Integración y socialismo energético
08/08/2007
- Opinión
Las obras de integración energética entre países UNASUR demuestran que esta es la vía para construir socialismo siglo XXI en la región. Sin energía no se avanza en el desarrollo integral de pueblos y países, con energía se mueven fábricas, vehículos, hogares, minas, metalúrgicas, fundiciones, siderúrgicas, petroquímicas, agro-industrias, universidades, etc.
Lenin la ponía fácil, bonito y cierto. Socialismo es unión de electricidad abundante con pueblos organizados en cooperativas cultas, es decir con investigación y desarrollo de procesos y productos para elevar producción, productividad, competitividad y novedad.
Hoy Sudamérica analiza desde foros y sindicatos, universidades y seminarios, fábricas y comunidades campesinas, PyMES y agro-industrias, cómo elevar el desarrollo integral y social y al mismo tiempo alcanzar y sobrepasar a países europeos y norteamericanos. La conclusión es siempre la misma, se debe incrementar necesariamente la potencia eléctrica instalada en la región a por lo menos el doble en los próximos diez años.
Si se tiene potencia instalada de países UNASUR en 300 millones de KW, en diez años se debería tener al menos 600 millones de KW instalados, tanto en forma termoeléctrica a gas natural y biocombustibles, como en hidroeléctricas instaladas a lo largo de ríos amazónicos, platenses, andinos y caribeños como el Caroní. Pero también introduciendo dentro de la matriz energética energías alternativas como solar, eólica y geotermal.
Con esta visión es que los presidentes socializantes y bolivarianos de Venezuela Bolivariana, Bolivia, Argentina, Uruguay y Ecuador están implementando inversiones a corto, mediano y largo plazo. El objetivo supremo es la soberanía energética y no depender del abastecimiento foráneo alguno como hace Europa, Japón y EE.UU. precisamente.
En Argentina se está colocando una planta de regasificación del gas enfriado en forma de GNL que enviará Venezuela por barco, a partir del 2009 en una cantidad de 10 millones de m3 por día, es decir la tercera parte de la cantidad que Bolivia entregará a Argentina vía gasoducto noreste en actual licitación para su construcción final hasta 2008-2009.
En Uruguay se ha llegado a un acuerdo energético similar que no estaba previsto. Y al igual que Argentina, Uruguay recibirá otros 10 millones m3 de gas por día a través de otra planta de regasificación. En resumen, Argentina y Uruguay se beneficiarán del gas venezolano transportado esta vez por barcos criogénicos. La empresa que llevará adelante estos emprendimientos energéticos es PETROSUR, con participación esencial de PDVSA, ENAR y empresa energética del gobierno uruguayo.
En Bolivia se instalará una planta termoeléctrica en el Chapare de casi 100 MW de potencia, se pondrá la base para que Bolivia con YPFB instale una planta completa de 500 millones de dólares para separación y fraccionamiento de líquidos. Una nueva empresa nacerá con el nombre de PETROANDINA para financiar el proyecto. Pero también para planear exploración y explotación de hidrocarburos en el norte amazónico boliviano. Es decir una integración energética nacida en la ideología bolivariana que evidentemente hace posible la cooperación y unidad de pueblos y naciones.
En Ecuador se pretende construir una gran refinería para que Ecuador refine su producción anual de petróleo y le de valor agregado en forma de combustibles, aceites y grasas. Nuevamente PDVSA tomará la iniciativa y gobierno de Ecuador apoyará la creación de una empresa mixta para llevar adelante este plan.
Resumiendo, este camino puede ser el comienzo de una actividad y desarrollo energético sin límites previsibles y que simplemente comienza a andar. Si se concretara a corto plazo el Gasoducto Sur desde Venezuela Bolivariana hasta Argentina, hidroeléctricas en río Madera entre Bolivia y Brasil, nuevas refinerías en cada país suramericano, plantas petroquímicas a etano y metano para producir olefinas, DME, diesel ecológico, fertilizantes y otros productos de gran demanda, entonces se podrá plantear y justificar que una especie de socialismo energético y planificador se estaría gestando en la región.
