Satélite bolivariano para impulsar la revolución tecnosocialista

30/10/2008
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El satélite bolivariano llamado “Simón Bolívar!” por sus patrocinadores venezolanos, no es un satélite más como los que cuenta por decenas y hasta centenas Europa, EE.UU. y Japón, países que les dan un uso más bien comercial, cultural y económico sin pretender ni buscar con ello la revolución tecnológica, social y humana en sus países y pueblos y menos en la humanidad.

Por el contrario los objetivos revolucionarios del satélite bolivariano están determinados por los avances en transformaciones sociales profundas que se dan en Venezuela Bolivariana en primer lugar y otros países ALBA y UNASUR, como Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Cuba, Honduras, Dominica y pronto todos los demás, como Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y Colombia. Es decir la eliminación del analfabetismo crónico en nuestras sociedades, factor que ha impedido una mayor profundización consciente de las masas suramericanas en la historia.

El satélite bolivariano lanzado en China popular a un costo de 450 millones de USD se perfila como un instrumento nítido y eficaz para transformar Suramérica toda en planos de la revolución tecnológica e industrial, investigación científica e innovación, servicios sociales como telecentros, etc. Y con esto la creación de verdaderos parques científicos y tecnológicos en cada pueblo de la región, fábrica, municipio, junta vecinal, sindicato, cuartel, iglesia, cantón o provincia, por más alejados en que se encuentren. Ya sea en la selva amazónica, chaco, pantanal, andes, valles, caribe o zonas costeras. Es decir es posible instalar en corto plazo de no más de cinco años, en toda la inmensa geografía de Latinoamérica, parques científicos y tecnológicos de investigación y apoyo a la producción y agentes económicos locales sin dejar ningún espacio libre de servicios científicos, tecnológicos y comerciales.

Los objetivos van más allá todavía es lo referente a salud y nutrición que es el aspecto más preocupante de la región. Siguen muriéndose por decenas niños al nacer y hasta los cinco años, consecuencia de enfermedades prevenibles, desnutrición, falta de atención médica y orientación en higiene y salud pública. Si la población supiera la importancia de la higiene y nutrición en la vida de las personas, con seguridad que se elevaría de inmediato la calidad de vida de personas, familias y pueblos enteros. En todos los países UNASUR y Latinoamérica.

Esta función cumplirán los telecentros hospitalarios manejados por médicos jóvenes en las diversas poblaciones inaccesibles, dando consejos y atendiendo en salud pública con metodología de prevención principalmente, pero no únicamente. Vacunas, higiene y nutrición seguramente harían retroceder los índices de mortalidad y morbilidad hasta niveles comparables con Cuba, por ejemplo. País que ostenta una calidad de salud de primera con un promedio de vida y vida saludable dinámica por encima de los 80 años.

De la misma forma se podrían instalar telecentros veterinarios para atender la salud de los animales domésticos, ganados y salvajes. La cultura occidental y cristiana no ha creado un espíritu de amor a los animales y plantas como se observa por el contrario en las culturas originarias e indígenas, con las respectivas excepciones. Existen todavía inadmisibles peleas salvajes inducidas por humanos de toros y gallos, entre otros.

No es posible de aquí en adelante, según la concepción bolivariana, socialista siglo XXI y tecno-inteligente, matar animales para caza de placer o ritos supuestamente sagrados o dejar que los animales se mueran de hambre por falta de planificación. Ellos al igual que los humanos necesitan vacunas, prevención, curas, hábitat adecuado, pastos y granos a disposición, etc. Lo mismo que las aves que cantan siempre con optimismo ejemplar.

Pero lo principal de la revolución tecnológica es que traerá una nueva conciencia en el pueblo trabajador producto de la transferencia de conocimientos y tecnologías hacia todos los lugares y rincones de Suramérica. O sea que nadie se sentirá ciudadano de primera o segunda por vivir en ciudades superpobladas y servidas de todo, sino que habrá igualdad en la información instantánea sobre los últimos descubrimientos para planificar las seguridades alimenticia, energética, educacional y hábitat para cada ser humano, animal y planta.

Con el satélite bolivariano puesto al servicio de la revolución local y mundial por sus dueños, es decir el pueblo venezolano bolivariano y socialista, se podrá contar con universidades técnicas y tecnológicos en cada pueblo. Con transferencia de tecnologías y conocimientos cada suramericano, en este caso, podrá ser un profesional técnico, humanista y social sin pagar excesivamente a los centros privados actuales. Estas universidades y tecnológicos tendrían que ser ubicados en cuarteles, iglesias, sindicatos, juntas vecinales, comunidades campesinas, cooperativas, fábricas y empresas de producción y servicios.

Países menos desarrollados que otros como Bolivia, Perú, Ecuador y Paraguay, por ejemplo, podrán acceder a las telecomunicaciones sin restricción y ya dentro de sus propios territorios unir a poblaciones y fábricas con fibra óptica de gran resolución y capacidad de transmisión. Cuando bolivianos y suramericanos posean en sus casas 100 o más canales de televisión local y mundial, internet, tele-conferencias con centros de investigación y enseñanza, fábricas y empresas, transferencia de tecnologías y conocimientos sin restricciones impuestas por las transnacionales como hasta ahora ocurre todavía en la región y todo el llamado tercer mundo, entonces el pensamiento humano sin fronteras volará a límites insospechados.

Y se puede prever que de cada pueblo pequeño o grande saldrán miles de personas con los ideales de nuestros padres fundadores y maestros científicos modernos, como son Katari, Amaru, Bolívar, Sucre, Santa Cruz, San Martín, Francia, Artigas, Abreu de Lima, Marx, Engels, Einstein, Sagan, Asimov y miles de científicos más universales y comprometidos con el futuro solidario de la humanidad sin fronteras. Estas son las ventajas que trae consigo la revolución en los conocimientos, inteligencia y tecno-inteligencia del siglo XXI. Es posible con estos instrumentos realizar tecno-políticas y construir tecno-socialismo científico.

Con estas ventajas tecnológicas no se contaba en tiempos de Marx, Lenin o Mao. Pero ahora sí. Cuando se hizo la revolución rusa y china el 90% de sus poblaciones, obreros y campesinos no sabían leer ni escribir. Y se trataba del siglo XX que ya tenía progresos científicos y tecnológicos muy grandes en Europa occidental y EE.UU., por ejemplo.

Con esta experiencia mundial en cuenta por el proceso bolivariano, es más asequible la construcción del socialismo en Suramérica. No sorprende que Chávez y Evo hayan presenciado juntos en Venezuela Bolivariana el lanzamiento del satélite bolivariano desde China popular. Se trata de presidentes bolivarianos comprometidos con el futuro de pueblos y humanidad toda. Uno de origen militar anti-imperialista como Villarroel en Bolivia 1943 y Alvarado en Perú 1968. Otro de origen indígena como Santa Cruz Calahumana y Benito Juárez en el siglo XIX.

Otros líderes progresistas de la región como Lula, Lugo, Tabaré, Cristina, Correa, Ortega, Bachelet, Fidel y Raúl, seguramente estarán de acuerdo con los objetivos revolucionarios del satélite bolivariano. Sólo es el comienzo ya que el futuro pertenece a estos pueblos conscientes.

Ricardo Ángel Cardona
www.redbolivia.com

https://www.alainet.org/es/articulo/130607
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