Enmienda y crisis en Paraguay

03/04/2017
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Paraguay se debate hoy en medio de oportunismos políticos, desfachatadas acciones por parte de ambos sectores, pro enmienda y anti enmienda, en ambos se encuentran a sectores de derecha e izquierda aliados contra otros sectores de derecha e izquierda.

 

Tres párrafos de antecedentes

 

No es la primera vez que en Paraguay se habla de la posibilidad de reelección de un presidente, ya en el gobierno del colorado (ANR) Nicanor Duarte Frutos (2003-2008) se había planteado esta posibilidad pero tuvo un fuerte rechazo por parte de la mayoría de la sociedad. Incluso, la figura de Fernando Lugo, tomó fuerza después de que éste había sido uno de los principales referentes de una marcha contra la propuesta de reelección.

 

Ya conocemos lo que sucedió en el 2008 con la victoria de Lugo y una práctica política del “poncho juru” (boca del poncho) palabra en guaraní para calificar que está en el medio, en el centro; blando y complaciente en varias ocasiones con el modelo neoliberal, pero en el más mínimo intento de abrir alguna posibilidad de bienestar para la mayoría,  se produjo el golpe de estado parlamentario en el  año 2012, que fue impulsado por una parte de la derecha (los liberales o PLRA) que acompañaron a Lugo en su campaña y en su gobierno, posteriormente éstos liberales se aliaron con el otro sector de la derecha (encabezados ya por el millonario Horacio Cartes) para concretar el golpe parlamentario y posibilitar la presidencia de Federico Franco del partido liberal hasta la asunción de Horacio Cartes en el 2013.

 

La elite política paraguaya, representada en sus dos partidos tradicionales, Liberales (PLRA) y Colorados (ANR), por momentos entran en lapsos de fuertes crisis, probablemente parte de esa crisis ha llevado a Fernando Lugo a la presidencia de la república, la crisis fue resuelta con la destitución de Lugo. En estas crisis existen actores de mayor relevancia que mueven los hilos del poder, como las transnacionales, el capital extranjero y la embajada estadounidense.

 

El escenario actual y los movimientos de izquierda a derecha

 

En torno nuevamente a la idea de la reelección se instala una nueva crisis entre dos fracciones de la derecha paraguaya, una que busca habilitar nuevamente a Horacio Cartes y otra que rechaza la posibilidad de continuidad de éste, destacando los rasgos autoritarios que posee el gobierno de Horacio Cartes, que es real, se aprovecha para instalar un discurso democrático, dentro de los límites oligarcas y electoralistas, por supuesto. Que, reitero, todos estos sectores habían sido aliados para concretar el golpe contra el gobierno de Lugo en el 2012. Se entiende por GOLPES blandos o suaves, una nueva estrategia del neoliberalismo para planificar y ejecutar desestabilizaciones políticas, sociales y económicas que permitan la restitución plena del modelo ante algún signo de amenaza al poder neoliberal (Rabilotta)[1], con un claro apoyo de los monopolios de medios de comunicación que actúan ideológicamente para legitimar las acciones de las clases dominantes.

 

En medio de esta crisis se encuentran dos sectores progresistas o vinculados a la izquierda, Avanza País (AP) y Frente Guazú (FG) -que tiene como principal referente a Fernando Lugo-, ambos sectores en lugar de aprovechar la crisis de la clase dominante, lo que hacen es profundizar sus diferencias, y cada uno de ellos se alía con una franja de la derecha. El Frente Guazú entonces elabora un discurso más o menos así: En medio de la crisis de la derecha nosotros vamos a jugar nuestro proyecto, que es conseguir la figura de la reelección y candidatear a Fernando Lugo que es el único capaz de derrotar a los proyectos más conservadores, tradicionales y/o neoliberales que puedan presentarse para el 2018, que es el único que puede derrotar a Horacio Cartes y que va a permitir la acumulación de fuerzas de la izquierda. Por su parte, Avanza País alega los siguientes planteamientos: en este contexto apoyar la enmienda, es ser funcional al proyecto de Cartes, es imposible pensar en derrotar a Cartes con su poder económico y con el manejo del aparato estatal a su lado, aseguran hay que rechazar la enmienda y acusan a Lugo y Frente Guazú de traidores. Avanza País se encuentra en miras a una alianza electoral para intentar posicionar a Mario Ferreiro (actual intendente de Asunción) para que vuelva a ser candidato presidencial (ya lo fue en 2013 por avanza país y lograron 2 bancas en senadores, mientras que el FG de Lugo consiguió 5), desde el punto de vista electoral inmediato no tiene interés en la reelección.

 

Vale decir, que existe otro sector de la izquierda, vinculado principalmente a la Federación Nacional Campesina (FNC) que no ingresa en esta discusión por considerarla electoralista, institucionalista, porque cree que no son los problemas del pueblo, que el pueblo está con otros problemas que son urgentes de resolver, y denuncian los diferentes tipos de violencias del que son víctimas.

