El nueve ¿quienes no se mueven?
- Opinión
En la actualidad, la manera en la que se aplastan los grandes movimientos sociales ya no es sacando a la policía y antimotines, en la actualidad los grandes movimientos sociales se aplastan, aplastando la esperanza.
México mantiene el promedio de 10 feminicidios diarios, cada par de días se viraliza un caso de todos estos, por lo que en respuesta inmediata han surgido grandes manifestaciones con algunos insignificantes destrozos que han molestado a algunos sectores de quienes prefieren que se guarde el silencio antes que a sacar estos gritos a las calles.
Ante la falta de respuesta a esta problemática se convocó un paro nacional el nueve de marzo con la consigna: "el nueve ninguna se mueve".
Este paro consiste en hacer un llamado a las mujeres trabajadoras y estudiantes e incluso a cualquier labor doméstica detenerla por un día, con este capital político que pretende golpear duramente a la economía y conocer un poco de los efectos que se obtienen ante una falta de respuesta constante e indiferencia sobre el tema.
No sorprende que ante el enorme llamado del paro nacional del 9 de marzo ya se sumarán múltiples empresarios e instituciones, "apoyando" a que las mujeres puedan ausentarse ese día sin repercusión alguna.
Incluso no ha faltado el oportunismo de los sectores más conservadores como los PAN y México libre para deformar el enfoque y solo centrarse en su carácter de oposición ante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Ese apoyo, más que ayudar sobre esta terrible tragedia que nos atormenta, es una manera de destruir toda esperanza de las mujeres que tienen en su lucha.
Pues ya en las universidades se habla de no tener sanciones para las mujeres que se sumen, hablan de no descontar salarios a las trabajadoras ausentes, incluso las colaboradoras, asesoras y secretarías del senado se habla de otorgar permisos a quienes se adhieran a la lucha, entre otras más instituciones, nada más a vergonzante.
Lo están convirtiendo en un día festivo, cuando lo único festivo será el implacable gozo de las élites tomando nota de como destriparon este dolor de aquellas que tienen miedo, de aquellas que se sienten asqueadas ante el constante acoso y sobre todo invisibilizar el sufrimiento de aquellas que ya no están.
Pretenden de la manera más descarada que las que realmente no se muevan este día, sean las preocupaciones del estado sobre estos temas.
Las grandes movilizaciones sirven para tener un efecto simbólico, mostrar la molestia y que todos se irriten con el problema, que duela, se llenen de rabia, existan grandes pérdidas de sus ganancias y con ello elevar ese acto de tal manera que los mas irritados sean las empresas, las instituciones y sobre todo el estado.
Si logran este atrevimiento, no habrá necesidad de utilizar el brazo armado de los adinerados, pues será arrebatado el sueño de un país libre de todas estas actitudes, seguirá sin existir espacio para cada una de ellas.
Ante esta enorme amenaza no queda más planteamiento que el replantear la propuesta y efectivamente hacerla más agresiva, pues ellos elementos antagónicos que ya dieron el primer golpe.
Nos mean en la cara y dicen que llueve.
Es necesario agudizar más las conciencias, incluso podría hablarse de alargar el paro, por días, semanas o meses, destruir más el patrimonio de estos privilegiados.
No cabe duda de la capacidad de este movimiento, pues ya ha sacudido las conciencias de quienes hace meses se burlaban incesantemente sobre estas luchas, se sumaron más de aquellos que les parecía indiferente el tema. La tarea de hoy es aprovechar esta coyuntura para dar directo y ser más contundente.
La seriedad del tema implica precisamente esto, cerrar filas de quienes toman la actividad como un espectáculo y quieren someterla a la misma lógica que esta cultivando constantemente las más desastrosas y degradantes conductas de la ya agonizante sociedad capitalista.
Pues en el nueve ninguna se mueve tiene que dar como resultado que las únicas que se muevan sean aquellas estructuras que hacen oídos sordos solo limpiando el edificio, para cambiarlo es necesario primero destruirlo.