Interconexión o internegoción?
22/06/2006
- Opinión
A un intercambio de bienes o servicios se lo debe caracterizar no por lo que se mutualiza, sino por la manera en la cual se concreta la transacción. Hace unos días compartía con ustedes los términos en los cuales la energía eléctrica es comercializada en nuestro país. Los datos consignados en esa ocasión no dejan lugar a duda de que la producción, la distribución y la facturación de este bien estratégico se realiza dentro de un marco comercial de asimetría, beneficiosa únicamente para quienes conforman el conglomerado oligopsónico del lado de la oferta.
En fecha reciente, por otro lado, los medios informaron con bombos y platillos el inicio de los trabajos de construcción de la línea de alta tensión y el equipo asociado que interconectará los sistemas eléctricos de México y Guatemala. Como es usual en nuestro Presidente, de inmediato justificó la erogación millonaria diciendo que México nos va a vender energía eléctrica barata y que los precios del kilovatio-hora al pequeño consumidor sufrirían una baja considerable, que aliviaría el bolsillo de quienes usan el vital servicio. Cuanto más, magnánimamente hizo saber que eventualmente le podríamos nosotros vender energía a México. En línea con lo usual de sus declaraciones, el presidente también esta vez se equivoca, aunque no del todo, en sus predictivas apreciaciones. Llama a risa el pensar que le venderemos electricidad a México. Tiene razón en que México nos va a vender energía más barata, pero no es válido lo que afirma de que, por tal motivo, los precios del kilovatio-hora al pequeño consumidor en el país van a bajar.
En tales términos, México será un proveedor de electricidad barata al sistema interconectado nacional, pero en tanto la distribución de toda la energía producida localmente más el aporte de los mexicanos sea controlada por solamente dos entes, los precios no bajarán. La Empresa Eléctrica y Unión FENOSA son los que se encargan de llevar la electricidad a todo lo largo y ancho de Guatemala por medio de las líneas y las subestaciones que son del INDE, es decir, nuestras. La EEGSA en Escuintla, Guatemala y Sacatepéquez; Unión FENOSA, al resto del país.
Actualmente el precio del kw-hr generado lo determina el costo del kw-hr más caro (aquél producido con combustibles fósiles subsidiados, comprados por quien no los consume y utilizados por quien genera caro). El precio de venta de la electricidad al distribuidor es libre y se fija con tasas de ganancia verdaderamente leoninas, tal como se evidenció en los datos presentados en el artículo anterior. Ya en manos del distribuidor, no hay forma de fijar precios topes ni de regular el techo del precio de venta al pequeño consumidor. Esto quedó demostrado con la intención de la Comisión de Energía al querer fijar precios topes. De tal suerte, y merced a que no hay forma de asegurar cuál kw es más barato por ser hidráulico, ni cuál viene de México, el mercado de mayoristas mantendrá la misma tónica de beneficio mediante libre fijación de precios y tarifas, exenciones, prebendas y canonjías para los consorcios que generan, distribuyen y facturan.
El Ministro de Energía y la Comisión Nacional de Electricidad no ignoran este hecho y por eso han asumido un silencio cómplice al respecto. Es más, el Ministro no quiso garantizar que los precios al consumidor mayoritario bajarán. Este síntoma confirma nuestro temor a que en efecto los beneficiados con el kilovatio barato mexicano serán los distribuidores y los facturadores. Unos y otros comprarán energía barata de México y la venderán a los precios a los cuales se comercializa la energía producida localmente. En adición, como habrá disponibilidad de energía, las transnacionales Duke, Tampa y Enron preferirán mantener sus equipos sin operar toda vez que, como mencionamos, estas empresas cobran por disponibilidad, es decir, no usarían sus máquinas pero tendrían ingresos sin depreciarlas.
¿Hay alguna salida viable y equitativa para la masa de pequeños consumidores? Pues si no la hay, bosquejemos una. Primero, que esta nueva maniobra se difunda y socialice en los medios y que se denuncie, porque ya no es justo que estos consorcios extranjeros se sigan enriqueciendo ilícitamente a costillas de los consumidores. Segundo, presionar al Ministro de Energía y Minas, a los miembros de la Comisión Nacional de Energía y quienes administran el mercado de mayoristas para que sean más nacionalistas y enmarquen sus acciones dentro de términos que consigan proteger los bolsillos de todos aquellos que, con sus impuestos, pagamos sus jugosísimos salarios.
De las transnacionales y de la nacionalizada EEGSA no esperemos nada. El INDE es cero a la izquierda: concesionó el uso de las líneas de transmisión que se pagaron con nuestros impuestos y tiene todas sus plantas paradas por obsolescencia, es decir, son pura chatarra. Pelear contra todos estos molinos de viento ha demostrado ser desgastante y, tal vez, hasta inútil. Sin embargo, puede coadyuvar en este esfuerzo la Comisión de Energía del Congreso de la República aprovechando que se acerca un año electoral. Del Ejecutivo, no esperemos más que declaraciones fuera de contexto que, por ignorancia del emisor, tienen de todo menos certeza. No hacer algo al respecto nos convierte en parte del problema y no de la solución. Conectados o enchufados: that is the question.
Fuente: Boletín Noticias y Análisis de Tendencias Nº 993 Incidencia Democrática
www.i-dem.org
Guatemala, 23 de junio de 2006
https://www.alainet.org/es/active/12012
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