Siempre no
14/06/2007
- Opinión
Mi abuelo Filiberto decía siempre que en este país los sholcos mastican rieles y a los calvos se les hacen trenzas. Pese a los años transcurridos desde la primera vez que lo escuché de él, el dicho sigue teniendo vigencia plena.
Viene al caso por lo ocurrido al Doctor Arredondo de quien se aprovechó un grupo de políticos de poca monta pero mucha cara dura. Prácticamente lo dejaron chiflando en la loma. Puede especularse mucho sobre el resultado de esta jugarreta en la cual este médico metido a político que quería ser presidente perdió, asigún los asigunes, diez millones de quetzales. El desafío está en establecer plenamente qué falló o cuáles fueron los hechos que contribuyeron a que lo regresaran a la banca cuando ya estaba en la lomita de pitcher calentando el brazo, como diría mi finado amigo “Hablón” Rodríguez Zea. Creo que el Doctor no calculó los riesgos inherentes y se topó con una trapisonda bien construida. ¿Qué pudo haber orillado la situación a este resultado?
Una especie poco creíble es que el frustrado candidato fue enviado a las duchas porque se antepusieron los intereses de un tío rico de alguien que ofreció cuatro y medio a uno lo que apostó al proyecto el Doctor del fosforazo. No termino de entender qué podría motivar a esta persona ignota a gastar tanta plata en un partido que no las tiene todas consigo en la contienda electoral y que pudiera abonarse a cuenta en el litigio que mantiene con gente del sector privado, de la crema de la crema. El PAN no es más que un partido de expresión y su desprestigio creció más con esta puñalada por la espalda al galeno que quiere ser presidente.
Dos hechos hay que podrían llevarnos a una conclusión cercana a la certeza. Inicialmente, el Doctor se dedicó a promover su imagen, olvidándose que junto con él había un grupo de candidatos a diputados y a corporaciones municipales que también requieren de un empujoncito para mejorar su imagen y promover su postulación. Debió ayudar a mejorar el ranking del partido, no auto promoverse. Una organización partidaria como en la que él se cobijó requerirá un gran esfuerzo para superar el olvido lapidario al que fue condenada por el electorado y el abandono de sus principales figuras políticas, que optaron por buscar otras opciones o conformar sus propios esquemas partidarios. En los últimos comicios el PAN fue relegado a un lugar marginal y con el retiro del Dr. Flores Asturias comenzó lo que parece ser su agonía política como partido. Tengo la impresión que el partido de la flecha se extinguirá una vez conocidos los resultados de la elección de este año.
En segunda instancia, las encuestas parecieran ser las nuevas herramientas con las que los partidos cuentan para reconsiderar y repensar las candidaturas presidenciales. Si el candidato no levanta cabeza pero tiene participación en las decisiones cupulares del partido, puede estar tranquilo. Si, por el contrario, carece de arraigo a nivel elite dirigencial –como en este caso que comentamos- y las encuestas no le favorecen, le dan la bota. Tan sencillo como eso.
Lo político es un campo en el que no tiene cabida la moral. Los tratadistas dicen que en esta esfera no hay lugar para la ética porque, siguiendo a Maquiavelo, la política es amoral. No es que carezca de moral sino que no puede ser objeto de evaluación axiológica. Lo político es o no es, funciona o no funciona, es efectivo o no, sirve a ciertos fines o no, conviene o no conviene pero nunca puede considerarse ni bueno ni malo. Simplemente es. Pretender juzgar los actos políticos e intentar enmarcarlos dentro de valores tales como la lealtad, la ética y la fidelidad es equivocado y, además, ingenuo.
El Doctor Arredondo tiene que reflexionar y tomar en cuenta sus dos poco edificantes experiencias con partidos políticos constituidos y copados. En Guatemala se concreta en las cúpulas de los partidos el planteamiento de Almond, quien habla de la ley de hierro de la oligarquía en las organizaciones políticas partidarias. Una rosca manda y lo demás son tortas y pan pintado.
