Combatir al crimen organizado en la desarticulación de sus ingresos: Meyer

02/08/2011
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Al iniciarse el gobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa la prioridad que se pregonó por todos los medios fue una guerra contra el narcotráfico con el argumento de que sin seguridad no se efectuarían las inversiones privadas que se habían previsto; cuatro años después Calderón se retractó de la guerra y dijo que no había tal, sino una lucha en la que tendríamos que involucrarnos todos y repartió responsabilidades a la sociedad.
 
Para refutar los reclamos sociales en el sentido de que se cambie la estrategia contra el narcotráfico, que ha dejado ya más de 50 mil muertos, según la versión periodística del semanario Zeta, de Tijuana, Baja California, el vocero del gobierno Alejandro Poiré escribió en su blog que “la lucha (contra el narco) es de todos los órdenes de gobierno: Federación, estados y municipios” y que éste es un reclamo de la sociedad y las autoridades locales que pidieron el apoyo de las fuerzas federales para hacer frente a la delincuencia.
 
Reiteró que la estrategia de seguridad es una respuesta a “las voces que clamaban porque el gobierno interviniera con mayor decisión para frenar una criminalidad cada vez más voraz y expandida”. No obstante, los reclamos por dicha estrategia se han incrementado en todo el país, por los “daños colaterales” ocasionados a la sociedad.
 
Cuando fue detenido Jesús Enrique Rejón Aguilar, identificado como el tercer hombre en la jerarquía de Los zetas, y uno de sus fundadores, Alejandro Poiré, secretario técnico del Consejo de Seguridad Nacional, afirmó con la euforia del momento que se trató de “un golpe al más alto nivel en la estructura delictiva de Los zetas”. Y fue más allá al considerar que el detenido era uno de los hombres más buscados por autoridades de Estados Unidos, al grado de que la Drug Enforcement Administration (DEA) ofrecía 5 millones de dólares a quien proporcionara información para su aprehensión.
 
En el mismo sentido, Poiré declaró a los medios que con la aprehensión de otro capo de alto rango, José de Jesús Méndez Vargas, la organización delictiva La familia michoacana habría sido desmantelada.
 
Ese mismo día, Dolia Estévez, corresponsal de la cadena MVS, reportó en el noticiero matutino de la periodista Carmen Aristegui, que las reacciones del Departamento de Justicia de Estados Unidos no habían sido –como en otras ocasiones– muy expresivas y exultantes, aunque sí incluyeron una felicitación al gobierno mexicano por la captura de Rejón Aguilar, a quien se señala como cómplice en el homicidio del agente estadounidense Jaime Zapata, cometido el 15 de febrero de este año en San Luis Potosí.
 
La periodista mexicana que informa desde Washington desmintió al vocero del gobierno mexicano, “pues no fue la DEA la que ofreció una recompensa de 5 millones de pesos por la captura de Rejón Aguilar, sino el Departamento de Justicia, que ofrecía 3 millones de dólares a quien diera información que condujera a la aprehensión de cualquiera de los que participaron en el crimen del agente Zapata”.
 
Precisó Estévez que el gobierno de Estados Unidos “ya no cree en todo lo que dice Poiré cuando hace alarde de los logros mexicanos contra el crimen organizado y por el contrario los expertos del Departamento de Justicia analizan con detenimiento cualquier información relacionada con la lucha contra el narcotráfico, pues tampoco se percibe que sea el gobierno mexicano el que esté ganando esta guerra ni que los capos detenidos sean de tan alto rango en la jerarquía de los cárteles de la droga”.
 
Hacia el interior del gobierno estadounidense ya no se tiene la convicción de que La familia michoacana y Los zetas hayan sido desmantelados, pues en ambos casos se tiene conocimiento en la DEA de que ambos grupos delictivos fueron en su momento de los más peligrosos y sólo en la percepción del gobierno mexicano se cree que ambos cárteles han sido desmembrados, en la versión periodística de Estévez, quien tiene documentada su información que suelen avalar fuentes del Departamento de Estado.
 
La guerra la decidieron en Estados Unidos
 
 Por su parte, el analista de El Colegio de México Lorenzo Meyer afirmó que “la guerra del gobierno mexicano contra el narcotráfico la decidieron por nosotros (en el gobierno de) Estados Unidos; ellos fueron los que decidieron criminalizar a las drogas; ellos fueron la fuerza que en 1912 propusieron este régimen internacional en contra de las drogas”.
 
“Curioso que su propuesta no fue en el siglo XIX cuando ellos comerciaron con el opio a China; pero bueno, si esa guerra ya la decidieron por nosotros y nosotros (los mexicanos) somos parte de uno de los tantos países pequeños que no pueden oponerse a esas grandes decisiones, entonces ¿por qué no escogimos nuestro frente de guerra?”
 
Durante una exposición frente a los micrófonos de CNN en Español, el doctor Lorenzo Meyer se preguntó por qué ni el gobierno ni el pueblo de México escogieron su frente de guerra: “¿Por qué en lugar de estarlo haciendo en las calles, en las brechas, en las ciudades, de la manera tradicional de una guerra armada, por qué no se hizo el frente de guerra mexicano en el lavado de dinero?”
 
Recordó Meyer que una semana antes, en su comentario del lunes 18 se refirió al escándalo del lavado de dinero que se hace a través de los bancos y reiteró su cuestionamiento “¿por que nosotros no llevamos la guerra hacia donde nosotros querramos?”
 
