Los olvidos y la historia
- Opinión
En el año de 1946 se llevaron a cabo elecciones presidenciales en Colombia.
Por el partido liberal, se presentaron dos candidatos: Gabriel Turbay y Jorge Eliecer Gaitán. El primero, originario del departamento de Santander, transitó por diferentes posiciones políticas en el entramado colombiano con el apoyo del presidente Olaya Herrera. Diplomático en Bélgica e Italia y ministro de Gobierno en 1933.
Durante la segunda presidencia de Alfonso López Pumarejo, Turbay fue aclamado como candidato a la Presidencia de la República para el período 1946-1950 por la Convención Nacional del partido liberal.
Al mismo tiempo, aparece en escena el gran caudillo Jorge Eliécer Gaitán quien propuso su nombre enfrentando la candidatura de Turbay.
Gaitán, surgido de las clases populares bogotanas, mediante un gran esfuerzo y dedicación logró ascender hasta las más altas cumbres de la política nacional. Su elocuencia es un imán que le genera adeptos en todo el territorio nacional. Su voz es un reclamo ante las injusticias contra el pueblo trabajador. Es memorable su discurso sobre la masacre de las bananeras en donde murieron miles de personas pues el ejército nacional defendía los intereses de las United Fruit Company.
Buscando nuevos aires para el partido liberal, Gaitán, con una argumentación poderosa logra la unión del pueblo para llegar mediante el voto popular a la presidencia y desde allí, trabajar por la dignidad del pueblo colombiano y el ejercicio de los derechos y la conciencia social.
Mientras tanto, el Partido Liberal reafirma su apoyo a Gabriel Turbay buscando amainar la fuerte corriente que surgía del respaldo que el pueblo brindaba a Gaitán.
Por el partido conservador se erigía como heredero de la monarquía Mariano Ospina Pérez. Sobrino del ex presidente Pedro Nel Ospina y nieto del también ex presidente Mariano Ospina Rodríguez. Por su origen, no por méritos propios, desempeñó cargos públicos y políticos hasta que en 1946 el partido conservador lo elige como candidato a la presidencia de la república.
El campo de batalla se inclinaba hacia las mayorías liberales dejando en inferioridad, no solo numérica sino ideológica a los conservadores que basaban su campaña en la relación del estado con la iglesia y una política de liberalismo que favorecía al capital extranjero.
Por razones ignotas, los liberales se dividieron. El resultado fue la llegada al poder del conservador Mariano Ospina. Dos hombres con capacidad para derrotar al partido liberal, pierden por la división que les separa y debilita.
El día domingo 27 de mayo de 2018, la misma propuesta conservadora triunfa aprovechando la división de quienes pretenden un mejor país. La misma división les restó la fuerza necesaria para triunfar.
Cuanto olvido nos arrastra. El horizonte muestra que esta derrota es solo el primer capítulo de los lamentables sucesos que llevan al triunfo a las fuerzas retardatarias del uribismo. Así, si se revisa lo que ocurrió después, se puede decir que el país tiene sobrados motivos de preocupación.
En 1947, la fuerza popular no se resigna y sigue a su líder en una campaña por la recuperación del poder. Como respuesta, Ospina crea la policía política – POPOL y huestes chulavitas1 cubren con su sombra arrasadora al país entero asesinando a quienes osaban manifestar su apoyo a Gaitán. Mientras tanto, Turbay muere en el olvido.
Ese mismo año, Gaitán se convierte en el jefe del partido liberal. Con el fervor de enormes masas populares, su victoria, anhelada por el pueblo, era previsible. En 1947, Gaitán logró la jefatura única del Partido Liberal, haciendo su victoria un hecho más certero aun para las siguientes elecciones presidenciales.
El 9 de abril de 1948, Gaitán está a punto de convertirse en el primer presidente surgido del pueblo; con ideas liberales, transformadoras incluyentes. Un títere de fuerzas oscuras lo asesina en el centro de Bogotá.
Este suceso consolidó lo que, en un país lleno de guerras, se conoce como “La Violencia”.
¿Hasta cuándo vamos a repetir la historia?
Mayo de 2018.
1 Bandas conservadoras, armadas que asolaron el país llevando la muerte a los liberales. Sus métodos violentos aún se recuerdan con horror. Recomiendo consultar: La Violencia en Colombia de M. Guzmán, O. Fals y E. Umaña.
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