Se cierra el cerco sobre La Paz
07/10/2003
- Opinión
La ciudad
de La Paz, sede del asediado gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, quedó hoy
con sus tres principales accesos cortados y virtualmente cercada por los
bloqueos y protestas sociales, que se mantienen por tercera semana consecutiva.
En la mañana de hoy, la carretera que conecta La Paz con los departamentos de
Oruro, Potosí y Cochabamba fue cortada en las afueras de la ciudad por miles de
estudiantes universitarios, campesinos y vecinos que se enfrentaron a piedra y
dinamita con efectivos del Ejército y la Policía.
En las otras dos rutas principales, una que comunica con los Yungas de La Paz y
la otra que sale hacia el Altiplano norte y poblaciones fronterizas de Perú y
Chile, el bloqueo también se intensificó, paralizando totalmente el tráfico
vehicular aunque sin enfrentamientos.
Desde la mañana de hoy, nadie entra ni sale de La Paz por tierra. El único
acceso que queda libre es el aeropuerto internacional de El Alto, resguardado
por cientos de efectivos policiales y militares.
Corre bala otra vez.
En la ciudad de El Alto, a casi cuatro mil metros de altura, en el techo de la
ciudad de La Paz, situada en una hoyada a 3.600 metros, se libraban hasta las
primeras horas de la tarde una verdadera batalla campal entre las tropas
leales a Sánchez de Lozada y la población civil que lucha por derrocarlo y por
la re-nacionalización del gas y el petróleo.
Durante más de tres horas, sobre esta joven y empobrecida ciudad, llovieron
gases, piedras y dinamita con un saldo inicial de dos civiles heridos a bala,
cinco civiles impactados con balines, varias decenas de vecinos afectados por
gases lacrimógenos y una cantidad no precisada de detenidos.
En El Alto, donde cada protesta tiene aires insurrecciónales por la extrema
pobreza de sus habitantes y la rebeldía característica de los aymaras, se
cumple desde hoy una huelga indefinida convocada por la Central Obrera
Regional (COR) y por la Federación de Juntas Vecinales. El paro es casi total,
con el bloqueo de calles y avenidas, el cierre de comercios, industrias y
mercados.
Al cierre de este despacho, seguían los enfrentamientos, especialmente entre
estudiantes de la Universidad Pública de El Alto y efectivos militares. Desde
la masacre de Warisata, en el Altiplano el pasado 20 de septiembre, cuando
fueron acribillados a bala cinco comunarios (entre ellos una niña de ocho años)
y dos soldados, no había corrido bala.
Estado de sitio.
La intensidad de los enfrentamientos en El Alto acrecentó los rumores sobre un
posible "estado de sitio". Incluso el vocero de la Comisión de Derechos Humanos
de la Cámara de Diputados advirtió que esta medida de excepción podría
dictarse durante el fin de semana, según informaciones confidenciales que
funcionarios del gobierno habrían hecho conocer a esa repartición del Poder
Legislativo.
"Bolivia ya vive un estado de sitio de facto", aclaró el dirigente de la COB,
Jaime Solares, al condenar la represión sufrida por los estudiantes,
trabajadores y vecinos de El Alto, ciudad en la que desarrolla una huelga de
hambre el "Mallku" Felipe Quispe y cerca de 200 dirigentes provinciales, que
insisten con los bloqueos en el Altiplano.
Más protestas.
Otros bloqueos, que aún no tienen la contundencia de los verificados en los
Yungas y el Altiplano, también han comenzado a desarrollarse en la zona
tropical de Cochabamba. Informes de la Confederación campesina dirigida por
Román Loayza señalan que ya hay cortes en la carretera troncal que une
Cochabamba con Oruro y La Paz. Los bloqueos se habrían establecido en las
localidades de Bombeo y Pongo, a cargo de los campesinos de Bolívar, Arque y
Ayopaya.
En esta jornada también se realizaron masivas marchas de universitarios en
varias ciudades del país. En La Paz, estudiantes y trabajadores de la
Universidad Mayor de San Andrés protagonizaban una masiva marcha en el centro
de la ciudad, en rechazo a la exportación de gas a Estados Unidos, exigiendo
la renuncia de Sánchez de Lozada y un mayor presupuesto para el funcionamientos
de esta casa superior de estudios.
El clima de convulsión se acrecienta y son cada vez más nutridos los anuncios
de bloqueos y marchas, lo que está generando una creciente incertidumbre y
malestar en varios sectores de la sociedad. Uno de ellos, el de los choferes,
amenazó con ingresar en un paro indefinido a partir de la próxima semana, si es
que el gobierno no daba solución a las demandas sociales de los sectores en
conflicto, según dijo su principal dirigente Angel Villacorta.
Pese a ello, los ministros de Estado como el Defensa, Carlos Sánchez Berzaín, y
el de Salud, Javier Tórrez, ratificaron por separado que Sánchez de Lozada no
renunciaría al cargo, como demandan los sectores sociales movilizados.
A principios de la semana, el Presidente había minimizado las protestas y
amenazó con mandar a la cárcel a los bloqueadores. "No voy a renunciar a la
presidencia porque mi mujer quiere seguir siendo la primera dama de la
nación", había dicho en tono de burla en un mensaje televisivo difundido a todo
el país.
Redacción de www.econoticiasbolivia.com (La Paz, octubre 8, 2003).-
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