Abril: recuerdos mil

Pasajes y vivencias personales de la rebelión “forajida”: 19 y 20 de Abril del 2005

20/04/2015
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“Yo creo que fuimos nacidos hijos de los días,

porque cada día tiene una historia

y nosotros somos las historias que vivimos...”

Eduardo Galeano

 

I PARTE

 

- 19 de Abril 2005 -

 

Quito es un volcán, con “luna llena” todo el día y un palacio que fue esquivo.

Muere Julio García.

 

“¡FUERA TODOS!”, esa consigna con la que el Cono Sur daba la bienvenida al nuevo siglo, en abril del 2005 se hizo quiteña, preanunciando la debacle de lo que en Ecuador llamamos “partidocracia”, para describir a los entes políticos tradicionales de nuestra más sentida época neoliberal. Ese abril, las calles de Quito atestiguaron la protesta diaria de una ciudadanía en ebullición, exigiendo poner fin al nada célebre gobierno de Lucio Gutiérrez, no solo por arrogación de poderes con su asalto grosero a las Cortes de Justicia, sino, sobre todo, por haber traicionado los postulados políticos con los cuales fuera mal electo.

 

Recuérdese como, por ejemplo, el No a un TLC con una superpotencia y el No a la base de Manta, fueron también demandas imprescindibles de aquel abril, aunque los pocos relatores de la gesta, a conveniencia, suelen omitir ciertos “detalles”.

 

La rebelión de abril desde un inicio fue calificada de “forajida” por Gutiérrez, cuando un buen día - noche, para ser más exactos – un grupo de indignados se apostaron a las afueras de su casa, no precisamente para arrullarle el sueño con una dulce serenata. A esa fecha, le exigían buenas cuentas, quizás en nombre de más de una docena de heroicos jubilados, fallecidos a consecuencia directa de una huelga de hambre a la que habían plegado en la esperanza de lograr engrosar un poco sus raquíticas pensiones.

 

El sello de “forajidos” fue asumido como un cumplido, para convertirse en un símbolo de subversión, por un pueblo ávido justamente por insurreccionarse. La tibia cobertura que en un comienzo tenían las protestas por parte de quienes deciden lo que “amerita” y lo que “no amerita” ser noticia, fue quijotescamente asumida por la popular emisora radial “La Luna”, que se jugó el todo por el todo para convertirse en conductor y protagonista de la rebelión.

 

* Documento completo en PDF

https://www.alainet.org/es/articulo/169078
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