En temas de violencia, mostrar no es informar
01/08/2007
- Opinión
Tegucigalpa
De acuerdo con cifras del Observatorio de la Violencia, durante el año 2006 murieron en Honduras un total de 4,736 personas, de las cuales 3,018 fueron por homicidio, 818 por motivos accidentales, 646 por eventos de tránsito y 254 suicidios.
Las estadísticas del Observatorio muestran que las causas más frecuentes de homicidio corresponden a delincuencia organizada o ajuste de cuentas (35.7%), y por otro lado, a la violencia interpersonal o venganza (18.7%).
¿Cómo aborda la prensa estos sucesos? ¿Cómo debería ser el tratamiento informativo de este tipo de noticias? ¿Cómo afecta en la percepción de inseguridad en una sociedad el papel de la prensa en la difusión de los acontecimientos violentos?, son preguntas que todos los comunicadores y ciudadanos en general deberían plantearse.
De esta forma se organizó el conversatorio “Comunicación y violencia: problemática y perspectivas para la acción”, con el expositor Oscar Adrián Arango Lopera, comunicador social de la Universidad del Valle de Cali, Colombia, experto en el diseño y ejecución de estrategias para la promoción de la convivencia y la prevención de la violencia a través del uso de medios de comunicación masivos y comunitarios alternativos.
El evento fue organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Proyecto Armas Pequeñas, Seguridad y Justicia, el Observatorio de la Violencia, el Diplomado en Violencia y Convivencia Social (UNAH) y la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (ASDI), y reunió a comunicadores y analistas de la ciudad capital.
En su exposición, Arango desglosó tres ideas fundamentales: La primera, mostrar no significa informar, segundo, informar es una labor que requiere esfuerzo y la tercera, la violencia no es sinónimo de inseguridad.
La idea “Informar no es lo mismo que mostrar”, se fundamenta en la definición de “Informar”, que en un sentido básico, será dar la descripción precisa y verificada de un hecho determinado, así como ofrecer parámetros que permitan conocer su significado profundo.
“Ver no significa comprender” y la información “debería llevarnos como ciudadanos a comprender”, mediante el proceso de razonamiento y análisis.
Además, mientras más sobreexpongamos a la población a estos ejercicios de violencia se dispara más la sensación de inseguridad.
La escuela de comunicación de la Universidad del Valle hizo un estudio en el 2004, en el cual mostró cómo la percepción de inseguridad aumentaba mientras los niveles de seguridad también aumentaban. Fenómeno contradictorio que en “buena parte de la responsabilidad” recae sobre los medios de comunicación, especialmente los telenoticieros, afirmó Arango.
Por otra parte, hoy en día no se discute que los medios de comunicación son empresas informativas y por su carácter lucrativo generan noticias que vendan, sin embargo, “lo que debería de operar es el ejercicio de un fuerte código de ética propio al interior de cada empresa informativa.
La formulación de códigos de ética se relaciona directamente con la segunda gran idea: “Informar es una labor que requiere esfuerzo”, porque involucraría “producir información de mayor calidad, a esforzarse en la labor. Implica verificar, constatar, presentar siempre que sea posible una segunda versión, implica desconfiar de la primera fuente, implica dejar a un lado la espectacularización de lo mediático”.
Arango narró la experiencia de “Mejor Hablemos”, proyecto generado por el Instituto para la Investigación y Desarrollo para la prevención de la violencia y la promoción de la convivencia social (CISALVA) de la Universidad del Valle, entre los años 1998 y 2004.
Uno de los ejes del proyecto consistió en la producción y difusión de historias reales de convivencia y resolución pacífica de conflictos a través de los medios masivos de comunicación.
Este tipo de concientización contribuye a la comprensión de los fenómenos de violencia, lo cual permite a las comunidades cuestionarse “en que medida estos eventos podrían ocurrir en sus contextos y de que manera podrían actuar para evitarlo”.
Arango destacó el enorme esfuerzo de la UNAH, en colaboración con Naciones Unidas, con el Observatorio de la Violencia. Proyecto que realiza “un acercamiento a la comprensión del fenómeno de la violencia para encontrar pistas que permitan afrontarlo y caminar hacia la reducción de los indicadores”.
La tercera idea de la exposición de Arango fue “Violencia no es sinónimo de inseguridad”, porque se dejan por fuera todos los eventos de violencia que se dan en otros contextos y que no tienen nada que ver con la criminalidad, tales como seguridad alimentaria, ambiental, social, económica, entre otras.
“Así, se vende la falsa expectativa de que si se aumenta la fuerza policial para combatir el crimen estaremos en el camino de erradicar la violencia”, lo cual excluye soluciones relacionadas con medidas estructurales de atención integral a las comunidades en lugar de prácticas represivas.
Arango concluyó su exposición proponiendo a los medios de comunicación hondureños algunas perspectivas para la acción, entre ellas, “hacerse aliados del ejercicio que hace el Observatorio de la Violencia”.