 

El poder de los medios

 

El papel de los medios de comunicación es clave, como en todos los procesos políticos de nuestro continente, los grupos privados del empresario AJ Vierci y el conocido diario de ultra derecha, ABC color, del empresario Aldo Zucolillo, se han posicionado clara y radicalmente en contra de la reelección presidencial. Horacio Cartes, probablemente ya previendo esta situación, ha comprado una buena cantidad de medios de comunicación, que están en manos de su hermana Sara Cartes porque la constitución nacional prohíbe que el presidente de la república sea propietario de éstos medios, entre los medios ya conocidos como los del “grupo Cartes” se encuentran el diario “Hoy”, “La nación”, la radio 970, desde donde hace propaganda a su gestión e intenta colocar la necesidad de la reelección, pero no logra el impacto deseado.

 

Muchas tergiversaciones y manipulaciones por parte de los medios, que a veces juegan su propia disputa, pero que en realidad son parte de un engranaje mayor, tanto que lo que se ha logrado instalar en los últimos días es que la Reelección es sinónimo de dictadura, y que la no reelección es la defensa de la democracia, entonces algunos sectores de derecha se presentan como los salvaguardas de la democracia. El sector de Horacio Cartes y el Frente Guazú responden a esto con la consigna que lo verdaderamente democrático es llevar a una consulta popular, un referéndum si la gente quiere o no la reelección y los que se oponen a ésta idea son los sectores antidemocráticos.

 

La enmienda en el Congreso: maniobra 1, maniobra 2, ¡bum!

 

Los sectores opositores a Horacio Cartes el 25 de agosto del 2016 presentaron rápidamente un proyecto de enmienda para la reelección, consiguieron mayoría en el Senado y el apoyo del presidente de éste órgano, llamaron en el mismo día a una sesión extraordinaria, lo trataron fugazmente y lo rechazaron, todo fue vertiginoso, una farsa de proyecto, ya que los mismos que presentaron el proyecto, fueron los mismos que lo rechazaron, todo para impedir que el proyecto sea tratado por el periodo de un año y dejar así sin posibilidades a los sectores que piden reelección vía enmienda de la Constitución Nacional.

 

Los medios de Comunicación de mayor influencia nacional, entre ellos ABC color, en aquella oportunidad calificaron el hecho de “Sorpresiva maniobra”, “Madrugaron a Cartes”. Mientras que el diario ultima hora había titulado: “En jugada estratégica, Senado rechaza proyecto de enmienda para reelección”, en el epígrafe del artículo se lee “es una estrategia para cortar el debate de incluir la reelección presidencial a través de esta vía” (las negritas son mías).

 

De esta misma forma, casi como una respuesta a las denominadas “estrategias sorpresivas”, u otras formas que quieran llamar a las práctica de políticas mezquinas y sectarias, los senadores del oficialismo del partido colorado, junto con algunos del partido Liberal con su líder Blas Llano y el Frente Guazú que busca candidatear a Fernando Lugo (aunque Lugo se ausentó del debate y las sesiones tan cuestionadas) consiguieron mayoría para cambiar artículos del reglamente interno del Congreso y así retomar la posibilidad de enmienda para la reelección[2].

 

Con esta modificación el sector mayoritario de los Senadores realizó una sesión extraordinaria el viernes 31 de marzo, presentó el proyecto de enmienda y llamado a referéndum, enviaron a la cámara de Diputados y éstos (mayoría Cartista) anunciaron que lo iban a tratar en la mañana del sábado 1 de abril. Inmediatamente sectores de la derecha no vinculada a Cartes y los grandes medios de comunicación llamaron a la movilización frente al Congreso (ya lo venían haciendo durante toda la semana) y se producen los primeros enfrentamientos, la represión ayudó a la indignación de la gente que fue cargándose a la plaza frente al Congreso, donde en algún momento la policía fue rebasada y la gente ingresó al edificio del congreso nacional, rompiendo vidrios y puertas, prendiendo fuego en partes del mismo, cuando se volvió insostenible la policía hizo ejercicio de lo que tiene entrenamiento, reprimir y reprimir, llegando a la lamentable muerte de un joven de 25 años de edad Rodrigo Quintana y más de 200 personas detenidas.

 

Por último

 

Paraguay se debate hoy en medio de oportunismos políticos, desfachatadas acciones por parte de ambos sectores, pro enmienda y anti enmienda, en ambos se encuentran a sectores de derecha e izquierda aliados contra otros sectores de derecha e izquierda. Se asiste a un momento en el que se trata de vaciar de contenido la democracia, así también lo que es un golpe, intentando colocar que lo que ocurre ahora es un golpe y así crear nuevos golpistas, mientras que en realidad actualmente los golpistas están divididos momentáneamente y quieren aprovechar la coyuntura para sacarse ese mote antidemocrático.

 

No creo que lo que se está viviendo en Paraguay sea un Golpe, si, una enorme fisura y una disputa muy fuerte entre las clases dominantes para definir cuáles de los sectores serán los encargados de guiar el modelo de acumulación en los próximos años; no se sabe con certeza hasta donde son capaces de llegar, ni hasta donde extenderá esta crisis, las disputas entre las élites puede acrecentar los niveles del violencia y el movimiento popular, los sectores progresistas, deberán ajustar sus estrategias para no ser subsumidos por esta disputa de poderosos, si aún están a tiempo.

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/184550
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