos pareció eficaz para cumplir la consigna vaticana. No fue así. Más bien sirvió de marketing para llenar las salas de todo el mundo. En realidad las reacciones adversas y desmesuradas tienen como razón, primero, la presentación de la poderosa y secreta organización del Opus Dei como una mafia sagrada, en que los crímenes son justificados para bien de la iglesia y la Obra... Tampoco esto es novedad. A quienes hayan tenido acceso a informaciones suministradas por gente muy allegada a "la Obra" como los autores de "La santa mafia" (Jesús Ynfante) y "Desde el umbral" (Isabel Nat) esto no les extrañará de ningún modo. Hoy, eso constituye una ofensa grave para la Iglesia oficial cuyos dignatarios del más alto nivel están comprometidos con el Instituto. Las descalificaciones, incluidos silbidos y abucheos de la película no sería extraño que estuvieran planeados al detalle por esa organización mundialmente poderosa en todos los niveles. La segunda razón es toda la referencia a María Magdalena como esposa de Jesús y a una supuesta descendencia ocultada por la iglesia por resultar perjudicial a su identidad como heredera sagrada de Cristo Se juntan aquí la tradicional fobia eclesiástica contra todo lo referido a la sexualidad y el temor de que los argumentos católicos no sean tan convincentes a nivel popular como para que la gente no crea que la iglesia oculta y disimula muchas verdades. Ciertamente no existen pruebas históricas serias para afirmar esta relación de Jesús y Magdalena, manejada abundantemente en la literatura y el cine. Los datos de los evangelios apócrifos (que hoy adquieren excepcional importancia porque durante mucho tiempo estuvo vedado el acceso a ellos), no constituyen argumentos históricos y además, fueron rechazados por las primeras comunidades, porque no coincidían con el mensaje esencial del cristianismo. Desde una postura racional, serena y no interesada en defender lo indefendible, el Código da Vinci, libro y película, no contiene ataques contra la propuesta cristiana que, por encima de los detalles históricos, muy exiguos en número si nos atenemos a los criterios actuales para considerarlos auténticos, es una propuesta para el seguimiento del mensaje y la praxis liberadora de Jesús de Nazaret. - José G. Mariano (pbro), es autor de la novela "La Gran Máscara http://www.lacripta.org.ar
https://www.alainet.org/es/articulo/115358

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