De acuerdo con cifras del Observatorio de la Violencia, durante el año 2006 murieron en Honduras un total de 4,736 personas, de las cuales 3,018 fueron por homicidio, 818 por motivos accidentales, 646 por eventos de tránsito y 254 suicidios.
Las estadísticas del Observatorio muestran que las causas más frecuentes de homicidio corresponden a delincuencia organizada o ajuste de cuentas (35.7%), y por otro lado, a la violencia interpersonal o venganza (18.7%).
¿Cómo aborda la prensa estos sucesos? ¿Cómo debería ser el tratamiento informativo de este tipo de noticias? ¿Cómo afecta en la percepción de inseguridad en una sociedad el papel de la prensa en la difusión de los acontecimientos violentos?, son preguntas que todos los comunicadores y ciudadanos en general deberían plantearse.
De esta forma se organizó el conversatorio “Comunicación y violencia: problemática y perspectivas para la acción”, con el expositor Oscar Adrián Arango Lopera, comunicador social de la Universidad del Valle de Cali, Colombia, experto en el diseño y ejecución de estrategias para la promoción de la convivencia y la prevención de la violencia a través del uso de medios de comunicación masivos y comunitarios alternativos.
El evento fue organizado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), el Proyecto Armas Pequeñas, Seguridad y Justicia, el Observatorio de la Violencia, el Diplomado en Violencia y Convivencia Social (UNAH) y la Agencia Sueca de Cooperación para el Desarrollo Internacional (ASDI), y reunió a comunicadores y analistas de la ciudad capital.
En su exposición, Arango desglosó tres ideas fundamentales: La primera, mostrar no significa informar, segundo, informar es una labor que requiere esfuerzo y la tercera, la violencia no es sinónimo de inseguridad.
La idea “Informar no es lo mismo que mostrar”, se fundamenta en la definición de “Informar”, que en un sentido básico, será dar la descripción precisa y verificada de un hecho determinado, así como ofrecer parámetros que permitan conocer su significado profundo.
“Ver no significa comprender” y la información “debería llevarnos como ciudadanos a comprender”, mediante el proceso de razonamiento y análisis.
Además, mientras más sobreexpongamos a la población a estos ejercicios de violencia se dispara más la sensación de inseguridad.
La escuela de comunicación de la Universidad del Valle hizo un estudio en el 2004, en el cual mostró cómo la percepción de inseguridad aumentaba mientras los niveles de seguridad también aumentaban. Fenómeno contradictorio que en “buena parte de la responsabilidad” recae sobre los medios de comunicación, especialmente los telenoticieros, afirmó Arango.
Por otra parte, hoy en día no se discute que los medios de comunicación son empresas informativas y por su carácter lucrativo generan noticias que vendan, sin embargo, “lo que debería de operar es el ejercicio de un fuerte código de ética propio al interior de cada empresa informativa.
La formulación de códigos de ética se relaciona directamente con la segunda gran idea: “Informar es una labor que requiere esfuerzo”, porque involucraría “producir información de mayor calidad, a esforzarse en la labor. Implica verificar, constatar, presentar siempre que sea posible una segunda versión, implica desconfiar de la primera fuente, implica dejar a un lado la espectacularización de lo mediático”.
Arango narró la experiencia de “Mejor Hablemos”, proyecto generado por el Instituto para la Investigación y Desarrollo para la prevención de la violencia y la promoción de la convivencia social (CISALVA) de la Universidad del Valle, entre los años 1998 y 2004.
Uno de los ejes del proyecto consistió en la producción y difusión de historias reales de convivencia y resolución pacífica de conflictos a través de los medios masivos de comunicación.
Este tipo de concientización contribuye a la comprensión de los fenómenos de violencia, lo cual permite a las comunidades cuestionarse “en que medida estos eventos podrían ocurrir en sus contextos y de que manera podrían actuar para evitarlo”.
Arango destacó el enorme esfuerzo de la UNAH, en colaboración con Naciones Unidas, con el Observatorio de la Violencia. Proyecto que realiza “un acercamiento a la comprensión del fenómeno de la violencia para encontrar pistas que permitan afrontarlo y caminar hacia la reducción de los indicadores”.
La tercera idea de la exposición de Arango fue “Violencia no es sinónimo de inseguridad”, porque se dejan por fuera todos los eventos de violencia que se dan en otros contextos y que no tienen nada que ver con la criminalidad, tales como seguridad alimentaria, ambiental, social, económica, entre otras.
“Así, se vende la falsa expectativa de que si se aumenta la fuerza policial para combatir el crimen estaremos en el camino de erradicar la violencia”, lo cual excluye soluciones relacionadas con medidas estructurales de atención integral a las comunidades en lugar de prácticas represivas.
Arango concluyó su exposición proponiendo a los medios de comunicación hondureños algunas perspectivas para la acción, entre ellas, “hacerse aliados del ejercicio que hace el Observatorio de la Violencia”.
Fuente: CONEXIHON.COM
https://www.alainet.org/es/articulo/122506
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