Quiénes dicen sí y quiénes no al Acuerdo con Europa?
06/04/2013
- Opinión
La apertura hacia Europa está a un paso de concretarse. Partidarios del libre mercado comen ansias; otros asemejan el AdA al TLC con EUA.
SAN SALVADOR- El canciller salvadoreño, Hugo Martínez, bromeó mientras posaba para la foto de la entrega del Acuerdo de Asociación (AdA) con la Unión Europea al presidente de la Asamblea Legislativa, Sigfrido Reyes.
Mientras colocaba en manos del diputado la carpeta azul, con letras doradas, no más grueso que una tesis universitaria; el canciller –entre sonrisas– dijo: “este es solo para la foto, las otras cajas ya las trajimos”.
No es para menos: los documentos del AdA consensuado por los equipos negociadores de los países de Centroamérica (C.A) y la Unión Europea (UE), resumen más de seis años de acercamientos y discusiones para lograr el primer acuerdo entre dos bloques regionales.
Fue un proceso que en El Salvador dio inicio en 2007, bajo el gobierno del expresidente Antonio Saca, quien ya contaba en su haber la ratificación de un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, que compartía con Centroamérica y República Dominicana (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés).
Pero las aspiraciones de un acuerdo como el que se encuentra diseminado en las cajas de documentos que ahora están en manos del congreso salvadoreño –que deberá ratificarlo para que entre en vigencia–, datan de mucho antes, estimuladas por un par de hechos innegables: la Unión Europea es uno de los bloques cuyos países brindan mayor cooperación a Centroamérica y es una región que acoge un mercado de alrededor de 500 millones de consumidores, con ingresos per cápita (por persona) de cerca de $30.000 anuales.
La semana pasada, luego de entregar en manos del presidente del congreso el documento base del AdA, el canciller no dudó en subrayar lo que este acuerdo implica para el país.
“Un aspecto que lo hace particular –ya antes se había referido al hecho de que ha sido un acuerdo negociado de región a región– es que se trata no solo un acuerdo que contempla un componente comercial, sino un acuerdo de asociación que contempla otros dos pilares: la cooperación y el diálogo político”.
De cooperación, el canciller Martínez sabe mucho. Los números que ve en los registros de la cooperación internacional que El Salvador obtiene a través del Ministerio de Relaciones Exteriores que lidera, le han hecho caer en cuenta de cuán importante es la solidaridad europea para la región.
Del 2009 a la fecha, entre cooperación multilateral y bilateral, la UE y parte de sus países miembros han entregado a El Salvador más de $250 millones, utilizados, sobre todo, en programas de desarrollo.
Las expectativas con el AdA en cuanto a cooperación que el canciller Martínez tiene son grandes. De acuerdo al funcionario, ya de por sí Centroamérica tiene un acuerdo marco con la UE que establece un programa de cooperación para la región por unos $100 millones, que se suma a la cooperación que cada país centroamericano logra de forma bilateral con Europa.
Martínez dice que con el AdA se espera que la cooperación pueda aumentar, pese a la crisis que enfrentan actualmente los países de la UE. Es una visión que comparte el presidente del congreso, Sigfrido Reyes.
“Centroamérica sigue siendo vista por Bruselas (en Bélgica, sede principal de la UE) y las instituciones europeas el-salvador-acuerdo-de-asociacion-europa1 como una zona que, aún en el contexto general de América Latina y el Caribe, demanda una atención especial”, señala Reyes.
El componente de diálogo político que incluye el AdA parece haber superado ya su principal obstáculo en el país: la ratificación del Estatuto de Roma que, en consecuencia, significaría la adhesión de El Salvador a la Corte Penal Internacional (CPI), en la que se ventilan crímenes de lesa humanidad.
En 2007, cuando se iniciaban las negociaciones por el AdA y se puso sobre la mesa el tema de la CPI, inició un debate entre los sectores político partidarios del país, entre los cuales aún persisten diferencias que nacieron durante el pasado conflicto armado (1982- 1992).
La posibilidad, según se rumoró, de que la adhesión a la CPI llevara al inicio de una serie de procesos en contra de los políticos con un pasado de guerra oscuro, llevó incluso al presidente de aquel entonces, Antonio Saca, a rechazar aceptar ese punto en la mesa de negociación con la UE.
Luego conocerse que el Estatuto de Roma no tiene un carácter retroactivo, el escenario para la adhesión de El Salvador a la CPI parece estar dispuesto. Al menos eso se desprende de las declaraciones del cancillería, que el mismo día en que entregó el documento del AdA a la Asamblea, aseguró que el gobierno estudia un proyecto para la ratificación del Estatuto.
Pero si el componente de cooperación y de diálogo político del AdA parece estar marcado por el consenso, es el componente comercial el que más inquietudes ha despertado desde que iniciaron las negociaciones hasta la actualidad.
La ratificación del AdA daría inicio a un proceso de apertura comercial entre el mercado centroamericano y el europeo, libre de restricciones arancelarias.
Es un proceso esperado con entusiasmo en los sectores exportadores y del gabinete económico del gobierno.
“La apertura comercial hacia Europa plantea un desafío y una oportunidad, en el sentido que los mercados de los países miembros de la Unión Europea de alguna manera están disponibles para los productos que El Salvador”, sostiene el canciller Martínez.
Pero lo mismo sucederá a la inversa, añade.
