A propósito del Día Internacional de la Lucha Campesina

31/03/2008
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El próximo 17 de abril se celebrará el Día Internacional de la Lucha Campesina, fecha propicia para recordar el significado de la lucha de las y los campesinos del mundo, por sus derechos, que han sido negados.

Esta lucha conlleva un significado de resistencia y liberación, ante las políticas económicas impuestas por gobiernos que creen entre otras cosas que la “inversión” en los agronegocios de las transnacionales, el impulso de los monocultivos, los megaproyectos como hidroeléctricas y minería, así como el llamado conservacionismo de “áreas protegidas” –cuando están a favor de los intereses de los grandes capitales-, pueden generar el “desarrollo” y como efecto “desencadenante” provocar el bienestar económico, político y social de todas y todos sus ciudadanos.

A mi criterio estas medidas son falacias, ya que el interés primordial de estas grandes empresas es el lucro y la obtención de utilidades a cualquier costa; prueba de ello es la impulsada “responsabilidad social empresarial”, que no es más que la búsqueda de contratación temporal de mano de obra barata, y del financiamiento de servicios públicos (educación, salud,) para ser desgravados de sus obligaciones tributarias. En todo caso para ellos “éste es el modelo ha seguir”, no importando las propuestas que desde las organizaciones campesinas se han y siguen realizado.

La lucha campesina en Guatemala, ha tenido sus puntos álgidos en lo que respecta al uso y tenencia de la tierra, el derecho a la alimentación, los derechos laborales socioeconómicos y agrarios. Sin embargo, las respuestas por parte de los últimos gobiernos, han transitado en mesas de discusión, consensos y diálogos que lo único que han hecho es postergar la atención a las demandas de la mayoría de la población. Peor aún, se han acuerpado de un Estado de Derecho que privilegia las formas de propiedad privada de y para un pequeño grupo de la sociedad.

Como ejemplo se encuentran los recientes llamados “escándalos” que proliferan sobre la cuestión agraria, a tal nivel que los actos desesperados impulsados por organizaciones campesinas para que el gobierno atienda sus demandas y problemáticas se les ha denominado “terrorismo”, criminalizando en este sentido luchas que llevan más tiempo que la utilización de este concepto.

El criminalizar y el llamar terroristas a quienes reivindican sus derechos en este caso los campesinos, es la receta perfecta para invisibilizar los problemas estructurales, las demandas sociales y de paso una herramienta útil para desarticular al movimiento campesino.

Pronto se celebrará el día internacional de la lucha campesina, momento propicio para que las y los campesinos, las organizaciones se cuestionen si han caído en la desarticulación producto del sectarismo, de la desinformación o de la sutileza “políticamente correcta” con la que se han tratado o quieren tratar los temas.

La lucha campesina no es terrorismo. Resistir y luchar es un derecho.

Guatemala, 1 de Abril del 2008.

- Danilo Rivera
Eje Aglutinador
AVANCSO
https://www.alainet.org/es/articulo/126677
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