Evo y Lula camino a integración energética y sudamericana

16/02/2007
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Evo y Lula son dos presidentes de origen sindical, por eso se entienden en casi todo, pero fundamentalmente en aquello que interesa a sus pueblos, es decir integración y planificación energética a largo plazo, desgravación arancelaria para impulsar libre comercio entre ambos países, industrialización compartida, construcción de carreteras y nuevas inversiones en campos hidrocarburífero y petroquímico, entre otros.

Es nueva situación continental que no corresponde al esquema tradicional donde Brasil era la potencia regional que ejercía poder y su imperio por encima de los demás países latinoamericanos, por un lado, y por otro Bolivia como país digno que plantea sus necesidades sin tapujas y exige precio justo por sus materias primas. Y lo más importante que lo consigue. Pese a la posición egoísta de oligarquías y empresarios.

Este nuevo acuerdo energético ha sorprendido a muchos en ambos países, especialmente a la prensa conservadora que no daba ni concedía espacio de maniobra y negociación a Evo y tampoco a Lula. No se debe olvidar que ambos presidentes progresistas son todavía prisioneros del sistema capitalista salvaje que aún rige sus países.
Bolivia y Brasil no son todavía países socialistas pero sí sociales y democráticos, aunque sus presidentes sí lo sean y aspiren a crear una nueva civilización social y sostenible junto a Chávez y la revolución bolivariana actualmente en marcha.

Uno de los sorprendidos ha sido PETROBRAS que no pensaba pagar ni un centavo más a YPFB por el gas exportado a San Pablo y Cuiabá en Matto Grosso, y tampoco considerar la retribución justa por los condensados líquidos que conlleva el hidrocarburo boliviano. En realidad este condensado rico - que representa hasta 10% del gas boliviano - podría alcanzar valores de mercado por mil millones de dólares.
Bolivia ha conseguido hacer reconocer a PETROBRAS - empresa semi-privada o semi-estatal - que este componente tiene un precio de mercado y que debe ser pagado adicionalmente al gas metano seco. En consecuencia el acuerdo obliga a PETROBRAS a reconocer un plus por este concepto, aunque no en la medida que realmente vale.
A futuro Bolivia debería instalar plantas de separación y fraccionamiento y consumir en territorio nacional, en fábricas, domicilios y transporte, propano, butano, pentano o gasolina natural y etano para reconvertirlo en etanol en petroquímica tradicional. Esto tanto para el gas que exporta a Brasil como el que se dirigirá a Argentina.
PETROBRAS reconoce que tenía una relación injusta con Bolivia y el pueblo boliviano. Y Lula interviene para plantear que PETROBRAS invertirá en Bolivia en toda la cadena productiva, incluyendo valor agregado con plantas petroquímicas. De esta manera gana Brasil y Bolivia con YPFB, y no sólo PETROBRAS.

Historia de multinacionales petroleras provenientes del norte industrializado muestran que han ocasionado explotación y miseria en países regionales, como Ecuador, Perú, Venezuela, Colombia, Argentina y Bolivia. Esa historia no debe repetirse entre países latinoamericanos y gobiernos de Lula y Evo ejemplarmente han llegado a concretar acuerdos mutuamente ventajosos por decisión política, antes que técnica o contractual.
Esta nueva concepción y visión latinoamericana es de integración y unidad, en definitiva bolivariana y socializante. Por eso este acuerdo principal se ha complementado con otros referidos a diversas áreas como infraestructura, industrialización, carreteras, salida a ambos océanos para Bolivia con uso de carreteras y puertos brasileños en amazonía compartida, petroquímicas para elevar valor agregado del gas, construcción y usufructo conjunto de hidroeléctricas en ríos Madera y Beni, créditos blandos para industrias y agro-industrias y aporte brasileño de millón de vacunas para combatir aftosa del ganado en pampas de Moxos, Chiquitanía e Ixiamas..
Es un acuerdo que debe perfeccionarse en todas sus detalles con participación de departamentos, estados y provincias de ambos lados de la frontera, pero de inicio invita a integrar la gran amazonía. Bolivia y Brasil están unidos por 3.500 km de frontera y son países centrales para desarrollar conjuntamente la inmensa amazonía y pantanal.
De 180 millones KW de potencia instalada en Brasil, YPFB y ENDE abocados a esta tarea, podrían satisfacer al menos 10% del incremento energético anual brasileño que es de 9 millones KW, o sea Bolivia debería construir hidro- y termoeléctricas de casi un millón KW potencia año, la misma cantidad total instalada que posee actualmente.
Si se aprecia este alcance energético, por cada millón de KW que instalara Bolivia en sus ríos amazónicos o andinos o mediante termoeléctricas por año, tendría ingresos brutos de mil millones de dólares, incrementados cada año en forma indefinida, mientras Brasil incremente su demanda a razón de 5% año.

Si Evo ha acordado estos alcances con Lula - como parece que se puede deducir del acuerdo global alcanzado - entonces se podría considerar a su gobierno popular como geo-estratégico y además planificador energético por antonomasia.

La delegación boliviana estaba compuesta también por el ministro de energía eléctrica y obras públicas Ing. Jerges Mercado, impulsor de refundación de ENDE, hecho demostrativo que Evo y Lula no se limitaron a platicar y negociar únicamente sobre gas natural, sino también acerca de exportación y compra de energía eléctrica a largo plazo entre ambos países. Si no lo hicieron en detalle, el camino está expedito para que se retome esta relación energética de conveniencia imprescindible y mutua.

Finalmente, de la misma forma que Venezuela Bolivariana viene impulsando desde el norte y acometiendo obras como Gasoducto Sur para planificar seguridad energética continental, por el mismo camino Bolivia impulsa Gasoducto Norte desde Argentina a Bolivia, termo- e hidroeléctricas con Brasil, gasoductos a Paraguay y Uruguay y venta de GLP y electricidad a Perú y posiblemente Chile, con el mismo objetivo bolivariano de impulsar integración energética y construcción de patria grande en Sudamérica.
Frente al ALCA se releva importancia de integración entre pueblos de la región que nunca fueron tenidos en cuenta como consumidores y menos como objeto de planificación energética y alimenticia a largo plazo. Por fin gobiernos progresistas y conscientes de importancia esencial que tiene la integración continental, se acordaron de masas y regiones abandonadas, como son precisamente las brasileñas y bolivianas, entre otras sedientas de dignidad, trabajo, paz y justicia. Se debe continuar con este ejemplo.
https://www.alainet.org/es/articulo/119296
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