Actualmente, las empresas que han logrado insertarse al mercado europeo realizan exportaciones anuales por un valor aproximado de $200 millones. La UE, sin embargo, realiza exportaciones hacia El Salvador que superan los $500 millones. La relación comercial entre ambos países es deficitaria para la economía salvadoreña, que compra a Europa cerca de $300 millones más de lo que le vende.
Sin embargo, la posibilidad de incrementar las exportaciones hacia el mercado europeo es una idea que no deja de seducir a los empresarios salvadoreños.
Un par de semanas antes de que el canciller entregara el documento del AdA a la Asamblea Legislativa, la cúpula de la Corporación de Exportadores de El Salvador (Coexport), demandó agilizar el proceso de ratificación del acuerdo, pues esta “abre oportunidades inmediatas de diversificar nuestros mercados y de diversificar la oferta de nuestros productos”, según dijo Pablo Durán, presidente de la Corporación.
El entusiasmo, sin embargo, no es el mismo en todos los sectores y el antecedente que existe en el país respecto al libre comercio con las grandes potencias económicas no es el mejor: el Tratado de Libre Comercio (TLC) ratificado en 2006 con Estados Unidos, del cual hasta sus promotores han admitido que no ha dejado los beneficios esperados para el país.
“El acuerdo comercial del AdA es idéntico al TLC con Estados Unidos”, sostiene el economista Roberto Góchez, de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA).
el-salvador-acuerdo-de-asociacion-europa2En 2010, junto a una de sus colegas (Melissa Salgado), Góchez publicó un estudio en el cual se analizaban las relaciones comerciales que El Salvador sostiene con Europa.
La conclusión a la que Góchez y su colega llegaron es que hay razones para creer que en una relación de libre comercio con el mercado europeo, la economía salvadoreña podría resultar perjudicada.
“Estaríamos liberalizando una economía atrasada. No estamos hablando de una potencia exportadora emergente, estamos hablando de El Salvador que tiene un claro atraso de su estructura exportadora, el sector empresarial exportador está sumamente atrasado, en términos generales, lo cual no quiere decir que no hay excepciones”, señala Góchez.
“Creo que en todo acuerdo es importante ver si lo que se plantea realmente se corresponde con la realidad. Ese planteamiento de liberalización de comercio, a pesar de que se establece un calendario diferenciado, que en teoría es más exigente con Europa y menos con Centroamérica; no se corresponde con lo que hemos visto que ha pasado en los últimos 20 años”, añade.
De acuerdo a Góchez, desde 1994 hasta el 2009, El Salvador solo ha logrado mantener superávits con la Unión Europea en “menos de 100 productos de exportación de 5.000 posibles”.
El economista advierte incluso que la entrada en vigencia de un acuerdo de libre comercio con Europa, con la ratificación del AdA, implicaría un levantamiento de restricciones comerciales solo de parte de El Salvador, pues la UE ya brinda preferencia arancelarias al país, lo que ha permitido a algunos exportadores insertarse al mercado europeo.
Según el estudio en el que participó Góchez, a 2009 el 90.54% de los productos salvadoreños que van hacia Europa contaban con arancel cero bajo el sistema de preferencias arancelarias (SGP PLUS) que los europeos brindan al país.
“Si bien se publicita que El Salvador va a encontrar un mercado europeo abierto, no se dice tanto que el nuestro también se va a abrir y no hay que olvidar que la Unión Europea es una de las principales potencias exportadoras mundiales”, dice Góchez.
La posibilidad de que el mercado local sea conquistado por las empresas europeas, han llevado incluso a algunas organizaciones sociales a presentar una pieza de correspondencia a la Asamblea Legislativa solicitando que el AdA no sea ratificado, pues destruiría a los sectores económicos más vulnerables.
El presidente de la Asamblea Legislativa incluso ha admitido que es posible que se puedan percibir impactos fiscales, en la medida que los ingresos del Estado en concepto de aranceles impuestos a las exportaciones europeas disminuirían.
Son posibilidades de las que el gobierno es consciente.
“Los principales beneficiarios del Acuerdo en un primer momento son aquellos exportadores que ya están en los mercados de Europa, que tienen un expediente de internacionalización, por lo tanto su paso al mercado europeo es un poco menos complejo que los que no han iniciado aun con esa internacionalización”, señala el viceministro de Economía, Mario Roger Hernández.
Integrar a las empresas medianas y pequeñas al comercio con Europa es uno de los retos principales, y para ellos, de acuerdo a Hernández, se debe de desarrollar una agenda complementaria para fortalecer a esos sectores para que utilicen el Acuerdo, algo que el funcionario asegura ya se encuentra en marcha.
Después de la foto en la que el canciller y el diputado presidente del congreso posaron en la entrega del AdA, el documento dentro de la carpeta azul, y las cajas que lo complementan, pasarán a la Comisión de Relaciones Exteriores, Integración Centroamericana y Salvadoreños en el Exterior y a la Comisión de Economía, ambas de la Asamblea Legislativa.
Su ratificación requiere de mayoría calificada. Honduras, Nicaragua y la misma UE ya lo han ratificado en sus congresos. El canciller ha asegurado que los bloques de países se han planteado la ratificación en todas las naciones antes de que finalice el mes de mayo, para que entre en vigencia plena en ambas regiones.
Será una discusión en la que las posiciones encontradas también podrían caber en varias cajas.
Sábado, 06 Abril 2013
https://www.alainet.org/es/articulo/75170
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