También recordó que el presidente Felipe Calderón en una de las confrontaciones con organizaciones civiles que han demandado un cambio en las estrategias de esta guerra contra el narcotráfico, pidió que participen los ciudadanos y dijo al respecto que sería conveniente proponerle “enfrentar con gran valor y con gran estrategia a los lavadores de dinero, en vez de al narcotraficante de a pie, donde se ve clarito que ahí ya no dimos el ancho”.
 
“Si un banco (el de Bachovia) puede lavar 378 mil millones de dólares. Entonces ¿quién puede hacer esa labor sin hacer un solo disparo? Probablemente la Secretaría de Hacienda y sin disparar; sin necesidad de tener al Ejército en la calle, si lograran apretarle el gaznate al lavado de dinero, podrían ahogar al mundo de los narcos porque no tendrían ni siquiera para comprar las armas, para mantener su ejército, para corromper a las policías, que ya de por sí son corruptas”.
 
Y vuelve a preguntar Lorenzo Meyer, “¿por qué no se puso ahí el comandante en supremo de las fuerzas armadas al frente de la Secretaría de Hacienda y en un acto de gran heroísmo, agarra a los bancos norteamericanos y los pone contra la pared? Pero no. Y se ha decidido que a los banqueros, lavadores de dinero y en general al crimen de cuello blanco no lo van a tocar; contra ese no se van ¿por qué no?”
 
Si el presidente Calderón Hinojosa quería ideas nuevas para combatir al crimen organizado, pues aquí tiene una para librar la guerra “y no creo que se la esté dando yo, sino que flota en el ambiente desde hace mucho tiempo”. Y reitera Meyer la pregunta de por qué a los lavadores de recursos provenientes del narcotráfico no se les combate desde el gobierno.
 
“¿Por qué ni en Estados Unidos se procede contra los bancos que dejaron crecer la burbuja que llevó a la depresión del 2008 y siguen sin pagar ese crimen que llevó a la economía mundial a una situación de crisis que puso en el desempleo a millones de personas y que pasó a traer a muchas economías, incluyendo a la norteamericana, que todavía no logra remontar la parte del desempleo?”
 
Y ahí están, agrega, estos personajes y estas instituciones que han sido tan obvias en su mal hacer su papel y en su criminalidad, porque si lavaron el dinero y no pagaron más que una multa equivalente al 2 por ciento de lo que lavaron; es decir, se fueron tan en blanco, tan sin pagar su responsabilidad. Pero eso sí, se le pide al Ejército Mexicano y a la Armada de México que salgan a las calles a patrullar”.
 
Lo anterior trae como consecuencia, dijo, que “los que caen bajo las balas son los que salen a patrullar las calles, que son mexicanos muy pobres a los cuales los bancos no les han servido para nada y los bancos sí se han servido de ellos, de nosotros, de nuestros países”, por lo que dejó una tarea pendiente a resolver: ¿Por qué no cambiamos de frente de guerra?
 
Victorias pírricas
 
Durante el presente sexenio el gobierno federal ha logrado confiscar poco más de 3 mil millones de pesos al crimen organizado y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, afirma que esta cifra es 400% más que lo incautado en toda la administración de Vicente Fox.
 
Informó ante el Congreso de la Unión que en los cuatro años y medio de la administración panista que ha implementado una estrategia para combatir al crimen, se han detenido mil 589 secuestradores.
 
En el documento Descripción, avances y resultados de la estrategia nacional de prevención del delito y combate a la delincuencia 2007-2011, se afirma que en este período se han asegurado 497.25 toneladas de mariguana, cantidad 5.1% por arriba respecto a toda la administración anterior. “La cocaína asegurada supera en 26.4% a los resultados logrados durante todo el sexenio pasado”.
 
El gobierno del presidente Felipe Calderón envió al Congreso el documento que incluye un reporte sobre la efectividad de su estrategia contra el crimen organizado en el que se afirma que hasta el 30 de junio de 2011 las autoridades han asegurado 258 millones 537 mil 301 dólares (a 12 pesos el tipo de cambio) o sea: 3 mil 102 millones 447 mil 612 pesos.
 
Alejandro Poiré publicó en su blog que el gobierno mexicano rechaza que el combate al crimen organizado sea una lucha personal del presidente Felipe Calderón y afirmó que la estrategia de seguridad responde a un reclamo de la sociedad y de las autoridades locales.
 
“Ésta no es una lucha de una sola persona, ni de una autoridad, ni de una sola institución”, escribió en su blog el portavoz de seguridad del Ejecutivo federal, quien califica de “falacia” el hecho de que Calderón se haya lanzado solo a una guerra contra el crimen organizado.
 
Uno de los más recientes golpes al narcotráfico fue el plantío de mariguana al sur de Ensenada, Baja California Sur, del que pudieron haber obtenido en el mercado negro más de 2 millones de dosis a un costo de casi 2 mil millones de pesos. ¿Cómo pudo pasar desapercibido el plantío más grande de la historia según la versión del Ejército, si la Procuraduría General de la República realiza constantes vuelos para detectar plantíos?
 
Cuestión que no fue respondida. Luego se dijo en la Secretaría de la Defensa Nacional que el plantío era propiedad de Joaquín Guzmán Loera, un multimillonario que a la fecha se mantiene oculto y goza de impunidad y del favor de quien o quienes figuran en su nómina.
 
Fuente: Forum en línea - http://www.forumenlinea.com/
https://www.alainet.org/de/node/151623?language=en
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