Qué se siente “gringo masa” recordar lo de hace 5 años?
10/09/2006
- Opinión
¿Recordás lo que fue vivir, por tan sólo un día y en tu propia casa, la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar en el siguiente minuto, en la siguiente hora, en el futuro?¿Cómo se siente ver que el horror estalló en tu living y no en el patio del vecino? ¿Volviste a sentir el miedo apretando tu pecho y el pánico encogiendo tu estómago al recordar el ruido ensordecedor, las llamas sin control, los edificios que se derrumbaban, el terrible olor que se metió hasta el fondo de tus pulmones al ver los ojos de los inocentes que caminaban desorientados y cubiertos con argamasa de sangre y polvo?
¿Recordás lo que fue vivir, por tan sólo un día y en tu propia casa, la incertidumbre de no saber lo que iba a pasar en el siguiente minuto, en la siguiente hora, en el futuro? ¿Nunca te enseñaron cómo hacer para que el dólar te alcance para comprar el escapar de ese state of shock?
Pues ese mismísimo estado de shock experimentaron quienes deambulaban el 6 de agosto de 1945 por los escombros de dos ciudades que se llaman Hiroshima y Nagasaki. Nada quedó en pie en esos territorios enemigos luego que el hábil artillero del B27 Enola Gay oprimiera el botón release bomb. En cuestión de segundos murieron más de 80 000 seres humanos que incluían hombres, mujeres, niños, ancianos y enfermos. Más de 250 000 morirían en los años siguientes a causa de las radiaciones atómicas. Pero esa fue una guerra lejana que ni siquiera mereció ser transmitida por la televisión.
¿Cómo volviste a sentir hoy otra vez el horror, cuando las terribles imágenes de la televisión te recuerdan que lo ocurrido el fatídico 11 de septiembre del 2001, que no sucedió en una tierra lejana sino en tu paraíso invulnerable? En ese mismo día y mes, pero veintiocho años atrás, moría un valiente presidente llamado Salvador Allende defendiendo la voluntad de sus conciudadanos que lo habían electo y que sufrían el mismo pánico, los mismos movimientos espasmódicos causados por los bombardeos y la metralla de bombas y balas made in USA regaladas a los traidores que destruían el orden democrático de Chile por orden de tus gobernantes. También fueron tiempos de horror pero eso pasaba muy al sur de tu frontera, en una ignota banana republic.
Esas banana republics siguen sobreviviendo y están en tu patio trasero, aunque vos nunca te hayás preocupado mucho por las ocasiones en que los marines procedieron a imponer, a sangre y a fuego, los intereses de tus gobernantes y de quienes mueven los hilos de tus gobernantes en esos remotos lugares.
¿Nunca te enseñaron en High School que entre 1824 y 1994 tu país llevó a cabo 73 invasiones a países de América Latina? Las víctimas de los marines –"someone has to do the dirty job, you know" – han sido Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá, Haití, Colombia, Cuba, Honduras, República Dominicana, Islas Vírgenes, El Salvador, Guatemala y Grenada. Tus gobernantes tienen más de un siglo de promover y hacer la guerra. Y es que desde que se inició el siglo XX no hubo guerra en el mundo en la cual la gente de tu Pentágono no hubiera participado. Claro, de las bombas no te llegó ni el eco, porque siempre fueron lanzadas en otros territorios contra aliens enemigos.
La única excepción fue Pearl Harbor pero tus gobernantes promovieron y supieron con antelación de ese ataque y se hicieron los locos. Necesitaban y obtuvieron así una excusa para entrar en la II Guerra Mundial con lo cual favorecieron a los fabricantes y a los usuarios de armas, todos ellos gringos como vos.
El horror siempre estuvo lejos de vos. Pero el 11 de septiembre del 2001, cuando las Torres Gemelas se vinieron abajo, en medio del polvo, cuando viste las imágenes por la televisión en directo y en living colors, ¿pensaste por un segundo que eso fue lo que sintieron los campesinos de Viet Nam todas las horas, de todos los días, de muchos años? En el bajo Manhattan la gente caía desde las alturas de los rascacielos del World Trade Center haciendo trágicas piruetas cual marionetas. En Viet Nam, fijáte vos, la gente daba alaridos porque el napalm les caía sobre la piel, les penetraba hasta los huesos y les seguía quemando la carne por muchas horas y se avivaba si le echaban agua, y la muerte, porque has de saber que al final morían, era espantosa tanto como lo fue la muerte para quienes caían desde las Torres en un salto desesperado al vacío.