Países y gobiernos que no planifican con el resto de países UNASUR tendrán que importar gas tipo GNL de ultramar a precios por encima de 10 dólares el millar de pies3. En cambio Bolivia vende a cinco y Venezuela Bolivariana lo hará a ocho con el Gasoducto Sur.
La producción de aceros también requiere un alto consumo de gas natural en Bolivia. La siderurgia integral del Mutún y la ciudad del acero que se pretende construir en Puerto Suárez, requiere al menos 15 millones de m3 por día. Es decir que con planificación energética en Bolivia y Sudamérica se puede incrementar la producción de otras manufacturas de alto valor agregado como son hierro esponja, aceros, cemento, ácidos, etc.
Socialismo energético debe incluir también necesariamente la llamada economía del conocimiento. Gobiernos bolivarianos y socializantes de la región deben apelar a las universidades y centros de investigación para fomentar creación o incubación de empresas del conocimiento energético. Por ejemplo, producción de y transporte con baterías de litio de alta autonomía que requieren ser recargadas con electricidad casera o de estaciones de servicio que vendan electricidad en lugar de gasolina o diesel.
Empresas del conocimiento sobrepasan sus ingresos de alto valor agregado a la venta de materias primas o energía primaria en forma de electricidad. Ellas ingresan al campo de lo novedoso y alternativo para entregar nuevos conceptos y criterios para ahorrar combustibles fósiles y mejorar la descarga de gases peligrosos a la atmósfera.
Empresas de conocimiento energético en este caso, aunque no exclusivo y ampliable a tecnologías de punta como telecomunicaciones, robótica, TIC, mecatrónica, biotecnologías, genética etc, deberán ser empresas de corte mixto entre Estados, empresas privadas y centros de investigación. Apoyo estatal consiste en ofrecer garantías de funcionamiento a largo plazo, mercado interno asegurado, mercado externo en negociación permanente, propiedad intelectual asegurada y ganancias para reinversiones y reproducción ampliada.
De esta manera se podría afirmar que socialismo energético y del conocimiento es vía bolivariana para demostrar que es posible construirlo, cuando se planifica y se introduce investigación y tecnointeligencia en empresas, pueblos y naciones.
Lenin la ponía fácil, bonito y cierto. Socialismo es unión de electricidad abundante con pueblos organizados en cooperativas cultas, es decir con investigación y desarrollo de procesos y productos para elevar producción, productividad, competitividad y novedad.
Hoy Sudamérica analiza desde foros y sindicatos, universidades y seminarios, fábricas y comunidades campesinas, PyMES y agro-industrias, cómo elevar el desarrollo integral y social y al mismo tiempo alcanzar y sobrepasar a países europeos y norteamericanos. La conclusión es siempre la misma, se debe incrementar necesariamente la potencia eléctrica instalada en la región a por lo menos el doble en los próximos diez años.
Si se tiene potencia instalada de países UNASUR en 300 millones de KW, en diez años se debería tener al menos 600 millones de KW instalados, tanto en forma termoeléctrica a gas natural y biocombustibles, como en hidroeléctricas instaladas a lo largo de ríos amazónicos, platenses, andinos y caribeños como el Caroní. Pero también introduciendo dentro de la matriz energética energías alternativas como solar, eólica y geotermal.
Con esta visión es que los presidentes socializantes y bolivarianos de Venezuela Bolivariana, Bolivia, Argentina, Uruguay y Ecuador están implementando inversiones a corto, mediano y largo plazo. El objetivo supremo es la soberanía energética y no depender del abastecimiento foráneo alguno como hace Europa, Japón y EE.UU. precisamente.
En Argentina se está colocando una planta de regasificación del gas enfriado en forma de GNL que enviará Venezuela por barco, a partir del 2009 en una cantidad de 10 millones de m3 por día, es decir la tercera parte de la cantidad que Bolivia entregará a Argentina vía gasoducto noreste en actual licitación para su construcción final hasta 2008-2009.
