El "magnicidio" de Nisman

20/01/2020
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El fiscal fallecido Alberto Nisman
Foto: abelfer.wordpress.com
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Se sabe que por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto no reside jamás en lo que se dice. Eso lo dice Foucault en Las palabras y las cosas, y Foucault bien vale una cita si es para dejar expuesto el infame tráfico de mentiras y delitos que, hasta hoy, parecen rodear la muerte del fiscal que debería haber investigado el atentado terrorista a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA).

 

Pues si dijeran lo que han visto, unos dirían que Nisman hurtaba del erario de un modo excepcional pero vulgar a la vez: se gastaba la plata de la "Unidad AMIA" en vicios varios que resulta innecesario detallar. Y agregarán que, en esa escena del crimen, era imposible asesinar a nadie. Enfrente y con la sangre del fiscal como metonimia de la iniquidad, los otros dicen que lo que han visto es el homicidio, y que lo visto no está del todo en lo que dicen porque también han visto cuál fue el móvil y quién la autora intelectual del homicidio.

 

Pululan, a esta altura del acontecer, los actos de fe acerca de uno u otro desenlace. La forma gramatical "yo creo" se abre paso, lozana y fresca, a la hora en que opinadores varios dan fe de lo que les dicta su interés y sus valores. Pero el acto de fe vale para la justicia divina, y no para la de los nada divinos seres humanos, qué estos tienen que sustentar sus dichos en lo que, precisamente, falta: pruebas.

 

No hay régimen de verdad uno y único en torno de la muerte de Nisman. Enunciados y discursos circulan en direcciones encontradas. Sólo se sabe que la verdad está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los efectos de poder que induce y que la acompañan, que esto es lo que dice Michel Foucault en su Microfísica del poder.

 

El gobierno de Macri tenía su propio régimen de verdad. El actual de Alberto Fernández tiene el suyo. Y así, lo que ocurre en el tema Nisman no es de competencia de ningún poder judicial. Es tema de los gobiernos; y no de los gobiernos argentinos solamente, sino, y en especial, de gobiernos como el israelí y el estadounidense.

 

Lo acaba de decir Waldo Wolff, actual diputado nacional: “... La muerte del fiscal Nisman nunca va a tener una definición jurídica así como tampoco lo tendrá el atentado a la AMIA...". https://www.infobae.com/opinion/2020/01/18/hasta-que-el-silencio-aturda-al-presidente/.

 

Wolff repetía un discurso ya dicho. El 11 de septiembre de 2017, Benjamín Netanyahu, estuvo en la Argentina. Preguntado sobre si confiaba en la justicia para la investigación de estos temas dijo que "Macri ha traído un nuevo sentido de dirección e integridad a todo". Curioso. Aludió al gobierno, no al Poder Judicial.

 

En rigor, ni falta que hace, esa definición jurídica. Lo importante es la definición política, que debe estar en línea con el interés geoestratégico de Israel y Estados Unidos y que ya está disponible esa definición política: son los gobiernos de Irán y de Cristina Kirchner los que, en tándem, dificultan el esclarecimiento, de un modo u otro, acerca de lo ocurrido en la AMIA en 1994, y con el fiscal Alberto Nisman el 18 de enero de 2015.

 

No importa lo que es sino lo que deber ser para que el interés del más fuerte salga beneficiado, le hacía decir Platón a Trasímaco en La República. Una vez que se ha decidido cuál y cómo va a ser la realidad, hay que alinearse detrás de esa verdad así producida. Hacer lo contrario, es decir, investigar, es una necedad.

 

Así se lo decía Avigdor Liberman, ex canciller israelí, a Héctor Timerman, ex canciller argentino. Dice Timerman: " ... estuve en un desayuno con el canciller israelí, Avigdor Lieberman, a quien conozco desde hace años. Establecimos una amistad y nos tuteamos. Él me preguntó “¿para qué querés un juicio si Irán ya es culpable?” Yo le contesté “¿quién lo declaró culpable? Y él me dejó asombrado. Me dijo: “la opinión pública”. Eso pinta cómo la derecha internacional utiliza el caso. No les importa un juicio ni que se sepa la verdad. Nuestro criterio, innegociable, siempre fue que tiene que haber un juicio, más aún teniendo en cuenta lo que nosotros vivimos durante la dictadura. https://www.pagina12.com.ar/81705-me-golpea-doblemente-por-ser-judio

 

La "pericia" hecha por Gendarmería dice que Nisman fue asesinado. Pero llevarle el apunte a esa pericia es como si para averiguar si va a llover le preguntáramos a Vialidad Nacional y no al Servicio Meteorológico. La agencia estatal que figura en el organigrama institucional con competencia para confeccionar pericias es el Cuerpo Médico Forense, precisamente el que la anterior secretaria de Seguridad, Patricia Bullrich, desestimó para encargarle a Gendarmería una pericia "all'uso nostro", es decir, apta para construir el relato macrista del asesinato de Nisman.

 

En suma, lo único que hay que descartar en el affaire Nisman es la responsabilidad de Cristina, y esto no es arbitrario. Pudo suicidarse, Nisman. Pudo haber sido inducido al suicidio. O pudo ser asesinado por expertos en un contexto global donde la geoestrategia manda y la tecnología sorprende. Bienintencionados los que, investigación seria mediante, se juegan por el suicidio; pero da la impresión de que lo local les tapa el bosque y que no alcanzan a comprender del todo lo "real maravilloso" del mundo en que viven.

 

Todo indica -pero no desde hoy, todo lo indica desde hace décadas- que hay que producir una verdad funcional a intereses que no son los de una Argentina soberana. En estos temas y en todos los temas. Vivimos en la "sociedad del espectáculo" que denunció Guy Debord. Nisman y memorándum de entendimiento con Irán, y Embajada en 1992 y AMIA en 1994, hacen mixtil fori, es decir, son sucedidos inescindibles.

 

La escenografía, en gris y negro, la describió muy bien, en 2012, una de las víctimas de la geoestrategia imperial en el mundo globalizado: “... nosotros rompimos normas del establishment internacional con el Memorándum. Un país del tercer mundo como la Argentina no podía tener la audacia y la independencia para dirimir con Irán el acto de violencia y muerte que fue el atentado contra la AMIA. Estados Unidos, Alemania, Francia, el Reino Unido, China y Rusia firmaron un acuerdo con Irán. Ahora Donald Trump lo quiere terminar, pero nadie dice que quien firmó ese acuerdo con Irán -Barack Obama- es un traidor a la patria. ¿Por qué? Porque ellos son el selecto club de los que ponen las reglas. Fíjese que de casi doscientos países del mundo hay sólo cinco que tienen poder de veto en las Naciones Unidas. Son los que marcan la cancha en todo lo que es paz y violencia. Y, curiosamente, son también los grandes vendedores de armas. De manera que nosotros, con el liderazgo de Cristina, asumimos que la responsabilidad sobre la resolución jurídica y pacífica del caso AMIA era exclusiva de la Argentina. No aceptamos el criterio de que hay países de primera y otros de segunda o de tercera. https://www.pagina12.com.ar/81705-me-golpea-doblemente-por-ser-judio.

 

Así habló, no Zarathustra, sino Héctor Tinerman, ex canciller de Cristina Kirchner. Sus palabras explican mucho o tal vez todo, de lo que sucedía y sucede.

 

También explican su muerte.

 

jchaneton022@gmail.com

 

 

 

 

 

https://www.alainet.org/es/articulo/204295?language=en
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