¿Usted quiere llegar a ser presidente? Comience a trabajar su propio proyecto Doctor. Imagino que está empadronado y tiene más de cuarenta años cumplidos. Guarde para después los fósforos que le sobraron y póngase a trabajar su esquema. Forme y organice su propio partido. Después invierta su dinero en una buena campaña y, finalmente, consiga que el electorado lo ubique en los dos primeros lugares en la ronda primera y que le otorgue el número suficiente de votos en segunda vuelta que le permitan alcanzar más de la mitad de ellos. Así controlará su camino hacia el puesto tan deseado por usted y no se expondrá a las traiciones de políticos marrulleros. Usted tiene una buena imagen; no cambie para que ésta no cambie. Tome las experiencias con la GANA y con el PAN como errores, empiece a pensar políticamente y, quien quita, dentro de cinco años lo veamos luciendo la banda presidencial.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
Viene al caso por lo ocurrido al Doctor Arredondo de quien se aprovechó un grupo de políticos de poca monta pero mucha cara dura. Prácticamente lo dejaron chiflando en la loma. Puede especularse mucho sobre el resultado de esta jugarreta en la cual este médico metido a político que quería ser presidente perdió, asigún los asigunes, diez millones de quetzales. El desafío está en establecer plenamente qué falló o cuáles fueron los hechos que contribuyeron a que lo regresaran a la banca cuando ya estaba en la lomita de pitcher calentando el brazo, como diría mi finado amigo “Hablón” Rodríguez Zea. Creo que el Doctor no calculó los riesgos inherentes y se topó con una trapisonda bien construida. ¿Qué pudo haber orillado la situación a este resultado?
Una especie poco creíble es que el frustrado candidato fue enviado a las duchas porque se antepusieron los intereses de un tío rico de alguien que ofreció cuatro y medio a uno lo que apostó al proyecto el Doctor del fosforazo. No termino de entender qué podría motivar a esta persona ignota a gastar tanta plata en un partido que no las tiene todas consigo en la contienda electoral y que pudiera abonarse a cuenta en el litigio que mantiene con gente del sector privado, de la crema de la crema. El PAN no es más que un partido de expresión y su desprestigio creció más con esta puñalada por la espalda al galeno que quiere ser presidente.
Dos hechos hay que podrían llevarnos a una conclusión cercana a la certeza. Inicialmente, el Doctor se dedicó a promover su imagen, olvidándose que junto con él había un grupo de candidatos a diputados y a corporaciones municipales que también requieren de un empujoncito para mejorar su imagen y promover su postulación. Debió ayudar a mejorar el ranking del partido, no auto promoverse. Una organización partidaria como en la que él se cobijó requerirá un gran esfuerzo para superar el olvido lapidario al que fue condenada por el electorado y el abandono de sus principales figuras políticas, que optaron por buscar otras opciones o conformar sus propios esquemas partidarios. En los últimos comicios el PAN fue relegado a un lugar marginal y con el retiro del Dr. Flores Asturias comenzó lo que parece ser su agonía política como partido. Tengo la impresión que el partido de la flecha se extinguirá una vez conocidos los resultados de la elección de este año.
En segunda instancia, las encuestas parecieran ser las nuevas herramientas con las que los partidos cuentan para reconsiderar y repensar las candidaturas presidenciales. Si el candidato no levanta cabeza pero tiene participación en las decisiones cupulares del partido, puede estar tranquilo. Si, por el contrario, carece de arraigo a nivel elite dirigencial –como en este caso que comentamos- y las encuestas no le favorecen, le dan la bota. Tan sencillo como eso.
Lo político es un campo en el que no tiene cabida la moral. Los tratadistas dicen que en esta esfera no hay lugar para la ética porque, siguiendo a Maquiavelo, la política es amoral. No es que carezca de moral sino que no puede ser objeto de evaluación axiológica. Lo político es o no es, funciona o no funciona, es efectivo o no, sirve a ciertos fines o no, conviene o no conviene pero nunca puede considerarse ni bueno ni malo. Simplemente es. Pretender juzgar los actos políticos e intentar enmarcarlos dentro de valores tales como la lealtad, la ética y la fidelidad es equivocado y, además, ingenuo.
El Doctor Arredondo tiene que reflexionar y tomar en cuenta sus dos poco edificantes experiencias con partidos políticos constituidos y copados. En Guatemala se concreta en las cúpulas de los partidos el planteamiento de Almond, quien habla de la ley de hierro de la oligarquía en las organizaciones políticas partidarias. Una rosca manda y lo demás son tortas y pan pintado.
¿Usted quiere llegar a ser presidente? Comience a trabajar su propio proyecto Doctor. Imagino que está empadronado y tiene más de cuarenta años cumplidos. Guarde para después los fósforos que le sobraron y póngase a trabajar su esquema. Forme y organice su propio partido. Después invierta su dinero en una buena campaña y, finalmente, consiga que el electorado lo ubique en los dos primeros lugares en la ronda primera y que le otorgue el número suficiente de votos en segunda vuelta que le permitan alcanzar más de la mitad de ellos. Así controlará su camino hacia el puesto tan deseado por usted y no se expondrá a las traiciones de políticos marrulleros. Usted tiene una buena imagen; no cambie para que ésta no cambie. Tome las experiencias con la GANA y con el PAN como errores, empiece a pensar políticamente y, quien quita, dentro de cinco años lo veamos luciendo la banda presidencial.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
http://www.i-dem.org
https://www.alainet.org/es/active/18091
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