En Uruguay se ha llegado a un acuerdo energético similar que no estaba previsto. Y al igual que Argentina, Uruguay recibirá otros 10 millones m3 de gas por día a través de otra planta de regasificación. En resumen, Argentina y Uruguay se beneficiarán del gas venezolano transportado esta vez por barcos criogénicos. La empresa que llevará adelante estos emprendimientos energéticos es PETROSUR, con participación esencial de PDVSA, ENAR y empresa energética del gobierno uruguayo.
En Bolivia se instalará una planta termoeléctrica en el Chapare de casi 100 MW de potencia, se pondrá la base para que Bolivia con YPFB instale una planta completa de 500 millones de dólares para separación y fraccionamiento de líquidos. Una nueva empresa nacerá con el nombre de PETROANDINA para financiar el proyecto. Pero también para planear exploración y explotación de hidrocarburos en el norte amazónico boliviano. Es decir una integración energética nacida en la ideología bolivariana que evidentemente hace posible la cooperación y unidad de pueblos y naciones.
En Ecuador se pretende construir una gran refinería para que Ecuador refine su producción anual de petróleo y le de valor agregado en forma de combustibles, aceites y grasas. Nuevamente PDVSA tomará la iniciativa y gobierno de Ecuador apoyará la creación de una empresa mixta para llevar adelante este plan.
Resumiendo, este camino puede ser el comienzo de una actividad y desarrollo energético sin límites previsibles y que simplemente comienza a andar. Si se concretara a corto plazo el Gasoducto Sur desde Venezuela Bolivariana hasta Argentina, hidroeléctricas en río Madera entre Bolivia y Brasil, nuevas refinerías en cada país suramericano, plantas petroquímicas a etano y metano para producir olefinas, DME, diesel ecológico, fertilizantes y otros productos de gran demanda, entonces se podrá plantear y justificar que una especie de socialismo energético y planificador se estaría gestando en la región.
Países y gobiernos que no planifican con el resto de países UNASUR tendrán que importar gas tipo GNL de ultramar a precios por encima de 10 dólares el millar de pies3. En cambio Bolivia vende a cinco y Venezuela Bolivariana lo hará a ocho con el Gasoducto Sur.
La producción de aceros también requiere un alto consumo de gas natural en Bolivia. La siderurgia integral del Mutún y la ciudad del acero que se pretende construir en Puerto Suárez, requiere al menos 15 millones de m3 por día. Es decir que con planificación energética en Bolivia y Sudamérica se puede incrementar la producción de otras manufacturas de alto valor agregado como son hierro esponja, aceros, cemento, ácidos, etc.
Socialismo energético debe incluir también necesariamente la llamada economía del conocimiento. Gobiernos bolivarianos y socializantes de la región deben apelar a las universidades y centros de investigación para fomentar creación o incubación de empresas del conocimiento energético. Por ejemplo, producción de y transporte con baterías de litio de alta autonomía que requieren ser recargadas con electricidad casera o de estaciones de servicio que vendan electricidad en lugar de gasolina o diesel.
Empresas del conocimiento sobrepasan sus ingresos de alto valor agregado a la venta de materias primas o energía primaria en forma de electricidad. Ellas ingresan al campo de lo novedoso y alternativo para entregar nuevos conceptos y criterios para ahorrar combustibles fósiles y mejorar la descarga de gases peligrosos a la atmósfera.
Empresas de conocimiento energético en este caso, aunque no exclusivo y ampliable a tecnologías de punta como telecomunicaciones, robótica, TIC, mecatrónica, biotecnologías, genética etc, deberán ser empresas de corte mixto entre Estados, empresas privadas y centros de investigación. Apoyo estatal consiste en ofrecer garantías de funcionamiento a largo plazo, mercado interno asegurado, mercado externo en negociación permanente, propiedad intelectual asegurada y ganancias para reinversiones y reproducción ampliada.
De esta manera se podría afirmar que socialismo energético y del conocimiento es vía bolivariana para demostrar que es posible construirlo, cuando se planifica y se introduce investigación y tecnointeligencia en empresas, pueblos y naciones.
https://www.alainet.org/es/articulo/122599
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