Hasta cuándo?
02/12/2002
- Opinión
El hambre como toda plaga maligna, se ceba siempre en los más
débiles. En medio de los casos de muerte de niños por hambre en
Tucumán, Argentina , el obispo-prelado de Humahuaca, monseñor Pedro
Olmedo Rivero, ha hecho un llamamiento a «romper la cadena que oprime
a tantos de nuestros hermanos y hermanas». Y ha hecho la siguiente
declaración: «no deberían existir hambre en nuestra patria, donde se
produce comida para 320 millones de personas, y resulta que casi la
mitad de la población, que no llega a los 35 millones, pasa hambre».
El siglo XXI, el siglo de biotecnología, las telecomunicaciones, la
robótica. es también el siglo del hambre. Ante este drama, el
principal problema de la humanidad, no dudo en afirmar que el mundo
será solidario o no será. La situación social y económica del mundo
actual hace que todos seamos conscientes de que el hambre y la
desnutrición de millones de personas son el resultado de mecanismos
perversos dentro de las estructuras económicas, o de la consecuencia
de criterios injustos en la distribución de los recursos y la
producción, de políticas programadas para defender a los fuertes
contra los débiles. Más de 200 premios Nobel han declarado en un
manifiesto contra el hambre, lo que muchos diputados cínicamente no
quieren reconocer y algunos medios de comunicación ocultan: "Todos
los que contemplan, anuncian y combaten este holocausto están
absolutamente de acuerdo en señalar a la POLÍTICA como la causa
principal de esta tragedia".
Desde luego, el lobo no es vegetariano, ni acepta ningún control
alguno en el gallinero del comercio mundial. Hay un consenso oculto
a la opinión pública, que es una camisa de fuerza para los
empobrecidos: privatizaciones y desregulación, ajustes
presupuestarios estructurales y liberalización a ultranza de los
mercados que hace que los fuertes sean más fuertes cada día. La
actual crisis argentina, con un pueblo sufriendo penuria, desempleo y
hambre, es un ejemplo de ello. El premio nobel de economía de 2001,
Joseph Stiglitz, ha acusado al FMI de ser el gran culpable por haber
insistido en políticas restrictivas: "El FMI intentará por todos los
medios desviar la culpa: habrá acusaciones de corrupción y se dirá
que Argentina no adoptó las medidas necesarias Por supuesto, es país
necesitaba llevar a cabo otras reformas, pero seguir el consejo del
FMI de aplicar políticas de ajuste del gasto sólo empeoró las cosas".
Ya Pablo VI, en su carta pastoral Octogesima Adveniens, advertía de
la dictadura económica de las multinacionales: "las compañías
multinacionales, que por la concentración y la flexibilidad de su
medios pueden llevar estrategias autónomas, en gran parte
independientes de los poderes políticos nacionales y, por
consiguiente, sin control desde el punto de vista del bien común.
Así estos organismos privados pueden conducir a una forma de
dictadura económica en el campo social, cultural e incluso político"
y analizando el siglo que acababa, Pablo VI, escribía:" Hemos echado
una mirada al siglo del hambre, ahora preguntamos: ¿Es acaso
exagerado advertir que los ricos sepan que los pobres acechan los
restos de sus festines?". Sin duda alguna, nuestros perros y gatos
europeos están mejor alimentados que millones de africanos.
El exdirector general del Fondo Monetario Internacional (FMI), Michel
Camdessus después de abandonar su cargo, en la Conferencia de
Naciones Unidas declaró, para sorpresa de todos, refiriéndose a la
brecha entre los países enriquecidos y empobrecidos dijo cínicamente:
"es intolerable desde el punto vista moral, un derroche desde el
punto de vista económico y potencialmente explosiva desde el punto de
vista social(...). Si de deja a los pobres sin esperanza, la pobreza
socavará la estructura de nuestras sociedades a través de la
confrontación, la violencia y el desorden civil"..." es el mayor
tormento de nuestro tiempo".
Debemos recordar que en el Tribunal Permanente de los Pueblos de
1995, el profesor Michel Chossdovsky, de la Universidad de Otawa,
culpaba al Fondo Monetario Internacional (FMI) por sus políticas de
ajuste estructural. Afirmaba que los condicionamientos impuestos por
el Banco Mundial y el FMI en Ruanda y Somalia no son ajenos a los
genocidios luego parecidos. Este holocausto es un rasgo
característico de nuestra época. Sin embargo todo transcurre como si
fuera algo "natural". En este sentido, Bertolt Brecht hacía la
siguiente denuncia: "No permitas que nada sea considerado natural.
En una época de confusión sangrienta, desorden ordenado, capricho
planeado y la humanidad deshumanizada, no vaya a ser que todas las
cosas sean consideradas inalterables".
Es urgente y necesario denunciar la existencia de estos mecanismos
económicos, financieros y sociales, los cuales, aunque manejados por
la voluntad de los hombres, funcionan de modo casi automático,
haciendo más rígidas las situaciones de riquezas de los unos y la
pobreza de los otros; y contribuir con nuestras acciones a un mundo
más solidario y fraterno.
Termino con las palabras de Juan Pablo II, que juzga esta situación
de hambre y miseria, de asesinato entre hermanos. "¿Cómo juzgará la
Historia a una generación que cuenta con todos los medios necesarios
para alimentar a la población del planeta y que rechaza el hacerlo
por una ceguera fratricida ?...
¡Qué desierto sería un mundo en el que la miseria no encontrara las
respuesta de un amor que da la vida!"
* Francisco Rey Alamillo, Responsable de la revista Autogestión del
Movimiento Cultural Cristiano
https://www.alainet.org/pt/node/106702
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