Reducción de la pobreza total en los departamentos de Huehuetenango y Quiché

16/12/2011
  • Español
  • English
  • Français
  • Deutsch
  • Português
  • Opinión
-A +A
¿Qué dinámica económica está generando el incremento de los ingresos en los departamentos de Huehuetenango y Quiché? Para situar el tema, recientemente el Instituto Nacional de Estadística dio a conocer los resultados de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, permitiendo la comparación con respecto a la publicada en el año 2006. En efecto, en el departamento de Huehuetenango, la pobreza total pasó de 71.3% en 2006 a 55.68% en 2011 y el departamento de Quiché paso de 81% en 2006 a 66.47%. La reducción del número de personas que tienen un gasto por debajo de los Q9,030.93 quetzales mensuales es altamente significativa. En términos simples, estamos hablando que casi dos personas de cada diez dejaron de ser pobres.
 
¿Dónde están las causas que explican esta reducción?
 
Revisemos la información sobre remesas, programas sociales, empleo, educación y desarrollo en ambos departamentos. Según los reportes de la Organización Internacional de Migraciones, durante el período 2008-2010 Huehuetenango recibió un monto total de U$232, 443,031 dólares, equivalentes a dos veces el presupuesto del Ministerio de Agricultura durante ese mismo período. Por su parte, el departamento de Quiché recibió un monto total de U$ 33, 575,598. No hay duda que las remesas representan un factor de dinamización de la economía doméstica familiar y de la economía local.
 
Desde el punto de vista de la política social, principalmente del programa de transferencias monetarias condicionadas ejecutado por el gobierno de Álvaro Colom, los departamentos de Huehuetenango y Quiché están situados entre los primeros lugares con cerca de 80 mil beneficiarios cada uno. Sin embargo, lo reciente del programa y lo limitado de sus montos (representa el 3.3% del total del costo de la canasta básica vital) dificulta reconocer su impacto en el ámbito de la economía doméstica y a nivel de la economía local.
 
Desde el punto de vista del empleo, Huehuetenango y Quiché presentan bajo índice de ocupación plena siendo de 0.28 y 0.38 respectivamente. Este índice mide el peso específico que tiene la  población total ocupada plena en la población económicamente activa. Desde el punto de vista de la educación, ambos departamentos presentan los índices más bajos a nivel nacional, pues el  índice de escolaridad en Huehuetenango y Quiché es de 0.57 y 0.53 respectivamente. Por último, el índice de desarrollo (calculado a partir de un promedio simple entre indicadores de educación, condiciones de vida, trabajo, no pobreza y salud) en Huehuetenango y Quiché es de 0.47 y 0.45 respectivamente.
 
Ninguno de estos indicadores, con excepción del volumen de remesas, aclara el asunto de la reducción de la pobreza en dos departamentos que en 2006, entre siete y ocho personas de cada 10 eran pobres. Por otra parte, no podemos dejar a un lado en este escudriñamiento que la combinación de los efectos del cambio climático, el incremento de los precios de los alimentos y la crisis financiera internacional han tenido un profundo impacto en la economía familiar indígena y campesina. Tomando en cuenta solo el impacto económico de los eventos naturales, cifras oficiales reportan daños y pérdidas acumuladas (1998-2010) por un monto de $3,441.0 millones de dólares. Es decir, aproximadamente 32 veces el presupuesto del Ministerio de Agricultura. En el año 2010, según reportes de la Unidad de Operaciones Rurales del Ministerio de Agricultura y Alimentación, la tormenta Agatha afectó a más de 60 mil familias del campo que sufrieron daños y pérdidas de cultivos agroalimentarios y comerciales por un monto aproximado de Q299,632,761. Más del 85% de las reservas familiares de maíz, frijol, trigo y otros cultivos alimentarios se perdieron y los precios de alimentos mostraron una tendencia alcista. Muy probablemente la combinación de fenómenos naturales y procesos socio-políticos han desencadenado las siguientes situaciones:
 
1)   Un incremento de los niveles de hambre y desnutrición, principalmente entre la población más vulnerable
 
2)   Pérdida de capacidades productivas (descapitalización de sus economías por falta de empleo y por pérdidas en cultivos y erosión de sus tierras).
 
3)   Recarga de trabajo en niñas y mujeres adultas.
 
4)   Incremento de los flujos migratorios hacia los Estados Unidos y México, así como hacia la ciudad capital y ciudades intermedias (Quetzaltenango, Escuintla, Mazatenango), generando desintegración familiar.
 
5)   Invisibilización de las pérdidas en la economía campesina (denominada también como agricultura familiar) tales como cultivos alimentarios, aves de corral y hatos –porcino, ovino, caprino, bovino.
 
Resulta entonces bastante enigmático que dos departamentos que históricamente se han caracterizado por una penetración profunda de la pobreza, en un período de cinco años, hayan avanzado significativamente en su reducción. Queda pendiente analizar por qué en otros departamentos como Jalapa, Quetzaltenango y Sacatepéquez, la pobreza total aumentó considerablemente.
 
Guatemala, 7 de diciembre del 2011.
 
 
- Eugenio Incer, Área de Estudios sobre Campesinado - www.avancso.org.gt
https://www.alainet.org/es/active/51609
Suscribirse a America Latina en Movimiento - RSS