Un año, la fecha del olvido

09/01/2012
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Ortega enseñaba desde España que recordar es hacer pasar por el corazón lo que ya una vez pasó. Acordarse es un dato de la memoria. La simplicidad ética del Presidente alemán al decir que en un año todo será olvidado al conseguir préstamos importantes de amigos con dinero, basado en su rol político, es claramente cínico. Para Benedetti el olvido está lleno de memoria y quienes hemos vivido la tragedia democrática del golpe de Estado en Chile simbolizado en el bombardeo de La Moneda el 11 de septiembre de 1973 será inolvidable. Han pasado 38 años, nos acordamos y  lo recordamos porque muchas secuelas siguen vivas en la organización de la sociedad y el Estado, en el imaginario popular, en el atropellamiento feroz del pueblo mapuche, en el lucro de la seguridad social perversa por donde se le mire, el lucro educativo y el individualismo compulsivo narrado en medios que representan intereses privados (El Mercurio, La Tercera,) canales de televisión faranduleros y de crónica roja que no entretienen, distraen y pervierten el propósito de la comunicación social que tendría que ser la expresión de la comunidad y son solamente el de intereses particulares vehiculados como si fuesen de un  interés general.

El caso de Cuba es distinto, allí hay memoria corta, sobre todo de escritores que en el campo analítico son operadores ideológicos que han olvidado lo que era Cuba en la década del 30 y 40. Una casa de putas de los marines de EE.UU. Nunca se pudo doblegar a Cuba menos con la facilidad que sucedió en Chile. La palabra comunista ha servido para desactivar todo intento de construir una sociedad justa. Es usada muy hábilmente para asustar a las clases medias que creen que perderán sus privilegios legitimados en un proceso de juridización perverso soportado en aquello decimonónico constitucional que decía que si la policía encontraba a un hombre ebrio en la calle había que llevarlo al cepo pero si era de familia conocida se le acompañara hasta su casa. Gabriel Salazar, historiador, nos mostraba que al comienzo de la “independencia” en Chile, quienes transformaron al pirquinero en peón minero y al mini emprendedor agrícola en peón agrícola y se transformaron en “la fronda aristocrática” mientras, ellos los “rotos,” tenían que trabajar, ellos, la clase sobre todos, premonición de la  Alemania sobre todos, podían hacer uso del ocio y la libertad. ¿ Se puede olvidar cuando se crea el estereotipo del pobre que es flojo por eso no tiene nada?.

Cuba necesita una profunda autocrítica para avanzar hacia una sociedad más participativa, más horizontal, y apoyada por los países latinoamericanos lograr salir del bloqueo absurdo a que ha sido sometida tantos años arbitrariamente. Pero Cuba dentro de lo que no compartimos de su organización política con sus médicos ha repartido salud por el mundo necesitado y no guerras, aporta vida y no cadáveres de mujeres, ancianos y niños en guerras impulsadas por razones económicas.

Por favor, ya somos adultos, cansados de ver cuerpos destrozados por atentados que se generan para justificar invasiones. Cansa intelectual y éticamente ver como El País de Madrid le concede tanto espacio a blogistas y escritores con tanta mala memoria. Jamás el pueblo judío olvidará el nazismo, no olvidemos hoy día nada que atente contra el derecho a una vida digna y justa que hoy a ojos vista genera el FMI, Bruselas, y dos dirigentes políticos de cuyos nombres si quiero olvidarme.

- Walter Dennis Muñoz es periodista

https://www.alainet.org/es/articulo/155110
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