Pretextos para justificar los desaciertos económicos
- Opinión
La crisis sanitaria ha dado pretextos para justificar los desaciertos y errores en política económica. Sin duda alguna, con la emergencia sanitaria sobrarán argumentos para justificar los desaciertos en materia de política económica del gobierno federal, que se han expresado en la caída del PIB en más de 8.2% en el primer trimestre y la salida de 3 mil 939 millones de dólares del país. Sólo que no es responsabilidad nada más del actual gobierno, en el cual existen muchos funcionarios de alto nivel que han cambiado de color o los han dejado ser, sino de los que lo han precedido, del PRI y del PAN, al apostar el 100% de las exportaciones al mercado estadounidense y no diversificar sus exportaciones, tal como lo ha venido haciendo Brasil.
Al parecer no hemos aprendido de la experiencia del petróleo, al hacer de México un país monoexportador, lo que ha dado al gobierno y a los mexicanos enormes dolores de cabeza cuando los precios se han desplomado y con ello los ingresos públicos, afectando el gasto del gobierno y el pago de la deuda externa, como en 1982.
Desde entonces se ha tratado de reducir la dependencia del petróleo y diversificar las exportaciones, pero nunca se pensó en diversificar los mercados y se apostó todo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pensando que un día podríamos formar un solo bloque comercial con Estados Unidos de América (EUA) y Canadá, elevar la integración económica a la integración monetaria, política y social, tal como lo ha hecho la Unión Europea, sin considerar que para EUA seguimos siendo un vecino incómodo y un problema de seguridad para su frontera sur y que difícilmente podrá llegar ese día.
Hoy, pese al incontable numero de tratados de libre comercio firmados, nuestras exportaciones hacia la zona del TLCAN promedian un 82% y nuestra economía se encuentra colapsada entre la crisis sanitaria y económica; a diferencia de Brasil, que junto con Chile son las dos economías mejor preparadas para salir en el corto plazo de la recesión mundial, según un estudio del Centro de Competitividad (IMD suizo), que realizó un ejercicio con 57 países, con el fin de determinar la fortaleza de sus economías para hacer frente a un periodo de recesión y su capacidad para reiniciar el crecimiento.
Este estudio reveló, al considerar a siete países latinoamericanos, que Chile posee la mejor economía para enfrentar la crisis al ubicarse en el lugar 15, mientras que Brasil se ubicó en 22 y Perú en el 31, entre los 57 países. Pero México quedó rezagado en el lugar 40 y uno de sus socios predilectos, lo que es aberrante en el contexto político y económico actual, Colombia se ubicó en la posición 38.
Esto nos lleva a lamentarnos que México no sólo no ha sabido escoger a sus mercados, sino que no sabe escoger a sus amigos y en lugar de tener una relación privilegiada y proponer una asociación estratégica a Brasil, tal como su presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, en su visita a México en 2007 lo propusiera, la tenga con países de bajo perfil que no aportan beneficios sustanciales ni a la economía, ni a las relaciones de México con América Latina y quizá ni para luchar en contra del crimen organizado.
La crisis económica internacional, nacida en EUA, ha deteriorado el desempeño de la economía mexicana y no hace falta que Carstens nos diga “que la recuperación fue retrasada por el virus de la influenza humana”, porque no se trata sólo de esperar a que la economía estadunidense se recupere, lo que no va a suceder en el corto plazo según la FED, para que la nuestra lo haga, sino de rediseñar nuestras relaciones económicas con el mundo y buscar nuevos mercados en América Latina y el Caribe, hacia donde exportó en 2008 el 5.6% y en China, al cual dirigió el 0.6% del total de sus exportaciones.
Habrá pretextos para justificar el desplome en la economía mexicana y el incremento del desempleo; ahí está la crisis económica internacional, la caída de las inversiones extranjeras por ende, el crimen organizado y el combate a las drogas y la influenza, además de los que reacumulen a lo largo del año.
Lo cierto es que la tasa de desempleo acaba de llegar a 5.1%, lo que indica que al menos oficialmente habría 2 millones 300 mil personas sin trabajo, sin contar los más de 3 millones 400 mil subocupados, que podrían integrarse a la delincuencia organizada al no tener alternativas de empleo formal, como sucede en cada crisis.
Por esta razón, vale la pena ir más allá de culpar al gobierno actual que sólo ha retomado el rumbo que trazaron los gobiernos de Salinas, Zedillo y Fox, para comenzar a discutir la conveniencia de rediseñar una nueva estrategia de desarrollo para México, que le permita diversificar sus mercados y ver más al sur y menos al norte, fortalecer sus relaciones económicas y políticas con Brasil, para construir juntos un bloque económico latinoamericano y fortalecer nuestras economías frente a la inestabilidad de los mercados; sólo resta saber si ¿los candidatos a diputados están preparados para emprender este reto?
Fuente: Forum en línea
http://www.forumenlinea.com/
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