El Bloque Regional en su momento clave
- Opinión
Mientras busca conformar un eje pro TLC, Estados Unidos no pierde de vista el rumbo de los países del sur. Para el Mercosur es el momento de cerrar filas. La Cumbre de Jefes de Estados del Mercosur que cierra hoy en Córdoba (Argentina) es la gran oportunidad del bloque regional para encauzar un camino estratégico hacia una integración plena. El encuentro deberá superar la estrategia de los países hegemónicos sobre la región lograr ampliar su agenda desde lo comercial hacia lo político y –principalmente- lo social. Esta reunión tiene con dos características políticas estratégicas. En primer lugar, es la primera reunión que cuenta con Venezuela como miembro pleno. Vale recordar que en términos de consumidores, el ingreso de ese país al Mercosur como socio pleno le añade al bloque 27 millones de personas. En segundo lugar, la importancia de la llegada del presidente cubano Fidel Castro, con quien el Mercosur suscribirá un acuerdo de complementación económica. Técnicamente expresado, el acuerdo –que no llega a ser un TLC- prevé de 1.300 líneas arancelarias de preferencias a unas 2.700 en un plazo mediano. La idea es que estos convenios multilaterales se expresen en intercambio de maquinarias, instrumentos médicos. Se establecen ciertas preferencias para que puedan intercambiarse algunos productos. En momentos en los que el Mercosur tiene que funcionar como un bloque compacto y fuerte. Esta cumbre se les presenta con grandes desafíos: ampliar las políticas compensatorias para los socios de menos volumen económico –las asimetrías-, profundizar el debate para afianzar el Parlamento del bloque y encauzar un programa común de políticas sociales. El tema de las asimetrías ya trajo controversias ayer. Uruguay y Paraguay son los que deben lidiar con las diferencias comerciales que le depara su asociación con Argentina, Brasil, y ahora, Venezuela. Son estos países menores, los que amenazan a los más grandes con firmar tratados bilaterales si estos no se contemplan las diferencias. Luego de una reunión en la que participaron los ministros de Economía de los países miembros del Mercosur, Danilo Astori, jefe del palacio de Hacienda uruguayo, dijo que estuvo en la mesa de discusión la posibilidad de que los países miembros "procuren acuerdos comerciales fuera de la región de una manera bilateral", un punto que defiende su gobierno. Ayer, la canciller paraguaya en su discurso durante la reunión del Consejo del Mercado Común (CMC) dijo que “al Mercosur lo veíamos como una opción válida e inexorable para el pleno desarrollo de nuestro país. Hoy, varios sectores sociales, califican al bloque como la maquinaria que se fuera perfeccionando para levantar nuevas y más sofisticadas trabas al comercio”. En cuanto al Parlamento Mercosur, en diciembre de 2004 el CMC aprobó la decisión para sentar las bases para la conformación del Parlamento del bloque. Entre los principales objetivos del nuevo parlamento se destacan: promover un marco institucional equilibrado y eficaz, reflejar el pluralismo y las diversidades de la región, y contribuir a la democracia, la participación, la representatividad y la legitimidad social. Otro de los grandes desafíos de este encuentro es la tensa relación entre Argentina y Uruguay a raíz del conflicto por la instalación de pasteras en la margen oriental del río Uruguay. Este desacuerdo llegó incluso a instancias de la Corte Internacional de Justicia, con sede en La Haya, quien días atrás se pronunció a favor del gobierno de Tabaré Vázquez. Sin embargo, no hay dudas de la existencia de negociación. Esto quedó claramente evidenciado en los sucesivos gestos entre Kirchner y Tabaré en sus últimos encuentros. Es claro que la delegación uruguaya no llegó a Córdoba para cerrar el diálogo sino para buscar un entendimiento definitivo sobre la cuestión. La comitiva argentina, por su parte, busca una solución idéntica. Esto, incluso se, evidenció en la firma de un convenio de bilateralización de residencia del Mercosur entre el canciller argentino Jorge Taiana y su par uruguayo Reynaldo Gargajo. Los resultados de esta Cumbre serán de máxima importancia para el futuro de la región a los ojos de Washington. La situación estratégica actual está lejos de mostrar a Estados Unidos distraído de América Latina. Los ojos del gobierno de George W. Bush siguen de cerca el desarrollo de las políticas latinoamericanas. La semana pasada se supo que el gobierno estadounidense contempla seriamente la creación de una fuerza antiterrorista comandada por la Organización de Estados Americanos (OEA) que opere en la Triple Frontera (zona donde confluyen los límites de Argentina, Brasil y Paraguay). La iniciativa aprobada por la Cámara de Representantes y en discusión en el Senado, se trataría de "una fuerza de tareas antiterrorista americana". La propuesta parlamentaria "exhorta al Presidente (George W. Bush) a instruir al representante de Estados Unidos ante la OEA a que en primer lugar busque apoyo para la creación de una fuerza de tareas del Comité contra el Terrorismo Interamericano (CICTE) para asistir a los gobiernos en la región en la investigación y el combate de la proliferación de organizaciones terrorista islámicas". La propuesta estadounidense generó "una fuerte reacción del gobierno brasileño", mientras que del lado argentino la Cancillería "inició una ronda de consultas con la diplomacia brasileña, a través de los embajadores en la OEA, Rodolfo Gil, y Brasil, Juan Pablo Lolhé. Pero sin asumir, por ahora, posición", precisó. Estados Unidos cree que en esa zona se financian actividades terroristas. Allí viven y trabajan entre 10.000 y 30.000 inmigrantes árabes, que fueron minuciosamente investigados desde los atentados del 11 de septiembre del 2001 en Nueva York y Washington. Carlos Alvarez, jefe de la Comisión de Representantes Permanentes del Mercosur, rechazó el miércoles un proyecto del Congreso de Estados Unidos. "Que nadie nos quiera venir a controlar o cuestionar una de las misiones y tareas que ha sido una de las identidades más fuertes de este proyecto de integración. Quieren convertir a la Triple Frontera (...) en parte de una suerte de conflicto mundial vinculado al terrorismo", dijo el funcionario. Alvarez destacó que la paz en el Mercosur, que integran Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela más otros socios no plenos, es y debe seguir siendo uno de sus principales activos. "Es un proyecto del Senado, no del gobierno, pero levanta muchas suspicacias y prevención de parte de nuestros países, no queremos tener instalada en la Triple Frontera una fuerza de intervención", agregó Alvarez. Esto se suma a los gobiernos regionales que siguen al pie de la letra las directivas de Washington. La política chilena debilidad a la firma de Tratados de Libre Comercio (TLC). La reelección de Álvaro Uribe en Colombia, quizás el principal aliado de Bush, y los recientemente elegidos: Alan García en Perú y Felipe Calderón en México. - Cristian Lora | Enviado Especial a Córdoba, Argentina. -Fuente: Agencia Periodística del MERCOSUR (APM), Mar del Plata / Argentina http://www.prensamercosur.com.ar
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