La Asamblea Nacional Constituyente de plenos poderes será sólo una etapa para transitar nuevos caminos.

El domingo 15 de abril se vivió en el Ecuador una jornada histórica, patriótica, plena de democracia y libertad. La fuerza del pueblo, sus ideas y la justicia del programa popular encabezado por el presidente Rafael Correa derrotó la felonía y la traición.

El pueblo ecuatoriano escribió una página gloriosa al decir con un contundente y masivo Sí a la Asamblea Constituyente.

Los resultados de la consulta popular expresan la voluntad de cambio que la mayoría de ecuatorianos aspiramos, pese a la pertinaz campaña emprendida por los grupos de poder que se oponen a un cambio fundamental en el país.

El triunfo del Sí en la consulta popular es un triunfo del pueblo. La alta votación, que supera el 80 por ciento de los votos, dada a favor de un cambio fundamental en el Ecuador por medio de una Asamblea Constituyente proviene, de un proceso político que viene desde antes de octubre 2006. Desde hace diez años viene dándose un proceso evolutivo y sistemático de terminar con ídolos falsos en Ecuador como los partidos políticos y sus jerarcas, por lo que el sí triunfó pese a que ciertos medios en las últimas semanas transmitieron la campaña odiosa del miedo y terror por el no. La partidocracia neoliberal, los lacayos, los serviles del imperialismo, los corruptos y vende patria quedaron espantados y aterrorizados por la fuerza popular que se impuso en las urnas.

Los distintos sectores populares, en forma progresiva han venido buscando los cambios políticos, sociales y fundamentalmente económicos que resuelvan la difícil situación que atraviesan. Junto a estos las organizaciones políticas revolucionarias, de izquierda, progresistas han ido formando un caudal importante de fuerzas que se apoyan en el pueblo, en sus reivindicaciones e intereses que en este momento se reflejan en el arrollador triunfo (consulta popular) en la propuesta del Presidente Rafael Correa de avanzar con una Asamblea Constituyente que plantee nuevas y revolucionarias tareas, comenzando por la elaboración de una nueva Constitución que contenga los verdaderos intereses de la Patria, de la soberanía, de un desarrollo libre y democrático que procure el bienestar social del pueblo y no de la oligarquía vende patria y rastrera.

Hay que reconocer la figura del presidente de la República Rafael Correa como un líder que aglutina los esfuerzos por transformar el país, que cuenta con el respaldo y la movilización nacional de todas las fuerzas que aman al Ecuador, defienden su integridad, soberanía e independencia nacional y su derecho a construir un nuevo Estado de derecho y justicia.

En el desarrollo del Proceso Constituyente el pueblo tendrá que derrotar todas aquellas campañas mediáticas de la oligarquía y su partidocracia, de las elites y, todo el poder mediático orientado a tratar de acribillar el proyecto constitucional.

A nuestro juicio, hemos dicho, la Asamblea Constituyente de plenos poderes será sólo una etapa para transitar nuevos caminos, el reto más grande que tendrá el pueblo ecuatoriano es hacer realidad los postulados, más que los postulados el proyecto nacional que quede allí recogido, ahí habrá un proyecto político, un proyecto económico, un proyecto social, un proyecto cultural, un proyecto de los recursos naturales, un proyecto ambiental, un proyecto de desarrollo social, un proyecto de los derechos de los pueblos y nacionalidades indígenas, un proyecto para los migrantes y sus familias, un proyecto incluso que vaya más allá de lo nacional, ahora, cuando América Latina abre paso a esquemas de integración o mejor dicho de unión solidaria a pasos agigantados. La respuesta dada este domingo por el pueblo ecuatoriano se debe proyectar a una dimensión latinoamericana.

La construcción de esa nueva estructura política, económica y social tendrá que ir seguida de programas orientados a hacer realidad el proyecto constitucional. Es bueno destacar que el pueblo se apodere del proceso constituyente. La consulta popular del 15 de abril es el inicio del proyecto, un compromiso político del gobierno nacional para cambiar las estructuras, políticas, económicas y sociales del país.

Aspiramos que en Ecuador y en los países de residencia de los ecuatorianos en el exterior, en el marco de las tareas del actual proceso hacía la Asamblea Constituyente se puedan dar los pasos necesarios para dar lugar a las elecciones directas y universales de los asambleístas. Mujeres y hombres elegidos por el voto popular llegarán a una Asamblea Constituyente, popular y soberana, con plenos poderes, estos están obligados a recoger las expectativas de una nación y convertirlas en proyecto constitucional para que sea aprobado luego por el pueblo, y lo más importante, esos asambleístas o constituyentes, tienen que encarnar a las mujeres y hombres que no sólo luchan un día, no sólo luchan un mes, no sólo luchan un año, sino que vienen luchando toda la vida llevando las mismas banderas.

El pueblo sabrá darles su respaldo a los asambleístas que se mantendrán en la batalla; no todos, lamentablemente no todos entenderán su papel y sobre todo no todos entenderán, habrá una minoría que no entenderá que la Asamblea Constituyente no es sino una fase más de un proceso de cambios profundos, de un proceso transformador, de un proceso revolucionario urgente y pacífico que el Ecuador necesita.

¡Por una Nueva Patria Asamblea Constituyente!