Más recientemente, la US Air Force no dejó una sola fábrica, ni un solo puente sin destruir en Yugoeslavia. ¿No sabés que, por otro lado, el US Army en Kuwait dejó atrás una cauda de más de 500 000 muertos civiles? Pues te cuento que La Dessert Storm se llevó consigo a ese número de almas. ¿No te dijeron en el college cuántos humanos murieron quemados, mutilados, acribillados, aplastados, torturados y desangrados en lugares exóticos y lejanos de tu burbuja mágica llamados Viet Nam, Irak, Irán, Afganistán, Libia, Angola, Somalía, Congo, Nicaragua, Dominicana, Camboya, Yugoslavia, Sudán y una lista interminable de lugares? En todos esos sitios cayeron proyectiles que escupieron fuego y hierro candente, artefactos de muerte producidos en fábricas de tu país y disparados a discreción por muchachos de tu país, por gente pagada por el State Department. Y ¿no sabés con qué fin?, pues para que vos y tus paisanos siguieran disfrutando del american way of life.
Hace más de un siglo que tu país mantiene guerras con todo el mundo. Es curioso, fijáte vos, pero tus gobernantes lanzan a los jinetes del Apocalipsis en nombre de la libertad y la democracia. Como contraparte, te cuento que en muchos pueblos del mundo a Estados Unidos no se le ve como defensor de la libertad, sino como enemigos lejanos y terribles que sólo siembran guerra, hambre, miedo y destrucción.
Siempre han sido conflictos muy lejanos para vos pero no para quienes tuvieron la desgracia de nacer en esos lugares fuera de tu America. Fijáte que allí en esos países, que dicho sea de paso ni sabés dónde quedan, la cotidianeidad se compone de edificios que se desploman bajo las bombas y de gente que encuentra muertes horribles. ¿Te suenan familiares los nombres de Bagdad, Líbano, Somalia y Beirut? ¿No te han dicho que los seres humanos despedazados por las armas y proyectiles del american army en un conservador 99%, han sido civiles, mujeres, ancianos y niños?
¿Sabés que en esos lugares tus gobernantes intervienen para defender a tu dios, a tu libertad y a tu democracia? ¿Y sabés que en algunos de esos lugares el dios es otro y no hay democracia sino soberanos?
¿Qué sentiste cuando el horror golpeó a tu puerta aunque haya sido sólo por un día?
¿Qué pensás al recordar que las víctimas de Nueva York fueron secretarias, operadores de bolsa, empleados de limpieza, policías, bomberos, curiosos, transeúntes y paramédicos que pagaban sus impuestos a tiempo y nunca mataron una mosca? ¿Volviste hoy a sentir el miedo que sentiste ese día?
¿Cómo se siente, gringo masa, saber que la guerra, finalmente, se metió hasta la cocina de tu casa el 11 de septiembre del 2001? Preguntále a tu representante o a la señora Rice por qué hay tanta gente que elige morir atacando a tu beloved América practicando ese algo que tus gobernantes llaman terrorismo. Exigíles que te revelen los propósitos que mueven la sutil trama de las relaciones exteriores de tu América. Si te dicen la verdad, podrás empezar a explicarte por qué los actos de terrorismo son contra tu América, Israel, España e Inglaterra y no contra México, Argentina, Congo, China, etcétera.
Así empezarás a romper el cascarón de tu paraíso y a darte cuenta de que afuera hay un mundo que, con el sudor y el hambre de sus habitantes, sostiene la voraz ambición de tu América sin que lo hayás sabido hasta ahora.
Nota
(1) Gringo-masa: individuo enseñado a vivir y morir por el dólar; culturizado en el esquema del sueno americano y a valuar a las personas por lo que poseen, no por lo que son.
- J. Santos Coy - Analista invitado de Incidencia Democrática.
Fuente: Incidencia Democrática (Guatemala)
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